Revista UNIMAR 37(2)- Rev. Unimar - pp. 181 -187.ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116, Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019.El objetivo de la educación desde el texto “La pedagógica latinoamericana”181ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116, Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019. RESUMENABSTRACTEl objetivo de la educación desde el texto “La pedagógica latinoamericana”* Juan Pablo Rosero Gomajoa**Cómo citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo: Rosero, J. (2019). El objetivo de la educación desde el texto “La pedagógica latinoamericana”. Revista UNIMAR, 37(2), 181-187. DOI: hps://doi.org/10.31948/Rev.unimar/37-2-art10Fecha de recepción: 15 de junio de 2019Fecha de revisión: 26 de agosto de 2019Fecha de aprobación: 08 de octubre de 2019Este texto tiene como objetivo, analizar la teleología de la educación en el contexto social latinoamericano; para ello, toma como base la obra del lósofo Enrique Dussel, titulada “La pedagógica latinoamericana”, apoyada con lecturas y relecturas de los planteamientos del educador Paulo Freire. El análisis es guiado a través de un paradigma cualitativo y un enfoque hermenéutico, con su especicidad de hermenéutica latinoamericana. En este sentido, se logró evidenciar que el cometido de la educación en Latinoamérica tiene una doble connotación: por un lado, brindar herramientas de liberación de los pueblos oprimidos históricamente, en especial, por culturas hegemónicas como la eurocéntrica, y por el otro, enseñar a convivir en la diferencia, aceptando y respetando al otro. Palabras clave: Educación, pedagógica latinoamericana, liberación, otredad.The objective of education from the text “Latin American pedagogy”This text aims to analyze the teleology of education in the Latin American social context, based on the work of the philosopher Enrique Dussel, entitled “The Latin American pedagogical”, supported in turn with readings of the approaches of educator Paulo Freire. The analysis is guided through a qualitative paradigm and a hermeneutical approach, with its specicity of Latin American hermeneutics, thus being able to show that the role of education in Latin America has a double connotation: on the one hand, to provide tools for the liberation of the oppressed peoples historically, especially, for hegemonic cultures such as the Eurocentric, and on the other, to teach to live in the dierence, accepting and respecting the other.Key words: Education, Latin American pedagogical, liberation, otherness.* Artículo de Reexión. La nalidad es analizar el objetivo de la educación en el contexto social contemporáneo.** Estudiante de Maestría en Gerencia Social, Universidad de Nariño; Licenciado en Ciencias Sociales, Universidad de Nariño; becario del programa Bécate 2018, Gobernación de Nariño-Fundación CEIBA. Integrante del grupo de investigación EduMultiverso, Universidad de Nariño. Correo electrónico: juanpar.g1811@gmail.com
Revista UNIMAR 37(2)- Rev. Unimar - pp. 181 -187.ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116, Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019.182Revista UNIMAR 37(2)- Rev. Unimar - pp. 181 -187.ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116, Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019.El objetivo de la educación desde el texto “La pedagógica latinoamericana”Juan Pablo Rosero Gomajoa183RESUMOO objetivo da educação a partir do texto “pedagogia latino-americana”Este texto tem como objetivo, analisar a teleologia da educação no contexto social latino-americano, com base no trabalho do lósofo Enrique Dussel, intitulado “O pedagógico latino-americano”, apoiado, por sua vez, com leituras das abordagens do educador Paulo Freire. A análise é guiada por um paradigma qualitativo e uma abordagem hermenêutica, com sua especicidade na hermenêutica latino-americana, podendo mostrar que o papel da educação na América Latina tem uma dupla conotação: por um lado, fornecer ferramentas para a libertação dos povos oprimidos historicamente, especialmente, para culturas hegemônicas como o eurocêntrico e, por outro, ensinar a viver na diferença, aceitando e respeitando o outro.Palavras-chave: Educação, pedagógico latino-americano, libertação, alteridade.La juventud ya no pide; exige que se le reconozcaun derecho a exteriorizar ese pensamientomás amplio, pues comprende a todas las ciencias y disciplinas del saber y de todos los espacios públicos (política) y privados (como la familia), sugiriéndonos así, que la categoría ‘Pedagógica’, se enmarca más en el contexto educativo que en la misma ciencia pedagógica. En este sentido, se arma que:El enfoque que el autor [Dussel] proyecta en su visión de la pedagógica latinoamericana y lo anuncia como un discurso dicultoso de entender, sobre todo al inicio de su fundamento, alertando también que adentrándose en reconocer sus bases se logrará el entendimiento de la tarea educativa en el sentido más amplio del término desde una perspectiva de la alteridad, expresando cómo la pedagógica es la parte de la losofía que piensa la relación cara a cara; es decir, las relaciones entre los hombres en la dimensión educativa, donde intervienen padres e hijos; maestros y alumnos. (Rueda de Aranguren, 2017, p. 2).En su primer capítulo, Dussel (1980) menciona a la pedagógica simbólica, y describe losócamente la metáfora del hijo, del extraño, del nuevo, el cual no puede aceptar la dominación originaria del poder más fuerte, o sea, de su padre, el estado imperialista que después se llamaría neocolonial, el mismo que: Traiciona su cultura propia, y a su dominada y violada madre, su propia cultura que lo amamantó con sus símbolos junto a la leche originaria. La pedagógica, erótica y política, debe partir de muy lejos para descubrir su destino y su historia (p. 12).De acuerdo con lo anterior, la educación latinoamericana debe buscar más allá de los límites históricos que colonialmente le dieron vida; así entonces, sus raíces pueden ser prehispánicas, dado que la educación prehispánica, en cuanto al cumplimiento de las reglas, la veracidad de la palabra, el respeto del bien ajeno, era mucho más ecaz que los nuevos rasgos educativos coloniales.Por otra parte, es menester tener en cuenta que en el capítulo de los Límites de la Interpretación Dialéctica de la Pedagógica: La pedagógica “moderna” (que se llamará en su origen la vía moderna):Tiene como horizonte de fondo, y contra el cual se rebela, la pedagógica de la autoridad medieval, la organización de la disciplina de la cristiandad latino-germánica. Durante siglos “la comunidad de la cristiandad, en tanto que organizó en su seno una estructura político-burocrática (especialmente la Santa Sede, sus derechos monárquicos y sus prácticas ultra-centralistas)”, pondrá en pie un sistema educativo de alto rendimiento y ecacia. Lo de menos es que existan instituciones pedagógicas (desde las escuelas catedralicias hasta las universidades) o que el Papa asuma la posición últimade la imago patris (la gura del “padre” ante la “madre” Iglesia), lo fundamental es que la censura (en su sentido político y psicológico) es introyectada hasta el interior de la subjetividad culpable. (p. 26).Es por ello que una pedagógica latinoamericana debe quebrar esos axiomas heredados de una educación burocrática medieval, donde prima el proceso de subsunción ante una autoridad establecida, y que se reproduce casi arquetípicamente en la educción. Aunado a lo anterior, Dussel (1980) plantea que la ontología pedagógica tradicional es de dominación, porque el hijo-discípulo es considerado como un ente en el cual hay que depositar conocimientos, actitudes, “lo Mismo” que es el maestro o preceptor. Esa dominación incluye al hijo dentro de la Totalidad: se lo aliena. En este caso, el hijo-discípulo es lo educable: el educado es el fruto, efecto de la causalidad educadora. Es una causalidad óntica, que produce algo en algo. El producto (lo “conducido” ante la vista o la razón que evalúa el resultado) es un adulto formado, informado, constituido según el fundamento o proyecto pedagógico: “lo Mismo” que el padre, maestro, sistema ya es. La superación de la ontología signica abrirse a un ámbito más allá del “ser” pedagógico imperante, vigente, preexistente. Se trata de una meta-física” (p. 41).Es necesario entonces, cambiar también la ontología propio (Maniesto de los estudiantesde Córdoba, 1918)1. IntroducciónEl presente trabajo no tiene otro cometido más que dilucidar, desde un análisis losóco, el objetivo central de la educación en el contexto latinoamericano. Para ello, toma como base la obra titulada “La pedagógica Latinoamericana” del lósofo Enrique Dussel, análisis apoyado en conjunto con la lectura y relectura de planteamientos como los de Paulo Freire. Para lo anterior, el estudio se basa en un paradigma cualitativo, el cual otorga la posibilidad de análisis de las múltiples realidades suscitadas en contextos sociales y culturales (Hernández, Fernández y Baptista, 2006).Así mismo, su interpretación se hace desde un enfoque hermenéutico; pero no basta solamente con la simple enunciación del enfoque, sino que, por el contrario, es necesario entender que el estudio se debe abordar desde la hermenéutica de la cultura latinoamericana, la cual tiene por objeto “la comprensión del otro, donde la hermenéutica, pareciera ser el marco más apropiado para la comprensión del fenómeno cultural latinoamericano, dado que resulta de la conuencia de las culturas europeas, indígenas y afroamericanas” (Acosta, Rosero y Santiago, 2017, p. 39).En este sentido, las siguientes líneas explayan la visión de la pedagógica latinoamericana, que podría proyectarse como una categoría y arma de liberación, o en palabras de Dussel, una anti-pedagógica al eurocentrismo (1980). 2. Hacia una pedagógica latinoamericanaAntes de entrar a un análisis detallado del n último de la educación para América Latina, es necesario hacer una aclaración relevante. En un primer momento, tal como lo maniesta Dussel (1980), la pedagógica, no es lo mismo que la pedagogía, puesto que ésta última, tal como se la ha conocido tradicionalmente, es la ciencia que analiza el proceso de enseñanza-aprendizaje; en cambio, la primera tiene un grado de radiación mucho
Revista UNIMAR 37(2)- Rev. Unimar - pp. 181 -187.ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116, Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019.184Revista UNIMAR 37(2)- Rev. Unimar - pp. 181 -187.ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116, Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019.El objetivo de la educación desde el texto “La pedagógica latinoamericana”Juan Pablo Rosero Gomajoa185del proceso educativo, toda vez que el n último de la educación no es poner al estudiante como un recipiente vacío al cual solo se le transmite conocimiento, sino que, por el contrario, es una persona a la cual se la debe empoderar para emanciparlo y que pueda actuar políticamente en los espacios públicos, de una manera que se libere de las ataduras coloniales de reproducción interpuestas por el sistema educativo. Continuando con su análisis, en el capítulo la Economía pedagógica, el autor devela cómo desde el nacimiento, el ser humano ha aprehendido y aprendido a explotar desde el seno del hogar y desde el corazón de las instituciones educativas. Así Dussel (1980) maniesta que: La “económica” en el nivel del cara-a-cara pedagógica tiene un estatuto particular, único, muy distinto a la “económica” de la erótica y política. La proximidad erótica y política exige para su permanencia la lejanía del trabajo económico. En cambio, la proximidad pedagógica es ya y al mismo tiempo la “económica”, ya que la lejanía al comienzo es el pre-juego (en las experiencias primeras del oír, ver, sentir olores, mover las manos, etc., del niño recién nacido). Poco después la lejanía será el pre-trabajo: el juego, primera relación hombre naturaleza pero sin sentido pragmático; solo preparación para la pragmidad de la “económica” erótica o política. La proximidad, el cara-a-cara del hijo-madre en el mamar, de los hijos padres en el comer alrededor de la mesa, en el banquete o la esta o en la celebración política es al mismo tiempo “cara-acara”, inmediatez. La clase, la exposición del maestro es igualmente cara-a-cara y sin embargo es al mismo tiempo alimento. Por ello la “economía pedagógica”, que comienza con el alimentarse de alguien en sus senos, termina en el aprender a consumir el último remedio ante la muerte impostergable del que vive la pos-pragmidad de anciano jubilado. (p. 56).En este sentido, para Latinoamérica y para toda la periferia, la cuestión económica debe plantearse y situarse en el nivel político, toda vez que las presiones del imperialismo y neoliberalismo, y los retrasos son tantos, que es tarea imperativamente política, la educación de los pueblos. De lo que se trata es de una crítica a las instituciones pedagógicas vigentes en las naciones dependientes, estructuradas por Estados neocoloniales pobres. Pareciera que el n del ‘sistema pedagógico’ es el éxito en la vida. Pero lograr éxito en la escuela, en el trabajo y en el sexo, es una combinación de la que sólo goza en América latina una minoría que va del 1 al 5 %. (Dussel, 1980, p. 60).Se hace indispensable una nueva escuela, donde el hombre oprimido pueda desarrollarse y liberarse. Para ello, es indispensable y necesario derrumbar el mito de la pedagógica imperante que solo se preocupa por los costos educativos y que solo opera en sus lógicas, el mercado y el servicio, haciendo del humano un cliente y un producto, en vez de tener una economía pedagógica que brinde a la humanidad un camino libertario (Freire, 2005).Aunado a lo anterior, debe existir para Dussel (1980), una ética pedagógica, que la describiere de la siguiente manera: Es en el tiempo de la pedagógica donde se forman los operadores de la dominación, los dominados y los liberadores. ¿Depende todo de los ‘métodos pedagógicos’ que se use? No. Todo depende en denitiva del proyecto que tenga un sistema pedagógico. Sabemos que el proyecto es el fundamento ontológico, el ser de una Totalidad dada (la totalidad vigente) o futura (el proyecto de liberación). Sabemos también que la eticidad es la referencia meta-física del proyecto al Otro (mientras que la moralidad es sólo la relación óntica de la conducta a la ley, sea vigente o futura); de allí que hablar de la eticidad del proyecto pedagógico, signica considerar si la meta de la educación es un negar al hijo-pueblo o armarlo en su propia exterioridad. Se trata de juzgar los proyectos de los sistemas pedagógicos, el fundamento de los objetivos, los últimos nes de la educación. (p. 71). Lo precedente invita a la reexión del n último del sistema educativo, puesto que los pedagogos o los operadores de la educación se han convertido simplemente en burócratas y tecnócratas de un sistema operativizado, característico de un modelo económico imperante, sistema que reproduce una sociedad jerarquizada y oligárquica, que no le permite un accionar y libre pensar a la cultura popular (Dussel, 1980). En América Latina, infortunadamente las estructuras normativas como leyes, estatutos educativos o decretos educativos, enuncian proyectos pedagógicos que siguen reproduciendo el statu quo de la sociedad imperante occidental; “esos proyectos político-pedagógicos indican las opciones globales que los Estados se comprometen a cumplir” (Dussel, 1980, p. 81). Por su parte, esos proyectos son implementados por modelos que nunca pueden dejar de ser ideológicos; es decir que, claricando una cierta totalidad interpretativa, ocultan sus esquemas de representación, que servirán como mecanismos de dominación a un futuro.Recogiendo los planteamientos anteriores, Dussel (1980) maniesta que, si existe un proyecto pedagógico dominante, puede existir también uno liberador, el cual lo describe así: El proyecto pedagógico puede ser de liberación. La educación dominadora es agresiva, patriarcal, autoritaria; es un licidio. En cambio, la educación liberadora es ‘el despliegue de las fuerzas creadoras del niño’, de la juventud, del pueblo. En el proyecto de liberación, el padre respeta la alteridad del hijo, su historia nueva y como Bartolomé de las Casas, puede admirar la belleza, cultura y bondad del indio, del nuevo, del Otro. De la misma manera, los Estados nuevos, revolucionarios y surgidos de una transformación pueden educar al pueblo en su exterioridad. (p. 82).En este sentido, la eticidad del proyecto pedagógico, para el lósofo, debe reconocer al hijo, a la juventud y al pueblo como portador de la cultura popular; es el que posee como propio el proyecto pedagógico de liberación. “No respetarlo en su exterioridad, no escuchar su provocación novedosa, es sumirse en la dominación, en la tautología, en la esterilidad del “eterno retorno de lo Mismo”” (Dussel, 1980, p. 88).Finalmente, no podría realizarse una pedagógica latinoamericana sin una praxis de liberación. En el capítulo titulado La moralidad de la praxis de liberación pedagógica, de manera diciente, el autor plantea las siguientes líneas: Se trata ahora de pensar la cuestión por último decisiva de toda la pedagógica: la praxis de dominación educativa, contrapuesta a lo que podríamos llamar la “revolución cultural” de nuestro tiempo y desde la periferia. En el primer caso, el sujeto activo es el imperio o la élite “culta” nacional. El sujeto activo en cambio de la “revolución cultural” (que comienza por revolución y continúa por construcción de un nuevo sistema educativo que es el fruto del proceso de liberación pedagógica en su conjunto) es el hijo, la juventud, el pueblo oprimido y marginal de las naciones neocoloniales del globo en el presente. Es decir, debemos ahora juzgar la moralidad (bondad o maldad) del acto educativo mismo, a la luz de sus respectivos proyectos (si es de dominación, es perverso; si es de liberación, es justo, bueno, humano y humanizante). El Otro como hijo, juventud o pueblo es el criterio absoluto de la meta-física, de la ética: armar al Otro y servirlo es el acto bueno; negar al Otro y dominarlo es el acto malo. El maestro liberador permite el despliegue creador del Otro. (Dussel, 1980, p. 89).Se reconoce el sentido crítico, así como también metodológico que Dussel imprime con vigor en su visión epistemológica de analizar históricamente, en evolución, un sistema tan complejo como lo es el asentamiento del hombre y la mujer en la práctica de la alteridad, con la carga que posee el autor, del pensamiento marxista y freudiano, capaz de hacer comprender el signicado ético de la formación del latinoamericano, de la interpretación del Otro, del excluido (Rueda de Aranguren, 2017).La liberación a través de la praxis pedagógica no es una tarea sencilla para el lósofo, puesto que:Divide su explicación en tres partes, mostrando cómo es falso, que no importa que (el hijo-pueblo:
Revista UNIMAR 37(2)- Rev. Unimar - pp. 181 -187.ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116, Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019.186Revista UNIMAR 37(2)- Rev. Unimar - pp. 181 -187.ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116, Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019.El objetivo de la educación desde el texto “La pedagógica latinoamericana”Juan Pablo Rosero Gomajoa187el discípulo), tenga padre y madre, porque teniendo padre-madre y cultura popular, el educando es la fuente originaria de la pedagógica; en segundo lugar, tampoco es real que el preceptor se encargue de sus (los del discípulo) deberes, (a n de) hacerse cargo de sus derechos, (debiendo por ello el alumno) sólo obedecer al preceptor, ya que el maestro con exterioridad crítica, antes que todo obedece al educando; y en tercer lugar, el proceso educativo no lo conduce exclusivamente el yo magistral constituyente, sino que se cumple, desde la creatividad del educando (el sujeto activo) y la criticidad encarnada de la fecundidad pedagógica. (Rueda de Aranguren, 2017, p. 4).Esta praxis permite, esencialmente, la liberación cultural de los pueblos latinoamericanos, y solo puede haber liberación cuando el niño, la juventud y demás, tengan auténticos maestros orientados al servicio de sus discípulos y no de intereses externos y dominadores. “Ante ellos el educando puede, sí, tener admiración, respeto. Ante ellos tiene lo que los clásicos llamaban pietas, que no es ‘piedad’ sino reverencia agradecida, amor al pedagogo” (Dussel, 1980, p. 105). Entonces, la práctica pedagógica latinoamericana guiada por el maestro, en conjunto con sus discípulos, se convierte en el arma de liberación más concreta que tiene la cultura popular para revelarse ante el autoritarismo y la jerarquización de occidente.3. DiscusiónLa pedagogía latinoamericana, al igual que las demás ciencias y disciplinas del saber, ha estado inuenciada por la losofía, la epistemología y la pedagogía europeas, y recientemente, por la anglosajona. “Esto ha impedido, en cierta forma, que ella se desarrolle y piense desde su propio contexto, el cual dista de ser, material, cultural e históricamente, similar al del centro” (Zuñiga, 2009, p. 607).La Pedagógica Latinoamericana se constituye como la herramienta o instrumento de la liberación, y sirve como base para una nueva concepción y transformación de la educación. Y es menester preguntarse entonces, ¿por qué la pedagógica de la liberación en Latinoamérica? Porque nuestros pueblos sufren la dominación, con la imposición del proyecto pedagógico de la modernidad y el capitalismo neoliberal (Freire, 2011).América Latina ha sufrido el infortunio de ser la heredera de un sistema educativo proveniente de la modernidad occidental, desarrollada y mantenida durante el coloniaje y la república de los nacientes Estados modernos (Cabaluz, 2016). Esta herencia se caracteriza por procesos de agresión permanente a los pueblos indígenas andinos, a la descendencia afro, a la mujer y, en general, al otro, a cuya consecuencia hoy, vivimos en un Estado colonial, excluyente, capitalista, desigual, racista y patriarcal. En este tipo de Estado, la colonialidad se expresa en una profunda intolerancia y prejuicios de superioridad de los grupos de poder frente a los pueblos originarios y las clases populares. Los colonizadores consideraban a nuestra riqueza cultural y lingüística, como inferior y ahistórica (Dussel, 1996).En América Latina, todo el siglo XIX estuvo marcado por constantes luchas de liberación contra el sistema colonial. Las luchas populares [fueron gestadas] según la especicidad de cada país, y éstas atendieron a las particularidades históricas, políticas y sociales de cada colonia. Por ejemplo, en México aconteció la lucha de independencia en el primer cuarto del siglo, mientras que en Brasil se produjo ya al término del siglo mencionado. A pesar de la diferencia temporal entre las luchas de independencia latinoamericanas, el n que todas tenían era común: la búsqueda de la liberación del pueblo y la formación de los Estados independientes. (Zuñiga, 2009, p. 612).En este sentido, frente a la liberación que se gestaba en el siglo XIX, lastimosamente la modernidad impuso su sistema educativo, excluyente y con poca comprensión del otro. Se hace urgente entonces para los pueblos latinoamericanos, construir y constituir una pedagógica latinoamericana que se convierta en el instrumento de liberación (Dussel, 1980) y que tenga por n último, la liberación de los pueblos, en palabras de Freire (2005).Finalmente, y para dar respuesta a la pregunta que suscitó esta reexión, la cual versaba sobre cuál era el n último de la educación, se puede develar que según los planteamientos de Dussel y Freire, la educación debe propender por la liberación de los pueblos; pero, paralelamente, debe formar integralmente al ser humano. En este sentido, debe otorgar herramientas para tener como base de nuestra cotidianidad, la comprensión del otro; ese otro que el sistema educativo tradicional ha excluido históricamente y así, en denitiva, a través de la pedagógica latinoamericana, forjar nuestra identidad desde y para América Latina. 4. ConclusionesLa colonización educativa, lingüística, política, religiosa, cultural, de género y económica, se articula con la colonización epistemológica, pues ésta es la base para la negación del otro y el rechazo profundo a la alteridad; o, como lo diría Freire (2005), es necesario liberar la educación misma, de su forma tradicional, toda vez que ésta “reproduce, en su propio plano, la estructura dinámica y el movimiento dialéctico del proceso histórico de producción del hombre” (p. 25). En otras palabras, reproduce continuamente los procesos de un grupo hegemónico y opresor.Por lo tanto, la educación debe brindar dos cosas fundamentales: la primera, la posibilidad de liberación de un sistema dominante, colonial, jerarquizado y occidental; y por otra parte, el nuevo sistema educativo debe forjar la formación del humano, para el entendimiento del otro, ese otro excluido históricamente.Para concluir, es necesario formularse la pregunta que se realizó Yuval Harari (2018) en su texto 21 lecciones para el siglo XXI, la cual es: ¿Qué le hemos de enseñar, a esa niña, niño, que nace hoy, 2019, para que pueda sobrevivir y prosperar en el 2050, teniendo como presupuesto, que el cambio es la única constante? Con base en los planteamientos de Dussel y Freire, la respuesta es: enseñar la comprensión del otro, ¡enseñar la alteridad!5. Conicto de interesesEl autor de este artículo declara no tener ningún tipo de conicto de intereses sobre el trabajo presentado. ReferenciasAcosta, F., Rosero, V. y Santiago, D. (2017). Filosofía y Psicología: Hacia una reexión latinoamericana. Pasto, Colombia: Editorial UNIMAR.Cabaluz, J. (2016). Pedagogías críticas latinoamericanas y losofía de la liberación: potencialidades de un diálogo teórico-político. Educación y Educadores, 1(19), 67-88. Doi:10.5294/edu.2016.19.1.4Dussel, E. (1980). La pedagógica latinoamericana. Bogotá, Colombia: Nueva América.-------. (1996). Filosofía de la liberación. Bogotá, Colombia: Editorial Nueva América.Freire, P. (2005). Pedagogía del Oprimido. Ciudad de México, México: Siglo XXI Editores.-------. (2011). La educación como práctica de la libertad. (L. Ronzoni, Trad.) México: Siglo XXI.Harari, Y. (2018). 21 lecciones para el siglo XXI. Bogotá: Debate.Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (2006). Metodología de la Investigación (4.a ed.). Ciudad de México, México: McGraw-Hill.Rueda de Aranguren, D. (2017). La Pedagógica Latinoamericana – Visión Dusseliana. Analéctica, 1-6.Zuñiga, J. (2009). La losofía de la pedagogía. En E. Dussel, E. Mendieta y C. Bohorquez (Eds.), El pensamiento losóco latinoamericano del Caribe y latino 1300-2000 (pp. 607-619). México: Siglo XXI.