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Estrategia didáctica para el fortalecimiento de la identidad cultural para el nivel de transición.
Ángela Maria Maya Rodriguez
Sandra Irene Maya Lora
Vieda Rosa Habib Murgas
El reconocimiento cultural es parte integrante
de la identidad cultural; debe ser entendido,
según Daes (1997), como todo aquello que
forma parte de la identidad característica de
un pueblo, que puede compartir, si lo desea,
con otros pueblos. Para el Ministerio de Cultura
(s.f.), la salvaguardia del patrimonio cultural
inmaterial son los usos, representaciones,
expresiones, conocimientos y técnicas, junto
con los instrumentos, objetos, artefactos y
espacios culturales que les son inherentes,
que las comunidades, los grupos y en algunos
casos los individuos, reconocen como parte
integrante de su patrimonio cultural. Este
patrimonio cultural inmaterial que se transmite
de generación en generación, es recreado
constantemente por las comunidades y grupos
en función de su entorno, su integración con
la naturaleza y su historia, infundiéndoles
un sentimiento de identidad y continuidad y,
contribuyendo a promover el respeto de la
diversidad cultural y la creatividad humana.
En este mismo orden de ideas, la apropiación
de los elementos culturales signica la adopción
o uso de elementos que les son comunes a los
miembros de un lugar y que han tenido un
gran peso en el desarrollo de las civilizaciones.
Campos (2018) expresa que es el compromiso
afectivo con la historia de la región, a partir del
cual puede construirse un proyecto común que
subsana la conictividad; la identidad cultural
regional “implica un compromiso afectivo
vital con el pasado, presente y futuro de los
procesos económicos, sociales y culturales
que acaecen en una localidad o región” (p.
208). Este compromiso vital, entonces, es
una fuerza social para asumir el proyecto de
desarrollo compartido por los actores, al que
pueden subsumirse los intereses del colectivo.
En el reconocimiento de los monumentos
culturales, la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO, 2001), ha denido a la
cultura como:
El conjunto de los rasgos distintivos
espirituales y materiales, intelectuales y
afectivos que caracterizan a una sociedad
o a un grupo social y que abarca, además
de las artes y las letras, los modos de vida,
las maneras de vivir juntos, los sistemas
de valores, las tradiciones y las creencias.
(párr. 6)
Esto ha dado origen a que la cultura haya
dejado de ser únicamente una acumulación
de las obras y conocimientos que produce una
sociedad determinada, y no se limite al acceso
a los bienes culturales, sino que es, a la vez,
una exigencia de un modo de vida que abarca
también el sistema educativo. Por su parte, la
cultura tradicional y popular fue denida por la
UNESCO (1989) en la recomendación sobre la
salvaguardia de la cultura tradicional y popular,
como:
el conjunto de creaciones que emanan de una
comunidad cultural fundadas en la tradición,
expresadas por un grupo o por individuos
y que, reconocidamente, responden a las
expectativas de la comunidad en cuanto
expresión de su identidad cultural y social;
las normas y los valores se transmiten
oralmente, por imitación o de otras
maneras. Sus formas comprenden, entre
otras, la lengua, la literatura, la música, la
danza, los juegos, la mitología, los ritos, las
costumbres, la artesanía, la arquitectura y
otras artes. (párr. 39)
En el preámbulo de la mencionada
recomendación se arma que “la cultura
tradicional o popular forma parte del patrimonio
universal de la humanidad y que es un poderoso
medio de acercamiento entre los pueblos y
grupos sociales existentes y de armación de su
identidad cultural” (párr. 6). Los dos conceptos
citados (cultura y cultura tradicional y popular)
enuncian que no existe una sola cultura sino
una multiplicidad de culturas que comparten
o no, un determinado tiempo y espacio. “Esta
diversidad se maniesta en la originalidad y la
pluralidad de las identidades que caracterizan
los grupos y las sociedades que componen la
humanidad” (UNESCO, 2001, párr. 3)
Otra temática relevante la conformó el estudio
de los monumentos culturales de la ciudad
de Valledupar. La página Valledupar Turística
(2012) los identica como parte importante
de su cultura, los cuales adornan las avenidas
de la ciudad; entre ellos están: El Obelisco,
Escultura de Hernando de Santana, Los Gallos
de pelea (Homenaje a los galleros del mundo),
La María Mulata, Los Poporos, La Revolución
en Marcha, Homenaje al Viajero, La Sirena
de Hurtado, La Pilonera Mayor, Alfonso López,
entre otros.