
La espiritualidad dentro de procesos pedagógicos en Latinoamérica: una revisión sistemática
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Dolly Milena de la Cruz Arboleda
Revista Unimar Enero-Junio 2024
e-ISSN: 2216-0116 ISSN: 0120-4327 DOI: https://doi.org/10.31948/rev.unimar
Rev. Unimar Vol. 42 No. 1 pp. 118-132
encuentra la persona (Tuñoque, 2020; Ortiz,
2019; Piedra, 2017); lo anterior aunado a un
propósito de vida (García, 2015; Rodríguez,
2019; Tuñoque, 2022; Mogollón, 2017; Veitia
et al., 2021; Córdoba y Durán, 2020).
Abordaje teórico de espiritualidad y
religión.
Las diferentes investigaciones se condensan
en un proceso ambivalentes entre autores que
categorizan a la espiritualidad desde bases
religiosas, tal como lo menciona Castillo (como
se citó en Trejo, 2013), la espiritualidad se trata
de una característica social que mira al cuerpo
y alma como una unidad (Naranjo y Moncada,
2019; Vargas y Moya, 2018; Rodríguez, 2018;
Silvera, 2020; Buitrago et al., 2022; Florian, 2015;
Aguirre, 2021; Vega, 2020; Salamanca, 2017;
Gallego et al., 2016; Tovar, 2019). Por su parte,
Enríquez et al. (2020) abordan la espiritualidad
desde la visión y vida de San Francisco de Asís,
dentro de procesos pedagógicos, afirmando que
es un aspecto innovador, donde se reconocen
espacios de diálogo, y prevalece la formación
espiritual, académica y social.
Sin embargo, se encuentran otros autores que
posicionan a la espiritualidad como un aspecto
amplio que agrupa todo tipo de religiones,
incluso aquellos quienes no profesan con ninguna
(Rentería, 2019; Miguel-Rojas et al., 2018;
Prado, 2019; González et al., 2022; Parada-
Rico et al., 2022). Es decir, la espiritualidad
se establece como una propuesta esencial en
el ser humano para su comportamiento, que
no necesariamente debe estar enlazada a una
fe religiosa, por el contrario, sea vista desde
una posición neutral que todas las personas
la poseen y pueden ir desarrollándola a lo
largo de su vida. Dentro de la espiritualidad
se reconocen procesos interdisciplinarios para
generar ayuda a los diferentes campos donde
el ser humano se relaciona, de esa manera, da
prioridad a características fraternas, afectivas,
de diálogo, compasión, tolerancia, paciencia y
alegría, las cuales brindan felicidad tanto a los
propios individuos como a los demás (Naranjo
y Moncada, 2019; Enríquez et al., 2020;
Salamanca, 2017; Vega, 2020).
Por otro lado, Uribe (2017) plantea que la
espiritualidad vista desde San Francisco de Asís
presenta cuatro categorías que la engloban
dentro del proceso pedagógico, a saber: factor
relacional, visto como lazos comportamentales
consigo mismo, con las demás personas, con el
otro y lo otro, y con Dios. Dentro de la revisión
de estudios equivale al 100 % que refiere este
aspecto (Rodríguez, 2019; Rodríguez, 2018;
Puga et al., 2023; Gómez y Cáceres, 2022;
Galván, 2023; Salazar, 2021; Buitrago et al.,
2022; Canales, 2021; Gherlone, 2022; Parada
et al., 2022; Cuspian, 2022). También, se
encuentra la fraternidad que corresponde al 95
%; entendida como el amor por las personas,
el respeto a los principios y valores moralmente
establecidos y que, desde un comportamiento
altruista, contribuye a un ambiente cordial y
sano en el campo educativo (Vargas y Moya,
2018; Piedra, 2017; Bendack y Tarazona, 2021;
Salgado, 2015; Castillo y Montoya, 2015;
Gootjes y Limaymanta-Álvarez, 2015; Peri y
Pérez, 2019; Salgado-Lévano, 2018; Ortiz,
2019; Silvera, 2020).
Finalmente, se evidencia que, en los artículos,
la paz forma parte del campo espiritual y, aún
más, desde las relaciones entre los estudiantes
y profesores, equivale al 87,1 % del total de
los estudios; por tanto, se reconoce que esta
categoría tiene una función fundamental en el
contexto educativo, puesto que, al educar y
brindar herramientas eficaces a los educandos
sobre el valor que presenta este valioso
componente, permite que se construya en el
futuro una sociedad pacífica (Miguel-Rojas et
al., 2018; Prado, 2019; González et al., 2022;
Salgado-Lévano, 2015; Rodríguez, 2019;
Beltrán et al. 2015; Vega, 2020; Mayorga,
2023; Gallego et al., 2016; Aguirre, 2021;
Mogollón, 2017; Ardiles et al., 2020). Por
último, se descubrió el principio de minoridad
(72,6 %), que presenta una gran relevancia en
la aplicación dentro de los salones de clases,
ya que ayuda al alumnado a cultivar humildad,
respeto y servicio hacia los demás (Aranguren,
2023; Rentería, 2019; Naranjo y Moncada,
2019; Rosas y Labarca, 2016; Contreras, 2020;
Bueno et al., 2020; García, 2015; Tovar, 2019).