
Habilidades comunicativas y procesos cognitivos: la importancia del saber pedagógico docente
84 Marlon Brayan Bolaños Melo
Revista Unimar Revista Unimar Julio-diciembre 2025Julio-diciembre 2025
e-ISSN: 2216-0116e-ISSN: 2216-0116 ISSN: 0120-4327ISSN: 0120-4327 DOI: https://doi.org/10.31948/rev.unimarDOI: https://doi.org/10.31948/rev.unimar
Rev. UnimarRev. Unimar Vol. 43 No. 2 pp. 75-88Vol. 43 No. 2 pp. 75-88
Discusión
El presente apartado se sustenta en la
información obtenida de la entrevista individual,
la observación participante y la entrevista
focal. A partir de esto, se descubrió una serie
de convergencias en la información recopilada,
que tienen relación con el saber pedagógico de
las maestras de transición, como la formación
pertinente en primera infancia, actualización
constante de conocimientos y la experiencia en el
área de desempeño, ya que son fundamentales
para guiar el proceso de aprendizaje de los
estudiantes. Los espacios de reflexión del
quehacer docente e intercambio de saberes entre
colegas se convierten en estrategias esenciales,
porque permiten encontrar soluciones a las
falencias encontradas en el aula y fortalecer las
estrategias que tienen resultado positivo en el
desarrollo de los contenidos.
Como se puede apreciar, existe una
correspondencia mutua entre la práctica
pedagógica y el saber docente. En este aspecto,
los espacios de reflexión son clave para nutrir
o desarrollar ambos criterios, los cuales
benefician el accionar del maestro y repercute
positivamente en el aprendizaje de los menores.
De acuerdo con Ripoll et al. (2021) y Esquerre
y Pérez (2021), en el proceso educacional debe
existir una relación íntima entre saber (teórico)
y practica pedagógica para mejorar el proceso
educativo. A partir de la práctica pedagógica,
se permite la adquisición de competencias
cognitivas, aptitudinales, actitudinales de
los educadores. Para esto, también son
indispensables los espacios de reflexión del
quehacer docente, a fin de mejorar de manera
constante el proceso educativo y nutrir el
saber pedagógico.
Por otro lado, el uso de los pilares del
aprendizaje (el juego, el arte, la literatura y la
exploración del medio) en las clases se convierte
en metodologías de enseñanza acertadas para
trabajar la dimensión comunicativa en los
estudiantes del grado transición, ya que resultan
agradables para los menores por tener un
énfasis lúdico; en consecuencia, se evidencian
avances significativos en sus habilidades
comunicativas. Por ejemplo, con el desarrollo de
actividades basadas en el arte, como pintura,
dibujos, teatro, canto, bailes, los estudiantes
pueden expresar de forma diferente y creativa
sus emociones, sentimientos y experiencias, al
emplear otras competencias que le permiten
integrar conocimientos para lograr el objetivo
de comunicarse. Esto también se integra con
el desarrollo cognitivo de los menores, ya que
utiliza la memoria, la concentración y la atención.
Del mismo modo, las actividades relacionadas
con la literatura y el teatro, como los cuentos
narrados, juegos de roles, creación de historias,
identificación de letras con objetos u animales,
bailes, dramatizados, son fundamentales para
el desarrollo del proceso comunicativo; en la
expresión oral: asimilación de pronunciación y
vocabulario; en la expresión gestual y la escucha;
atención y seguimiento de instrucción. Además,
posibilitan crear patrones básicos orientados a
la escritura y lectura. Estas estrategias permiten
una mayor interacción y socialización entre los
participantes, que se evidencian en mejoras
del componente social de los menores; pierden
su timidez y son capaces de transmitir sus
emociones y sentimientos de una manera más
fluida con sus pares y maestras.
El uso de los pilares del aprendizaje en el
grado de transición, orientado al desarrollo
de las habilidades comunicativas, debe estar
acorde con la edad y el nivel escolar de los
niños. El componente lúdico debe ser atractivo
y captar su atención, con el propósito de
motivarlos a participar activamente. Además,
estas actividades fomentan la imaginación, la
creatividad, la empatía, los valores y la capacidad
de trabajo en equipo, posibilitando un aprendizaje
significativo y divertido. Este enfoque permite
integrar diversas dimensiones propias del nivel
preescolar, como la comunicativa, afectiva,
cognitiva, entre otras, con lo cual se contribuye
al desarrollo integral de los estudiantes.
Para Ripoll et al. (2021) y Niño (2021), la
implementación de los pilares de aprendizaje
se convierte en una herramienta que mejora
positivamente el desarrollo de las habilidades
comunicativas de los menores, ya que se basan
en estrategas lúdicas que facilitan la expresión
de diversas maneras y de forma activa, creativa
y divertida para los menores.