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Revista UNIMAR 34(1)- rev. UNIMAR.- 71-85.
ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116,
Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2016.
Didáctica y prácticas en posgrado: una aproximación teórica
elemento que no solo permite una mayor compren-
sión de los contenidos escolares en una forma más
motivadora para los alumnos, sino que facilita su
propio trabajo. Podemos también decir que, en térmi-
nos generales, los profesores perciben la necesidad de
formarse en aquellos aspectos que esta tarea involu-
cra y la asumen de una forma comprometida, buscan
formas de allegarse al conocimiento y desarrollar las
habilidades pertinentes, se plantean retos para actuar
en consecuencia y denen demandas especícas de
apoyos y de actualización. (González, 2010, p. 205).
La didáctica también debe generar procesos de re-
exión en la formación de los docentes en el campo
académico, ya que como sostienen Badilla, Ramírez,
Rizo y Rojas (2014), un objetivo central de las institu-
ciones universitarias debe ser conseguir que todos
los estudiantes estudien, ya no buscando aprobar
sino interesándose por conseguir la comprensión y
el dominio práctico de los principios, estrategias y
procedimientos que se desea se aprendan.
Es necesario que los docentes lleven al aula herra-
mientas didácticas para su praxis diaria:
Si aplicamos de una manera correcta e idónea las estra-
tegias didácticas, como docentes mejoraremos nuestra
práctica profesional, y podremos desplegar las poten-
cialidades de nuestros jóvenes alumnos. Las estrate-
gias didácticas constituyen formidables herramientas
para desarrollar el pensamiento crítico y creativo de
los estudiantes mientras aprenden los contenidos y te-
mas de cada asignatura. (Rosales, 2004, p. 1).
También se busca con la didáctica, replantear las re-
laciones entre profesores-estudiantes en denitiva,
se trata de un nuevo replanteamiento de las relacio-
nes profesor-estudiante-conocimientos, donde el
alumno se haga cada vez más independiente, mas
responsable de su propio proceso de aprendizaje a
partir de la creación de condiciones muy peculiares
de aprendizaje donde se consideren variables tanto
personales, como estratégicas y de tareas, hasta con-
vertirse en verdaderos recursos “personalizados”,
aunque no exentos de fuertes componentes sociales
y humanísticos, lo cual constituye un reto para la
educación contemporánea.
La didáctica debe tener una fuerte incidencia para
su construcción, puesto que el profesor debe tener
en cuenta las problemáticas de realidad, los proce-
dimientos conceptuales y operativos, las soluciones
que plantea y los modelos teóricos y conceptualiza-
ciones que genera; por esto se considera que:
La didáctica, en cualquier caso, debe justicar tanto el
valor formativo de los contenidos como su signicado
conceptual-epistemológico. Y aquí surge un dilema:
¿esta tarea compete a la didáctica general o a la didác-
tica especial? Si compete a la primera, ésta se constitu-
ye en un inmenso campo interdisciplinar, en el que se
elabora la traducción pedagógica de las diversas disci-
plinas. Si compete, a la segunda, la didáctica general
queda vaciada de contenido, reducida a una teoría for-
mal de la enseñanza. (Salvador, 1995, p. 7).
De tal manera que, se constituye en una mediación
que da espacio para el ejercicio de la pedagogía re-
conociendo el valor de la disciplina, en otras pa-
labras, exaltar la manera como llega la didáctica a
la disciplina y la permea haciendo de esta una es-
pecicidad. En denitiva, el componente didáctico
es esencial, tanto para denir la profesionalidad
del profesor como para estructurar su currículo
formativo. La didáctica, en efecto, aporta al pro-
fesor normas técnico-pedagógicas, no como ruti-
nas y destrezas básicas del profesional sino como
normas cientícamente fundamentadas, fruto de
un proceso intradisciplinar, en un círculo que gira
desde la teoría a la práctica a través de la tecnolo-
gía y viceversa.
Martínez (1994) realiza un trabajo en torno a la re-
exión sobre la práctica y formación docente des-
de la asignatura de didáctica, reconociendo que se
debe ampliar la perspectiva reduccionista de los
planteamientos tradicionales de la formación de los
profesionales de la pedagogía, en donde la forma-
ción del pedagogo se debe plantear en torno a la ob-
servación crítica de las situaciones educativas, utili-
zando elementos de las ciencias humanas como: la
Filosofía, la Psicología, la Sociología y las Ciencias
de la Educación. Esto reconoce una nueva relación
teoría-práctica; dejando de lado la simple aplicación
práctica de la teoría, traspasando una reexión mu-
cho más amplia de la práctica para formularla en
términos teóricos, y utilizar luego la reexión teóri-
ca con objeto de perfeccionar la práctica.
Se debe reconocer que la actividad educativa es una
actividad práctica, por lo tanto, los docentes deben
enfrentar distintas problemáticas reales, en donde
deben poseer diferentes herramientas didácticas