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Gestión de la convivencia, percepción del
coordinador y orientador escolar: estudio
fenomenológico
Liliana Esther Molina Isaza1
mo citar este artículo / To reference this article / Para
citar este artigo: Molina-Isaza, L. E. (2025). Gestión de la
convivencia, percepción del coordinador y orientador escolar:
estudio fenomenológico. Revista UNIMAR, 43(1), 178-195 https://doi.
org/10.31948/ru.v43i1.4398
Fecha de recepción: 28 de septiembre de 2024
Fecha de revisión: 8 de noviembre de 2024
Fecha de aprobación: 21 de enero de 2025
Resumen
Este artículo tiene como objetivo caracterizar la gestión de la convivencia escolar
desde la perspectiva de los directivos docentes: coordinador y orientador
escolar, considerando que son pocos los estudios que se centran en estos
dos actores sociales. Esta investigación se enmarcó en un enfoque cualitativo,
de tipo fenomenológico, y se complementó con un análisis documental de
los formatos de gestión de la convivencia. Entre los principales hallazgos,
se identificó que los orientadores escolares buscan restaurar las relaciones
interpersonales a través de la escucha y el diálogo, con el fin de generar
soluciones a los conflictos de convivencia escolar; por su parte, el coordinador
ejerce un rol de mediador, conciliador y negociador. Aunque no existe una
gestión de convivencia definida, la atención a estos casos sigue basándose en
un esquema de sanción-corrección. No obstante, la orientación escolar y la
coordinación se complementan mediante estrategias que favorecen la mejora
de la convivencia. Un modelo de gestión de la convivencia debe presentar las
siguientes características: 1) integrar componentes de la gestión, planeación,
ejecución, evaluación y seguimiento que fortalezcan la convivencia pacífica;
2) fundamentarse en normas, reglas y leyes que regulan las conductas de los
estudiantes y las formas de interactuar de la comunidad educativa; 3) formalizar
los procedimientos de gestión mediante documentos que garanticen el debido
proceso; 4) definir metas, objetivos e indicadores que contribuyan a mejorar
continuamente la convivencia escolar; 5) ser flexible, permitiendo adaptarse
a las necesidades convivenciales de los estudiantes y las transformaciones del
entorno social, y 6) contar con un enfoque definido.
Palabras clave: gestión de la convivencia, convivencia pacífica, conflicto,
directivo docente, orientador escolar, violencia
1 Secretaría de Educación de Córdoba, Montería, Colombia. Correo electrónico: lilianamolinaisaza@gmail.com
Artículo resultado de la investigación titulada: Modelo de gestión de la convivencia escolar basado en la inteligencia emocional para
la resolución de conflictos en instituciones educativas públicas de Montería, desarrollada desde el 1 de junio de 2019 hasta el 30 de
diciembre de 2021 en el municipio de Montería, Córdoba, Colombia.
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Coexistence management, perception of the coordinator
and the school counselor: Phenomenological study
Abstract
This article aims to characterize coexistence management in schools from the
perspective of school administrators, specifically the coordinator and the school
counselor, considering that few studies focus on these two social actors. This
study was framed in a qualitative approach, of phenomenological type, and
was complemented by a documentary analysis of the formats of coexistence
management. Among the main findings, it was identified that school counselors
seek to restore interpersonal relationships through listening and dialogue to
generate solutions to conflicts of school coexistence; the coordinator, for his
part, plays the role of mediator, conciliator, and negotiator. While there is no
established model for managing coexistence, the treatment of these cases is still
based on a sanction-correction scheme. However, strategies to promote healthy
coexistence complement school guidance and coordination. A coexistence
management model must have the following characteristics: 1) Integrate
management, planning, implementation, evaluation, and monitoring components
that strengthen peaceful coexistence; 2) Be based on norms, rules, and laws
that regulate the behavior of students and the interaction of the educational
community; 3) Formalize management procedures through documents that
guarantee due process; 4) Define goals, objectives, and indicators that contribute
to the continuous improvement of school life; 5) Be flexible, allowing adaptation
to the needs of students’ life and changes in the social environment; and 6)
Have a defined focus.
Keywords: managing coexistence; peaceful coexistence; conflict; teaching
directive; school counselor; violence
Gestão da convivência, percepção do coordenador e
o orientador escolar: estudo fenomenológico
Resumo
Este artigo tem como objetivo, caracterizar a gestão da convivência nas
escolas a partir da perspectiva dos gestores escolares, especificamente do
coordenador e do orientador escolar, tendo em vista que poucos estudos se
concentram nesses dois atores sociais. Este estudo foi enquadrado em uma
abordagem qualitativa, de tipo fenomenológico, e complementado por uma
análise documental dos formatos de gestão da convivência. Entre os principais
achados, identificou-se que os orientadores escolares buscam restabelecer as
relações interpessoais por meio da escuta e do diálogo para gerar soluções para
os conflitos da convivência escolar; o coordenador, por sua vez, desempenha o
papel de mediador, conciliador e negociador. Embora não haja um modelo definido
para gerenciar a coexistência, o tratamento desses casos ainda é baseado em
um esquema de sanção-correção. No entanto, estratégias para promover a
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coexistência saudável complementam a orientação e a coordenação escolar.
Um modelo de gestão da coexistência deve ter as seguintes características
1) Integrar componentes de gestão, planejamento, implementação, avaliação
e monitoramento que fortaleçam a coexistência pacífica; 2) Ser baseada em
normas, regras e leis que regulam o comportamento dos alunos e a interação da
comunidade educacional; 3) Formalizar procedimentos de gestão por meio de
documentos que garantam o devido processo legal; 4) Definir metas, objetivos
e indicadores que contribuam para a melhoria contínua da vida escolar; 5)
Ser flexível, permitindo adaptação às necessidades da vida dos alunos e às
mudanças do meio social; e 6) Ter foco definido.
Palavras-chave: gestão da convivência; convivência pacífica; conflito;
diretivo docente; orientador escolar; violência
Introducción
El problema que dio origen a este estudio radica
en que, actualmente, la gestión de la convivencia
escolar se basa en modelos punitivos que
emplean sanciones y castigos para abordar
situaciones conflictivas (Torrego, 2006; Dávila
Balsera y Naya, 2023). En algunos casos, no se
profundiza en los procedimientos que realmente
estructuran y configuran dicha gestión.
Por lo tanto, el objetivo central de esta
investigación fue caracterizar aspectos de
la gestión de la convivencia escolar en las
instituciones educativas públicas de la ciudad de
Montería, a través de las experiencias vividas de
los directivos docentes y orientadores escolares
participantes en los procesos convivenciales.
Cabe aclarar que la gestión de la convivencia
escolar es considerada un componente mediador
fundamental para afrontar de manera eficiente
y eficaz las situaciones de conflicto que surgen
en cualquier comunidad educativa (Rioseco y
Barría, 2021) y debe enfocarse en el análisis de
los comportamientos, vivencias, expresiones,
emociones y sentimientos de los estudiantes,
articulado con la normatividad y la buena actitud
de estos hacia la coexistencia, de tal forma que
se disminuya la violencia escolar o elementos
vinculados a esta.
La convivencia escolar se define como «la
acción de vivir en compañía de otras personas
en el contexto escolar y de manera pacífica y
arnic (Ministerio de Educación Nacional
[MEN], 2014, p. 25); además, se concibe
como el producto de las interacciones de los
integrantes de la comunidad educativa, que
se estructura grupal y dinámicamente, y se
transforma en el tiempo cuando estas cambian
(Rivera et al., 2017). Esta convivencia trata
de una construcción continua que implica
aprendizajes en términos de regulación del
conflicto, respeto y acuerdo colectivo frente a
diversas situaciones (Sandoval, como se citó
en Cantor, 2018). La convivencia es uno de los
cuatro pilares de la educación, como lo expresa
Delors (1996): «Aprender a vivir juntos» (p.
16). Entonces, la convivencia se constituye en
uno de los aspectos más importantes de la
actividad escolar y que junto a la academia se
complementan para formar integralmente a un
individuo (Nova, 2021).
Sin embargo, la escuela es el lugar propicio
para que se gesten conflictos, en estos casos,
los docentes son los primeros llamados a
mediar y atender a los estudiantes de acuerdo
con cada situación y a la normatividad
vigente; aunque la formulación de planes de
acción para direccionar y organizar todo el
andamiaje que se necesita para un adecuado
clima escolar recae en los directivos docentes
(Molina, 2023). A, los coordinadores, según
la Resolución 3842 de 2022, deben promover
y propiciar una sana convivencia y clima en
la institución educativa, de acuerdo con la
normatividad, derechos y deberes, incentivos
y otros preceptos establecidos en el Manual de
convivencia. En este contexto, se observa que,
en general, los coordinadores manejan muchos
procesos y prestan más atención a la academia,
ya que las instituciones educativas se miden por
los resultados tanto externos como internos,
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y no por tener una sana convivencia. En este
sentido, la gestión de convivencia, a veces,
queda relegada a un segundo plano.
Por su parte, los orientadores escolares juegan
un papel crucial en la gestión de la convivencia
escolar, ya que proporcionan distintos enfoques
psicológicos a través de los cuales se pueden
tratar los casos de forma sistémica y profesional
en el reconocimiento de elementos que actúan
como factores de protección relacionados con la
formación integral (Soto, 2022). De acuerdo con
la Resolución 3842 de 2022, los orientadores
deben contribuir a una convivencia armoniosa
y fomentar una comunicación efectiva y la
participación de la comunidad escolar. Desde su
rol, deben incluir la integración en los procesos
institucionales y la aplicación de protocolos
y rutas de atención psicosocial; establecer
alertas oportunas para desarrollar estrategias
de atención integral y diseñar planes orientados
a prevenir riesgos psicosociales y problemas
sociales que afecten a los estudiantes.
No obstante, el orientador escolar muchas veces
no cuenta con el apoyo de los docentes, de los
padres de familia y de los entes gubernamentales
cuando se trata de seguimientos a los
estudiantes, al momento de tomar acciones a
situaciones de convivencia que así lo ameriten;
se suma el hecho de que en Colombia la tasa de
estudiante por orientador es de 1/500, lo que
significa que a cada profesional se le asignará
como mínimo 500 estudiantes y, en muchos
casos, sobrepasa este valor, hecho que los
recarga de trabajo y dificulta la gestión de la
convivencia.
Desde esta perspectiva, cabe investigar qué pasa
con los actores sociales como el coordinador
y orientador escolar, quienes hacen parte del
fenómeno de estudio y son protagonistas de la
dinámica educativa y participantes de la gestión
de la convivencia escolar, ya que, cuando se
indaga sobre convivencia escolar, generalmente
se profundiza en los docentes y estudiantes,
prestando menos importancia a su accionar
dentro de los procesos convivenciales. Por
ende, es necesario conocer la perspectiva de la
realidad educativa de los directivos docentes y
orientadores escolares acerca de la gestión de
la convivencia escolar.
Según el MEN (2014), las acciones pertinentes
para gestionar la convivencia escolar son cuatro,
a saber: prevención, atención, promoción y
seguimiento de situaciones de conflictos, las
cuales conforman la ruta de atención integral
para la convivencia escolar. En particular, la
gestión de la convivencia es un factor relevante
en el contexto escolar y refiere a la promoción
y mantenimiento de un ambiente estable,
inclusivo y respetuoso; su objetivo fundamental
es fomentar una convivencia armónica, cultivar
habilidades para la vida y prestar atención y
seguimiento a las problemáticas para prevenir
que un conflicto derive en violencia escolar
(Molina-Isaza y Nova-Herrera, 2023).
En cuanto a la violencia escolar, se ha convertido
en un tema ampliamente investigado (Galtung,
1998.; Cedeño, 2020), complejo e interesante
(Herrera y Frausto, 2021), de importancia a nivel
estatal y de preocupación para la comunidad
educativa (Saucedo y Guzmán, 2018), que
se genera por la inadecuada solución de los
conflictos a causa de las diferencias y distintas
posturas que no son aceptadas por las partes
(Galtung, 1998). Esta problemática es común
en la escuela, ya que siempre puede existir
conflicto cuando se interactúa con el otro.
En Colombia, para el año 2023, el 70 % de
los estudiantes reportó haber enfrentado
algún tipo de violencia escolar (Ministerio de
Salud y Protección Social, 2023). Este índice
propone desafíos a la educación, a su gestión
y a los estamentos que dinamizan los procesos
convivenciales en la escuela, entre ellos, los
actores participantes de la realidad educativa
que se indaga.
Metodología
Enfoque y diseño
Este estudio se enmarcó en un enfoque
cualitativo, con diseño fenomenológico
interpretativo. Para Sandín (2003), esta es
una tarea metódica dirigida a la comprensión
más a fondo de los fenómenos sociales y
educativos, al cambio de situaciones y prácticas
socioeducativas, a la toma de decisiones y al
descubrimiento y formación de una estructura
organizada de conocimientos. El propósito
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fundamental de este tipo de investigación, de acuerdo con Duque y Aristizábal (2019), es que existe
una tendencia a enfocarse en experiencias que adquieren un significado particular; algunas de
estas son poco comunes y poseen un valor experiencial singular para quienes las experimentan;
además, los métodos o instrumentos cualitativos ofrecen una perspectiva más comprensiva
del fenómeno social, se relaciona con la realidad, lo que posibilita alcanzar conclusiones más
profundas (Alegre, 2022).
En otras palabras, mediante este estudio se buscó interpretar la gestión de la convivencia escolar
(GCE) y las rutas de gestión de la convivencia escolar (RGCE) —categorías de análisis— desde
las vivencias, pensamientos, praxis y perspectiva de los directivos docentes, coordinadores y
orientadores escolares (ver Tabla 1).
Tabla 1
Categorías y subcategorías de análisis
Unidad
Temática Categoría Subcategoría
Convivencia escolar
Características de la gestión
de la convivencia escolar
Pertinencia de la gestión de la convivencia
Atención de los conictos escolares
Prevención de los conictos escolares
Seguimiento de los conictos escolares
Acciones de mejoramiento para la convivencia escolar
Procedimientos de gestión
en la resolución de
conictos escolares
Ruta de atención de conictos escolares
Ruta de seguimiento de conictos escolares
Nota. Con base en Molina (2022).
Muestra y actores participantes
La muestra de participantes voluntarios en la investigación estuvo conformada por seis directivos
docentes coordinadores, todos hombres, y seis orientadores escolares, de los cuales cinco eran
mujeres, para un total de doce personas, cuyas profesiones están relacionadas con los campos
de la administración, la educación, la psicología o áreas afines. Según Sandín (2003), esta es
una muestra aceptable, ya que para estudios cualitativos se toman de entre cinco a veinticinco
participantes. Los directivos docentes coordinadores y orientadores escolares participantes en la
entrevista cumplieron con los siguientes criterios de inclusión: 1) permanencia en la institución
educativa por más de tres años; 2) dentro de sus funciones, direccione la convivencia y la disciplina
de la IE; 3) disposición para facilitar los formatos o documentos necesarios para el estudio; 4) la
sede en la cual labore tenga el nivel de básica secundaria y media; 5) disposición para contestar la
entrevista. En cuanto a los criterios de exclusión, solo se tuvieron en cuenta dos: 1) tener menos
de tres años en la IE y 2) no tener entre sus funciones la atención de la convivencia (ver Tabla 2).
Tabla 2
Muestra de participantes voluntarios del estudio
No. Institución educativa (IE) Actores participantes en la entrevista
1 IE Camilo Torres Mocarí 2 coordinadores
2 IE Santa María Goretti Coordinador, orientador
3 IE Nacional Coordinador
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No. Institución educativa (IE) Actores participantes en la entrevista
4 IE Mogambo Orientador, coordinador
5 IE Normal Superior Coordinador, orientador
6 IE Robinson Pitalua Orientador
7 IE Rancho Grande Orientador
8 IE Antonio Nariño Orientador
Para mayor comprensión de los resultados, se organizaron identidades ID, utilizando letras distintivas
y un número de consecutivo, así: 1) las dos primeras unidades de identificación representan el
cargo, si es directivo docente (DD) u orientador escolar (OE); 2) la tercera unidad corresponde
al sexo: hombre (H) o mujer (M), y 3) la cuarta unidad responde a un número consecutivo de los
entrevistados.
Técnicas e instrumentos de recolección de información.
Los planteamientos metodológicos con los que se afrontó este estudio se fundamentan en los
aportes de Creswell (como se citó en Sandín, 2003). Se realizaron indagaciones a los participantes
para que describieran sus experiencias a través de una entrevista en profundidad, utilizando un
cuestionario semiestructurado (ver Tabla 3)
Tabla 3
Preguntas en cada subcategoría de estudio
Subcategoría Preguntas a coordinadores Preguntas a orientadores
escolares
Pertinencia de
la gestión de la
convivencia
¿La institución cuenta con un modelo
de gestión de convivencia escolar? ¿
¿Conoces cuáles fueron los criterios
utilizados para su denición?
¿Quiénes participaron?
¿Consideras que el modelo es
pertinente con las situaciones que se
presentan?
¿Qué limitaciones tiene?
¿La institución cuenta con un modelo
de gestión de convivencia escolar?
¿Conoces cuáles fueron los criterios
utilizados para su denición?
¿Quiénes participaron?
Desde tu perspectiva, ¿cuál de
los procesos en la gestión de la
convivencia escolar (prevención,
atención, promoción y seguimiento)
incide más la orientación escolar para
garantizar una sana convivencia?
¿Consideras fundamental el papel del
orientador escolar en la gestión de la
convivencia escolar?, ¿por qué sí o
no?
¿Consideras que el modelo es
pertinente con las situaciones que se
presentan?
¿Qué limitaciones tiene?
Prevención de
los conictos
escolares
¿Cuáles son las principales estrategias
utilizadas para la prevención de los
conictos escolares y fomento de la
sana convivencia?
Qué mecanismos o estrategias
son utilizados desde la orientación
escolar para la prevención de los
conictos y violencia escolar
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Subcategoría Preguntas a coordinadores Preguntas a orientadores
escolares
Atención de
los conictos
escolares
¿Cuál es tu rol como coordinador en los
procesos de atención de situaciones de
conictos en la institución educativa?
Cuando atiendes una situación
conictiva, ¿se tienen en cuentan
los motivos, estados de ánimo y
situaciones por los que está pasando el
estudiante?
¿Cuál es la ruta metodológica empleada
para atender situaciones conictivas o
de violencia en la institución educativa?
¿Quiénes intervienen en cada proceso?
¿Cuáles son los procesos de atención
de situaciones de conictos que se
manejan en la institución educativa?
¿Quiénes intervienen?
Cuando atiendes una situación
conictiva, ¿indagas por los motivos,
estados de ánimo y situaciones por
los que atraviesa el estudiante?
Seguimiento
de los
conictos
escolares
¿Se hace seguimiento a las situaciones
de conictos o a los estudiantes que
reinciden en las faltas?
¿Qué estrategias y formatos utilizan?
¿Cuál son las estrategias que
utilizas para hacer seguimiento a
las situaciones de conictos o a los
estudiantes que reinciden en las
faltas?
Promoción
de la sana
convivencia
¿Qué actividades y estrategias
son orientadas desde la dirección
escolar para la promoción de la sana
convivencia en la institución educativa?
¿Qué acciones se implementan a
nivel institucional para mejorar la
convivencia escolar?
Nota. Con base en Molina (2022).
Por otro lado, se realizó un análisis de contenido cualitativo, ya que es una «técnica de investigación
destinada a formular, a partir de ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas que puedan
aplicarse a su contexto» (Krippendorff, 1980/1990, p. 28). La revisión documental cualitativa se
aplicó a los formatos y actas por medio de los cuales se tratan situaciones de conflicto, indisciplina
o casos de estudiantes que manejan comportamientos inadecuados y que dificultan un ambiente
propicio para el aprendizaje y la interacción social, los cuales también son evidencia del trabajo
sistemático y progresivo en pro del mejoramiento de la convivencia escolar.
Etapas de la investigación
El desarrollo metodológico se realizó con base en lo propuesto por Duque y Aristizábal (2019) (ver
Figura 1).
Figura 1
Etapas del estudio fenomenológico interpretativo
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En la primera etapa, se focalizaron las instituciones educativas y los directivos docentes y
orientadores que se iban a entrevistar. En la segunda etapa, se formularon las preguntas centrales
de la investigación: ¿cuáles son las características de la gestión de la convivencia escolar en las IE
públicas de Montería? y ¿cuáles son las rutas de gestión de la convivencia escolar que se dan en las
IE públicas de Montería? Estas determinaron la organización de las preguntas del cuestionario, las
cuales se sometieron a juicio de un experto. La tercera etapa estuvo centrada en la recolección de
los datos, mediante la aplicación de una entrevista semiestructurada realizada a los coordinadores
y orientadores escolares.
En la cuarta etapa, se trascribieron las entrevistas mediante distintos métodos y, además, se
hicieron anotaciones de los aspectos significativos; posteriormente, se identificaron temas o códigos
emergentes, considerando su importancia y frecuencia en las respuestas, los cuales se agruparon
según su relación (Hernández et al., 2014). También, se elaboró una tabla considerando los
temas superordinados y los temas que agrupa, sen sus relaciones en subcategorías. Los temas
emergentes fueron derivados del análisis de los datos, lo que propició discusiones e interpretaciones
que se contrastaron con el marco referencial empleado en esta investigación (ver Figura 2).
Figura 2
Gestión de la convivencia escolar
Este enfoque enriqueció el proceso y minimizó el sesgo presente en los datos. La confiabilidad
interna correspondiente al primer objetivo de la investigación se evidenció en los resultados
logrados mediante la triangulación de datos (Molina, 2022), que incluyó el contraste de información
y métodos. Estas comparaciones resultaron ser útiles para restringir el impacto de extrapolaciones
inadecuadas y conclusiones precipitadas.
En la quinta etapa, se continuó con la redacción de los resultados, se narró según los temas
emergentes encontrados y se plasmaron algunos ejemplos de los relatos de los actores participantes.
En la última etapa, se evaluó la contribución del enfoque, se interpretó y se presentó un informe
fenomenológico de los resultados.
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Resultados
Los resultados responden al estudio cualitativo, los cuales se plantean desde la fenomenología.
El primer hallazgo corresponde a las características que posee a nivel general un modelo de
gestión de la convivencia escolar de las IE públicas de la ciudad de Montería; el segundo resultado
responde a los procedimientos de gestión de la convivencia que se relacionan con el tratamiento
de situaciones de conflictos.
1. Características de la de gestión de la convivencia escolar
La gestión de la convivencia escolar se caracterizó en subcategorías de análisis, según la perspectiva
de los coordinadores y orientadores escolares, quienes relatan sus experiencias sobre la pertinencia
de la gestión de la convivencia, prevención y atención de conflictos escolares, promoción para la
sana convivencia escolar y seguimiento de los conflictos escolares (ver Tablas 4, 5, 6 y 7).
Tabla 4
Pertinencia
Pertinencia de la gestión de la convivencia escolar
Las instituciones educativas no tenían definido un modelo de gestión de convivencia escolar,
pero contaban con herramientas como Manual de convivencia, Plan de Convivencia, protocolos
de convivencia, funciones de convivencia, PEI, Guía 49, parámetros para la convivencia, Pacto
de Convivencia (códigos emergentes); sin embargo, desde sus funciones, estos direccionan los
procedimientos y actividades para la atención, promoción, seguimiento y prevención de los
conflictos escolares.
«La palabra modelo no se utiliza, pero acá tenemos nuestro Manual de convivencia y está
direccionado por la Ley 1620 de convivencia escolar» (DDH2, comunicación personal).
«Modelo como tal no; tenemos parámetros en algunas cosas, para algunas situaciones que se
nos presentan en la institución en medio de la convivencia» (OEM8, comunicación personal).
Los coordinadores refieren que, aunque no exista un modelo establecido para la gestión de
la convivencia, en algunos casos, las normas, estrategias, planes y el manual de convivencia
son pertinentes para la institución, ya que presentaban resultados en el mejoramiento de
la convivencia escolar. Existen limitantes en cuanto a la intervención de las organizaciones
gubernamentales, porque no hay apoyo suficiente en situaciones tipo III, como abuso sexual,
intento de suicidio, consumo y venta de drogas.
En contraste, los orientadores escolares afirmaron que el modelo de gestión de la convivencia o
las acciones para tratar los conflictos escolares no eran pertinentes debido a variables internas
y externas a la institución.
«Yo creo que todos los modelos tienen limitaciones, en la medida que nosotros tratamos de
trabajar de manera integral, pero a veces encontramos variables como los padres que no aportan
mucho» (OEM10, comunicación personal).
«Una de las limitaciones es que el modelo es generalizado, no es particular y no se pueden
estudiar los casos» (OEM8, comunicación personal).
Las limitaciones las pone la misma ley, por ejemplo, cuando se presenta un caso tipo
III, nosotros tenemos que remitir inmediatamente, ya sea ICBF, a la policía de infancia y
adolescencia, a la comisaría de familia; entonces, nosotros nos desconectamos directamente
del caso. (DDH3, comunicación personal)
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Pertinencia de la gestión de la convivencia escolar
Teniendo en cuenta la perspectiva de los orientadores, los procedimientos de gestión de
convivencia que inciden más desde su rol son la atención o el seguimiento o la promoción; otros
coinciden en la prevención o promoción, y los demás, que influyen en todos los procesos.
«Se trabaja más, pero creo, siendo honesta, en los que hay mayor participación y dinámica
creo que es en la atención, desde mi perspectiva, actualmente, es en la atención» (OEM7,
comunicación personal).
«Yo pienso que el seguimiento, porque a veces la promoción es buena, pero siento que no da
tanto resultado como si tú haces seguimientos a situaciones a estudiantes» (OEM8, comunicación
personal).
Es muy importante la promoción y prevención, lo que se busca es evitar que las situaciones
se den, siempre trabajando por la sana convivencia, por el respeto, la tolerancia» (OEM9,
comunicación personal).
Asimismo, los orientadores escolares resaltaron la importancia de su función para la gestión
de la convivencia escolar, ya que ayudan a prevenir las situaciones de conflicto, que se repitan
o sean más complejas, gracias al acompañamiento a estudiantes y a padres de familia en el
proceso convivencial y el trabajo con la comunidad.
«Absolutamente indispensable, desde orientación escolar, cada semana enviamos mensajes
para que el estudiante sienta que, aunque está en su casa con esta virtualidad, tiene su
acompañamiento» (OEM9, comunicación personal).
Si bien no existe un modelo de gestión de la convivencia definido, los directivos docentes y
orientadores escolares tienden a adoptar un enfoque normativo, siguiendo lo establecido por
la ley. Esto implica una orientación más punitiva, dado que, en algunos casos, ha mostrado
resultados positivos, mientras que en otros no. Cabe destacar que los entes gubernamentales han
enfrentado dificultades en la gestión de situaciones como el abuso, el consumo de alucinógenos
y la violencia, debido a la falta de seguimiento a los casos, al entorno y a las familias de los
estudiantes.
Tabla 5
Prevención
Prevención de los conflictos escolares
Son diversas las estrategias y mecanismos empleados tanto por los directivos docentes
coordinadores como por los orientadores escolares para prevenir los conflictos escolares. Entre
ellos, se incluyen actividades de prevención, charlas y talleres, formaciones con el estudiantado,
escuelas de padres, proyectos preventivos, monitoreo de las dificultades de los estudiantes,
uso de videos y análisis de casos, implementación de estudiantes conciliadores en el aula,
incorporación de estrategias de prevención en el manual de convivencia, trabajo preventivo en
el aula y diálogo permanente con los estudiantes.
«Estamos pendientes de los estudiantes, tanto los docentes como nosotros los directivos, y
yo más, que soy de convivencia; estamos pendientes de la dificultad que el niño trae» (DDH2,
comunicación personal).
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Tabla 6
Atención
Atención de los conflictos escolares
El rol del directivo docente coordinador en la resolución de conflictos escolares se centra
en la mediación de situaciones de convivencia, la negociación, la facilitación de procesos de
reconciliación y el ejercicio de la conciliación.
«Garantizar el bienestar y buen vivir de los estudiantes a través de procesos de reconciliación
que lleven a un trato amigable y cordial entre ellos» (DDH6, comunicación personal).
Para comprender los motivos, el estado de ánimo y las situaciones que enfrentan los estudiantes,
desde la perspectiva de los directivos docentes y orientadores escolares, es fundamental
indagar, investigar y diagnosticar su contexto. Esto implica conocer la naturaleza del conflicto,
los problemas en el hogar, las relaciones con sus compañeros y el entorno que los rodea.
Además, es necesario analizar cómo se origina la dificultad, evaluar su estado emocional, la
expresión de sus sentimientos y pensamientos, así como el ambiente familiar y social. Todo esto
permite abordar integralmente la atención de las situaciones en el ámbito escolar.
«En orientación escolar y la parte de convivencia, no nos quedamos en la situación que pasó,
vamos más allá, estamos en intervención individual, siempre indagamos acerca del estudiante»
(OEM7, comunicación personal).
Sobre la ruta metodológica o procedimientos usados para atender situaciones de conflicto o de
violencia escolar, los orientadores y coordinadores coincidieron en la utilización de los siguientes
mecanismos: normas establecidas en el Manual de convivencia, Ley 1620, conducto regular,
ruta interna o externa, actores institucionales que intervienen en la atención de situaciones de
conflicto, instituciones y organismos que inciden en la atención y, por último, involucrar al padre
de familia e informar la situación.
«Dependiendo del tipo de situación, se activa esa ruta que es la 1620 para que se le dé el trato
conveniente a dicho caso» (OEH11, comunicación personal).
«Cuando la situación se produce en el aula de clase, nosotros tenemos estipulados unos manejos
de conducto regular que están claramente especificados en el manual de convivencia» (OEM8,
comunicación personal).
Tabla 7
Promoción
Promoción para la sana convivencia
Entre las estrategias y acciones implementadas al interior de las instituciones educativas, tanto
la coordinación como la orientación escolar, a fin de promocionar la convivencia escolar, procuran
el trabajo en equipo, uso de sigla (eslogan) para la convivencia, diálogo, proyectos o formación en
valores, programa escolar de convivencia, charlas con los estudiantes y actividades de formación.
«Estamos constantemente ingresando a los salones, tenemos siempre los espacios disponibles
para tratar todo este tema a través de charlas, talleres» (OEH12, comunicación personal).
Bueno, para lo promoción de la sana de convivencia, se realizan actividades que van de la
mano con la razón de ser de la institución, que buscan la fraternidad, el compañerismo entre
los estudiantes, por ejemplo, la Semana de la Paz, Amor y Amistad, festival de la canción, entre
otros. (OEM10, comunicación personal)
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Tabla 8
Seguimiento
Seguimiento de los conflictos escolares
En este proceso, es fundamental el compromiso de los estudiantes para cambiar su actitud frente
a la convivencia escolar, mediante un seguimiento periódico y orientado hacia la formación para la
vida, con el propósito de mejorar sus comportamientos. Además, se emplean diversos formatos
de registro, entre los cuales se incluyen los siguientes: formatos de situaciones, actas de diálogo,
sanciones pedagógicas, compromisos disciplinarios, matrícula condicional, fichas acumulativas
del estudiante, formatos disciplinarios, observadores del alumno y formatos de seguimiento.
Si se le va haciendo seguimiento. Primero, se hace un compromiso al estudiante, ya para que
no se repita la situación. Se utiliza un formato disciplinario y él lo debe firmar junto con el
padre de familia, porque siempre que hay un conflicto que amerite traer al padre de familia
hay que traerlo. (DDH1, comunicación personal)
2. Procedimientos de gestión de la convivencia que se relacionan con el tratamiento de
situaciones de conflictos.
Al hacer la revisión documental de los formatos empleados para el tratamiento de situaciones de
conflictos, se pueden verificar acciones que evidencian la gestión de la convivencia al interior de
las instituciones educativas mediante dos procedimientos definidos, a saber: 1) atención de los
conflictos escolares y 2) seguimiento de los conflictos escolares.
Atención de los conflictos escolares
Los procedimientos de atención de situaciones que afectan la convivencia en Colombia se
fundamentan en la ruta de atención contemplada en la Ley 1620 de 2013 y su Decreto 1965 de
2013. Esta ley presenta situaciones de tres tipos: tipo I, tipo II y tipo III. En las instituciones
educativas, las situaciones de tipo I son manejadas generalmente en el aula por los docentes;
se hace un llamado de atención verbal; sin embargo, cuando, el estudiante reincide en su
conducta, entonces el coordinador toma el caso, según informe previo suministrado por el
docente. Además, frente la violencia escolar, cualquier docente, directivo u orientador puede
llamar la atención a los alumnos o ser mediador del conflicto.
Cuando los conflictos no son solucionados y se presenta violencia mediante agresiones físicas,
psicológicas, verbales: si es de tipo sistemático, son confrontados desde la coordinación y remitidas
al orientador escolar; si hay daño físico sin incapacidad o de tipo cibernético, se convierten en
situaciones de tipo II, y, dependiendo de la gravedad, son remitidas a una instancia gubernamental
competente. En estos casos, se consideran los protocolos de la ruta de atención según la Ley.
Si la situación es de tipo III, entonces, se remite inmediatamente a los entes gubernamentales
comprometidos con salvaguardar la integridad de los niños y adolescentes. En este caso, se debe
aportar la siguiente documentación: formatos de situaciones convivenciales, actas de diálogo,
formato de sanciones pedagógicas, formato de compromisos disciplinarios; cabe señalar que los
nombres o denominación de cada formato varía en cada institución, pero su propósito es el
mismo: mejorar las conductas de los estudiantes. En cuanto a la atención, los padres de familias
deben estar informados de la situación que afrontan sus hijos, ya que ellos juegan un papel muy
importante para reforzar los comportamientos positivos en el hogar (ver Figura 3).
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Figura 3
Procedimiento de atención
Nota. Tomado de Molina (2022).
Seguimiento de los conflictos escolares
Los procedimientos de seguimiento parten de la atención de situaciones de conflictos, se diferencian
de esta porque existe una periodicidad en la revisión de la problemática, generalmente se atienden
situaciones de tipo II y III. Además, la intervención del orientador escolar es más recurrente y
depende de los compromisos pactados por los estudiantes y los padres de familia, su fin es
garantizar los derechos de los niños y adolescentes, mediante el debido proceso.
Este proceso se caracteriza por dos aspectos importantes: el primero, el rol del directivo docente
y orientador escolar al indagar por su comportamiento, cotidianidad en la escuela, las situaciones
que enfrenta en torno a su ambiente familiar y social, en otras palabras, la voluntad de realizar
seguimiento continuo a los estudiantes con dificultades comportamentales, emocionales o
psicológicas, con el fin de que ellos mejoren; el segundo, se relaciona con la responsabilidad de
llevar los formatos o documentos que evidencian el seguimiento de las situaciones (ver Figura 4).
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Figura 4
Seguimiento de situaciones de conflicto
Nota. Tomado de Molina (2022).
En este contexto, los documentos utilizados son los observadores o fichas acumulativas, los
formatos de seguimiento y de matrícula condicional. El observador o ficha acumulativa está
diseñado para hacer descripciones periódicas o repetitivas en el año de los aspectos académicos
y convivenciales del alumno, durante todo el tiempo de su estancia en la institución, es decir,
puede acumular la información de varios años, seguimientos, acompañamientos, compromisos,
fortalezas y debilidades y, en algunos casos, aspectos físicos y psicológicos, por ejemplo, estatura,
peso, discapacidad, etc. Otro aspecto importante es que contiene información relevante de los
padres de familia o acudientes, como sus datos personales, ocupación y profesión.
En los formatos de seguimiento se especifica la reincidencia del estudiante y aspectos como
compromisos y firma del acudiente, con el fin de garantizar el debido proceso. Los formatos de
matrícula condicional son el último recurso que utiliza el coordinador, ya que después de todo
el proceso convivencial que se adelanta con el orientador escolar en compañía de su acudiente
o padres de familia, de acuerdo con lo establecido en Manual de convivencia y con el respaldo
y decisión del Comité de Convivencia, se legaliza este formato. Por medio de este formato, se
informa al acudiente sobre el comportamiento del estudiante; en el caso de que continúe con
comportamientos inadecuados, se cancela su matrícula.
Discusión
Al estudiar la gestión de la convivencia escolar (GCE) desde las perspectivas de los directivos
docentes (PDD) y de los orientadores escolare (POE), y después de triangular la información
(Molina, 2022), se puede señalar que los autores analizados enfocan sus estudios en aspectos que
estructuran la gestión de la convivencia. Desde este horizonte, se puede establecer que existen
modelos que se enfocan en la atención de situaciones de conflictos de tipo punitivo, relacional
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e integrado (Torrego, 2006). Sullivan (como se
citó en Martín et al., 2003), además del punitivo,
incorpora las consecuencias y los sentimientos.
Por su parte, Morales (2022) centra la gestión de
la convivencia en el debido proceso en un círculo
de dialogo, el cual busca la garantía del respeto
del ser humano y sus derechos. No obstante,
la realidad es que no existe un modelo definido
en las instituciones educativas, la gestión tiene
limitantes que dependen de agentes externos
y generalmente responden acciones de sanción
y del entorno social y sus problemáticas, y no
a una planificación programada ni direccionada.
Por otra parte, algunos autores enmarcan la
gestión de la convivencia en los aspectos de la
promoción y prevención, que generalmente se
caracterizan por ser de tipo formativo (Canchila
y Pacheco, 2021; Briceño, 2024; Carvajal y
Acebedo, 2019), y se direccionan en relación
con el ser, la ética y valores, la construcción de
paz y ciudadanía.
Molina (2022), en su investigación, desde el
enfoque emocional, da la misma importancia
a todos los procesos que inciden en la gestión
de la convivencia para tratar las situaciones de
conflicto y disminuir la violencia en la escuela, ya
que los componentes de atención, promoción,
prevención y seguimiento de situaciones de
conflictos no son mutuamente excluyentes, son
más bien complementarios.
Asimismo, Saavedra (2024) expone que, además
de los planteamientos punitivos y formativos,
se suman los gerenciales, es decir, aplicar las
acciones de la gestión en el direccionamiento de
la convivencia escolar, como en la aplicación del
ciclo planear, hacer, verifica y actuar —PHVA—
(Lombana, 2016) y el modelo de la European
Foundation for Quality Management —EFQM
(Ortiz-Padilla et al., 2018), que buscan mejoras
en la convivencia escolar de forma sistémica.
A pesar de que en las instituciones educativas
realizan actividades cuyo objetivo es el mismo:
mitigar la violencia, estas no siempre hacen
parte de una planificación institucional, lo que
demuestra falencias en la gestión, dado que no
existen objetivos claros ni indicadores, metas
y evaluación del impacto en la coexistencia
escolar.
Conclusiones
La gestión de la convivencia escolar se
caracteriza por los siguientes aspectos: 1)
poseer componentes de la gestión, planeación,
ejecución, evaluación y seguimiento que
fortalecen la convivencia pacífica; 2)
fundamentarse en normas, reglas y leyes
que regulan las conductas de los estudiantes
y las formas de interactuar de la comunidad
educativa; 3) formalizar los procedimientos de
gestión mediante documentos, para garantizar
el debido proceso; 4) metas, objetivos e
indicadores que mejoran continuamente la
convivencia escolar; 5) flexibilidad de acuerdo
con las necesidades convivenciales de los
estudiantes y las transformaciones del entorno
social, y 6) enfoque definido: ético-moral,
socioemocional, justicia restaurativa, ciudadanía
y paz, mediación en conflictos, participación
democrática e inclusivo.
La gestión de la convivencia en las instituciones
educativas está más relacionada con la atención
y el seguimiento de los conflictos escolares
por parte de los coordinadores y orientadores
escolares, dado que siempre habrá situaciones
de conflicto entre estudiantes; aunque
la prevención y la promoción también es
relevante, ya que puede salvar vidas. Si bien
los orientadores y coordinadores observan
mejoras en la convivencia escolar, no cuenta con
indicadores que corrobore dicha información;
además, no poseen estadísticas claras de
consumos de sustancias sicoactivas entre los
adolescentes, casos de matoneo, disrupción
en clase, conductas inadecuadas e irrespeto
a los docentes, lo que muestra que no existe
un conocimiento sistémico de los avances de la
convivencia escolar. Estos avances generalmente
se miden de acuerdo con las respuestas que los
estudiantes tienen sobre diversas actividades
que se desarrollan en la IE.
Entre las rutas de gestión que se relacionan
directamente con la resolución de los conflictos
entre escolares en las instituciones educativas,
se encuentra la atención y el seguimiento de
las situaciones de conflictos. En la atención
de conflictos aún se maneja la sanción como
corrección, es decir, es de carácter punitivo;
no obstante, se realizan otras acciones que
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van mejorando la fraternidad entre quienes
están involucrados en dichas situaciones, que
se perfeccionan con la formación estructurada
en valores, paz, ciudadaa, participación
democrática e interacción con el otro.
Cabe resaltar que la orientación va de la mano
con la coordinación escolar. En la gestión
de la convivencia, estos estamentos son
complementarios para dar solución a situaciones
de conflicto que ayude a llevar a feliz término
el proyecto educativo de los estudiantes. Tanto
los coordinadores como orientadores son
conscientes de la relevancia de la convivencia
para la comunidad educativa; por tanto,
desarrollan en conjunto distintas estrategias,
planes y actividades que apuntan a una sana
coexistencia cada vez que se requiera.
Conflicto de interés
La autora manifiesta no tener ningún tipo de
conflicto de interés que afecte la publicación.
Responsabilidades éticas
Para la investigación cualitativa, se realizaron
entrevistas semiestructuradas a los directivos
docentes coordinadores y orientadores
escolares, mayores de edad, quienes firmaron
un consentimiento informado para la recolección
de los datos.
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principal. Procesamiento estadístico de datos,
escritura de materiales y métodos, obtención
de los resultados, análisis e interpretación
de resultados, escritura de la introducción,
métodos, discusión y conclusiones.
La autora elaboró el manuscrito, lo leyó y
aprobó.