
Revisión bibliográfica acerca del proceso de aprendizaje asociado a la comprensión de dimensiones
espaciales-temporales de eventos, problemáticas y prácticas sociales desde una perspectiva interactiva
Greys Patricia Núñez Ríos
Livia Esther Rosales Peláez
Ruby Esther Olivera Cárdenas
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Revista Unimar Julio-Diciembre 2024
e-ISSN: 2216-0116 ISSN: 0120-4327 DOI: https://doi.org/10.31948/rev.unimar
Rev. Unimar Vol. 42 No. 2 pp. 112-116
el 40 % corresponde al año 2021; el 20 %, a
2022 y 2020; el 13,33 %, a 2019, y el 6,66 %,
a 2023. En cuanto al enfoque metodológico, el
80 % eran investigaciones de corte cualitativo;
el 13,33 %, cuantitativas (2), y el 6,66 %,
mixtas (1).
Por otra parte, el 26,66 % no tenía componente
de tecnología o afines, pero el 73,33 % sí. De
esos trabajos, el 40 % manejaba de manera
específica la infografía; el 6,66 % trabajaba la
línea del tiempo (solo 1), y el resto combinaban
infografía (26,66 %) con alguna estrategia
asociada a tecnología, por ejemplo, redes
sociales, gamificación o cultura maker.
De los trabajos de corte cuantitativo, uno de
ellos obtuvo resultados a través de un diseño
cuasiexperimental, y los grupos estudiados
no mostraron diferencias estadísticamente
significativas en la primera evaluación.
Sin embargo, las personas que recibieron
la exposición de los temas con infografías
mostraron una mayor retención un mes después
en comparación con el otro grupo (Bernal-
Gamboa y Guzmán-Cedillo, 2021).
Del mismo modo, los procesos lúdicos
interculturales constituyen estrategias útiles
para la educación y la paz, no solo para el
ámbito indígena, sino para todos (Vargas et al.,
2021). En contraste, la experiencia de cierre de
una escuela tuvo consecuencias negativas para
el estudiantado, pero cuando esta reabrió, se
constituyó en un espacio protector que permitió
enfrentar la crisis social entre pares (Burger
et al., 2021), lo cual es fundamental cuando
hay una dependencia entre la percepción de
conductas conflictivas y el nivel de marginación
de la escuela (Ochoa et al., 2021).
Por otro lado, existe un nivel alto en las
competencias didácticas, sociocolaborativas y
creativas y en el dominio de las herramientas
tecnológicas; sin embargo, la competencia
digital alcanza un nivel medio-alto, debido a la
limitada integración de recursos de elaboración
propia (Del Moral et al., 2023). Teniendo en
cuenta otras investigaciones, el análisis permitió
identificar diferencias en términos de proyectos,
horizontes y temporalidades entrelazadas, lo
cual señala cómo las dimensiones simbólicas de
la desigualdad atraviesan las anticipaciones de
futuro de estos jóvenes (Bostal, 2022; Jiménez-
Puerto, 2022). Además, se observó que las
herramientas basadas en la visualidad, con
un manejo concreto de la información sobre
distintos temas, se agrupan en las categorías de
servicios universitarios, rendimiento académico,
salud mental y física, y aspectos profesionales
(Valdez et al., 2022).
A nivel nacional, las fuentes de consulta de
estas investigaciones se ubicaron entre los
años 2016 y 2022, de las cuales el 93 % (14
investigaciones) realizó su estudio con un
enfoque cualitativo y el 7 % (1 investigación) se
inclinó por el enfoque cuantitativo. En cuanto
a tecnologías, el 33,33 % (5 investigaciones)
utilizó alguna relacionada con interactividad;
una sola siguió el camino de las infografías, y el
66,66 % (10 investigaciones) no utilizó ninguna
herramienta tecnológica relevante.
Los resultados muestran que esta intervención
fue efectiva para mejorar los niveles de
comprensión y actitudes en el área. En
particular, se identificó un efecto significativo
de la interacción entre la participación en la
intervención y el cambio, cuando se aplicó
un pretest y postest sobre los puntajes de
comprensión y actitudes (Corredor-Aristizábal,
2020). Los estudiantes encontraron similitudes
en la forma de organización y costumbres que
tenían los antepasados en comparación con
la época actual; también, se sorprendieron
acerca de la visión sobre la creación del
mundo, la cual era diferente a la actual, y en
escenarios como los insulares (Mayorquín,
2019; Hernández, 2021).
Por otro lado, se puede decir que tanto en las
respuestas de los estudiantes como en las de los
profesores resaltan las mismas ventajas a cerca
de las plataformas y las redes sociales. A pesar
de que se favorece el flujo de comunicación
entre la escuela y la familia, también afirman
que las TIC ayudan en el aprendizaje (Aparicio,
2018). Además, a pesar de las adversidades,
los procesos escolares demuestran que las
instituciones han ido mejorando su desempeño
y la calidad de sus acciones entre los años 2016
y 2017 (Saams, 2019).