Perspectivas y tensiones de la responsabilidad social de la universidad
Jairo Rodrigo Velásquez Moreno
Ruth Amanda Cortés Salcedo
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En este contexto, De Sousa (2007) propone
densicar la responsabilidad social de la
universidad desde una perspectiva territorial,
de modo que la universidad conozca la realidad
social a partir del testimonio y la carencia, y
plantee una relación tejida colaborativamente
sobre las soluciones en benecio de las
comunidades, lo que suma a una concepción de
RSU diferente, es decir, una contraconducta
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que
aporta al desarrollo de la relación universidad-
sociedad situado y trascendente.
La anterior reexión pone sobre la mesa
cuestionamientos dirigidos a las universidades, y
sobre los cuales es necesario actuar, sobre todo
en lo relacionado con el uso del conocimiento que
proviene de la investigación, entonces, ¿hasta
dónde hace la diferencia y sienta precedentes
de cambio y transformación? y ¿hasta dónde
se convierten en colecciones de conocimiento
intrascendente y descontextualizado?, en la
lógica del capitalismo cognitivo
que hoy sostiene
las instituciones.
A propósito del capitalismo cognitivo, Blondeau
(como se citó en Galceran, 2007) manifestó:
El desarrollo de una economía basada en la
difusión del saber y en la que la producción de
conocimiento pasa a ser la principal apuesta de
la valorización del capital. En esta transición,
la parte del capital inmaterial e intelectual,
denida por la proporción de trabajadores
del conocimiento –knowledge workers– y de
las actividades de alta intensidad de saberes
–servicios informáticos, I+D, enseñanza,
formación, sanidad, multimedia, software– se
arma en lo sucesivo, como la variable clave
del crecimiento y la competitividad de las
naciones. (p. 89)
De manera especial se reexiona sobre este
concepto en el marco de la investigación, ya
que se presente en la educación superior, en
el contexto de lo que representa lo propuesto
por la Reforma de Bolonia en Europa, y que
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La contraconducta es una actitud que se maniesta en un
comportamiento que se da en el marco de lo que expusiera
Foucault (2009) como la crítica, la cual se enfrenta a la perspectiva
de la pastoral cristiana, propia de la Edad Media y, en palabras del
autor, muy arraigada en la Europa occidental del siglo XVI, la cual,
en su momento, armaba: “cada individuo cualquiera que fuera
su edad, su estatuto, y esto de un extremo al otro de su vida, y
hasta en el detalle de sus acciones, debía ser gobernado y debía
dejarse gobernar, es decir, dirigirse hacia su salvación” (p. 6).
incide directamente en la universidad global,
especialmente latinoamericana; sobre la
reforma, Galcerán (2007) manifestó:
‘Se podría invitar a las empresas a que nancien
o conancien equipos, escuelas, becas,
actividades de renovación curricular, cátedras
o departamentos universitarios, unidades
de investigación, cursos de formación para
atraer a estudiantes y personas en formación
hacia los ámbitos que adolecen de carencias
de trabajadores cualicados, etc.’ (Comisión
Europea, 2003: 17). En ningún momento
surge la sospecha de que estas actividades,
nanciadas directamente por las empresas,
podrían provocar conictos con la necesaria
autonomía de la Universidad y el principio
crítico que debe (o al menos puede) informar
su práctica investigadora y docente, lo que
implica que para los promotores del proyecto,
el principio de rentabilidad económica es
socialmente constitutivo y no vislumbran
conictos entre intereses en el campo social
Estas características delatan que el
proyecto forma parte de la reacción neoliberal
que está propiciando en los últimos decenios
la desestructuración del Estado de Bienestar
y su sustitución por la mercantilización del
espacio público. En particular, esta orientación
se revela en el esfuerzo por centrar la
formación en la cualicación de la fuerza de
trabajo. Tal idea es coherente con el principio
de atender las demandas del mercado de
trabajo y de implicar a las empresas en la
nanciación de los estudios, y lo es también
con la política de vincular a los beneciarios
en el coste de una formación que les permitirá
mejores oportunidades laborales, pero choca
con el objetivo de redistribución social de la
riqueza que suponía la formación pública y
con sus efectos de movilidad social. A la vez
tiende a convertir todo el espacio formativo
en un nicho de valorización del capital que
en la investigación ligada al capital nanciero
–proyectos de investigación nanciados con
fondos de capital riesgo como ocurre, por
ejemplo, en biotecnología y medicina– alcanza
su máxima expresión. (p.93)
Al respecto, las universidades actuales están
insertas en un mercado del conocimiento,