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Revista UNIMAR 34(1)- rev. UNIMAR.- 43-54.
ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116,
Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2016
Reexiones sobre el rol sexual y de género en niños, niñas y adolescentes
Reflexiones sobre el rol sexual y de género en niños, niñas
y adolescentes*
Erika Alexandra Vásquez Arteaga**
Cómo citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo: Vásquez, E. (2016). Reexiones
sobre el rol sexual y de género en niños, niñas y adolescentes. Revista UNIMAR, 34(1), 43-54.
Fecha de recepción: 06 de noviembre de 2014
Fecha de revisión: 13 de abril de 2015
Fecha de aprobación: 11 de abril de 2015
La investigación buscó establecer la inuencia de un programa de educación sexual en el rol sexual y
de género de los niños, niñas y adolescentes (NNA) de una escuela pública en San Juan de Pasto. La
idea surgió a partir de las necesidades manifestadas por docentes y directivos en cuanto a la educación
sexual. El diseño metodogico se inscribió en el paradigma cualitativo, de enfoque crítico social y de
tipo investigación acción. Las técnicas de recolección de información fueron: la observación partici-
pante y la entrevista grupo focal. Los resultados indicaron que los NNA presentaban conictos en el
sentir, pensar y actuar frente a mismos y en su rol como niño o niña. Además de comportamientos
y sentimientos inapropiados hacia los compañeros y violencia hacia pares y en la familia. Se diseñó
y aplicó un programa a partir del cual se generó nuevas comprensiones sobre mismos, la familia y las
relaciones interpersonales.
Palabras clave: género, educación sexual, rol sexual.
Reections on sexual and gender roles in children and
adolescents
The research sought to establish the influence of a sexual education program on the sexual and
gender role of children and adolescents (NNA, as it is known in Spanish) of a public school in San
Juan de Pasto. The idea emerged from the needs expressed by teachers and managers in terms of sex
education. The methodological design was inscribed in the qualitative paradigm, of social critical
approach and research action type. The techniques of data collection were: participant observa-
tion and the focus group interview. The results indicated that the children had conflicts in feeling,
thinking and acting in front of themselves and in their role as children, as well as inappropriate
behaviors and feelings to classmates and violence towards peers and in the family. It was designed
and implemented a program from which new insights about them, the family and interpersonal
relationships were generated.
Key words: gender, sexual education, sexual role.
* Artículo Resultado de Investigación. Este artículo hace parte de la investigación titulada: Inuencia de un programa de educación sexual
en el rol sexual y de género de los niños, niñas y adolescentes de una escuela en San Juan de Pasto, desarrollada desde junio de 2011 hasta no-
viembre de 2013 en de San Juan de Pasto, Nariño, Colombia.
**
Psicóloga; Especialista en Gerencia Social; Magíster en Docencia. Docente tiempo completo de la Universidad Mariana, adscrita al
grupo Desarrollo Humano y Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Mariana – Área Procesos de
Enseñanza Aprendizaje. San Juan de Pasto, Nariño, Colombia. Correo electrónico: evasquez@umariana.edu.co
RESUMEN
ABSTRACT
ISSN: 0120-4327, ISSN Electrónico: 2216-0116,
Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2016.
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Erika Alexandra Vásquez Arteaga
Reexões sobre o papel sexual e de gênero em crianças e
adolescentes
A pesquisa buscou estabelecer a inuência de um programa de educação sexual sobre o papel sexual e de
gênero de crianças e adolescentes (NNA, como é conhecido em espanhol) de uma escola pública em San
Juan de Pasto. A ideia surgiu das necessidades expressas pelos professores e gestores em termos de edu-
cação sexual. O delineamento metodológico foi inscrito no paradigma qualitativo, de abordagem crítica
social e tipo pesquisa-ação. Ascnicas de coleta de dados foram: observação participante e entrevista em
grupo focal. Os resultados indicaram que as crianças tiveram conitos de sentimentos, pensamentos e
ações frente a si mesmos e em seu papel de crianças, além de comportamentos e sentimentos inadequados
e violência para com seus pares e na família. Foi concebido e aplicado um programa a partir do qual foram
gerados novos conhecimentos sobre eles, a família e as relações interpessoais.
Palavras-chave: gênero, educação sexual, rol sexual.
RESUMO
1. Introducción
Los niños que participaron de esta investigación,
se encuentran en un proceso de escolarización en
donde la adaptación al grupo es un objetivo fun-
damental de formación y las conductas sexuales se
han convertido en un importante obstáculo para
que se logre un acoplamiento social deseable. Según
lo reportado en un estudio previo sobre conductas
sexuales, las cuales fueron consideradas como in-
adecuadas, pues a pesar de que en los niños es nor-
mal la curiosidad sobre la sexualidad y el recato en
cuanto a la exhibición de las partes del cuerpo, en
los niños objetivo de estudio, no se evidencia este
recato y demuestran un mayor conocimiento e in-
terés en cuanto al sexo, lo que se ha evidenciado en
las manifestaciones de conductas como tocar los ge-
nitales de otros, hacer insinuaciones sexuales, imi-
tar relaciones sexuales y exhibir los genitales. Estos
comportamientos han propiciado un ambiente de
malestar en toda la comunidad educativa, en donde
tanto los niños como los padres de familia y los fun-
cionarios maniestan preocupación, pues la calidad
de vida dentro de la institución se ve seriamente
afectada (Jurado, López y Meza, 2010).
Jurado et al. (2010), consideran que las conductas
sexuales de los niños, nas y adolescentes (NNA)
son el resultado de la situación de vulnerabilidad
en la que se encuentran, en donde la inuencia de
diferentes factores entre los que se encuentra la cul-
tura, la educación de los padres, el ambiente social,
el grupo de pares y el nivel socioeconómico, afectan
la conducta sexual y por ende, la adaptación al am-
biente escolar de los NNA.
Tras la identicación y focalización del problema
se propuso un proceso investigativo, el cual co-
menzó con un acercamiento y sensibilización ini-
cial. Para generar lazos de conanza con los meno-
res se diseñó un programa educativo encaminado
a favorecer las actitudes de los NNA frente a su
rol sexual y de género; para ello, se elaboraron tres
programas diferentes acordes con la edad de los
participantes. En una fase posterior, se aplicaron
los programas en toda la institución educativa, es
decir de preescolar a quinto de primaria, con una
cobertura de 172 niños, niñas y adolescentes.
Los objetivos de la investigación se dirigieron a iden-
ticar las actitudes de los NNA en cuanto a su rol se-
xual y de género, en seguida, se buscó diseñar una
propuesta educativa dirigida a fortalecer los roles se-
xuales y de género de los NNA y nalmente, se reali-
zó una evaluación nal para identicar el impacto del
trabajo de intervención desarrollado con los menores.
A nivel teórico se trabadesde autores como Dorsch
(1994), quien menciona que la actitud es la forma de
actuar de una persona, el comportamiento que em-
plea un individuo para hacer las cosas.
Las actitudes de las personas tienden a reejarse en
su forma de hablar, de actuar y de comportarse y en
sus relaciones con los demás, es una propiedad de
la personalidad individual, es una tendencia o pre-
disposición del individuo para evaluar un objeto o el
símbolo, las manifestaciones verbales de las actitudes
se denominan opiniones y expresan un posiciona-
miento evaluativo o predictivo de la persona respecto
del objeto de su opinión. (p. 6).
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Reexiones sobre el rol sexual y de género en niños, niñas y adolescentes
En cuanto al rol sexual, se abordaron autores como
Farré (2001, p. 144), para quien los roles sexuales son
un patrón de conductas establecidas en una socie-
dad para el hombre y la mujer”, es decir, se reeren
a las conductas, ocupaciones y características de
personalidad consideradas por la cultura apropia-
das y típicas de uno y otro sexo. En otras palabras,
este término denido sexualmente, se reere al
grado con que un individuo se atribuye a mismo
los atributos y conductas que la cultura adscribe al
hombre o a la mujer.
2. Metodología
La investigación se inscribió en el paradigma
cualitativo, pues permite estudiar grupos en los
cuales sea posible la observación directa por par-
te del investigador, no parte de hipótesis y por lo
tanto, no pretende demostrar teorías existentes,
pretende generar una teoría a partir de los resul-
tados obtenidos. La investigación cualitativa es
holística, porque el objeto de estudio es conside-
rado como totalidad. En el análisis de los datos no
empltécnicas estadísticas, agrupando la infor-
mación en categorías.
Para Herndez, Fernández y Baptista (2006):
Los planteamientos cualitativos son una exploración
y son apropiados cuando el investigador se interesa
por el signicado de experiencias y valores humanos,
el punto de vista interno e individual de las personas
y el ambiente natural en el que ocurre el fenómeno
estudiado. (p. 562).
Bonilla y Rodríguez (1997), por su parte, señalan
como principal característica de la investigación
cualitativa el interés por captar la realidad social a
través de los ojos de la gente que está siendo estu-
diada, es decir, a partir de la percepción que tiene el
sujeto de los fenómenos.
Para el presente estudio se entró en contacto directo
con los NNA mediante talleres organizados en di-
ferentes momentos, posibilitando un encuentro per-
sonal que permitcomprender desde la vivencia
directa el rol sexual y de género de los participan-
tes, a nivel personal, social y familiar, develándose
detalles de la realidad.
La investigación se desarrolló desde el enfoque crí-
tico social, el cual es introducido por la Escuela de
Frankfurt, en busca de una alternativa investiga-
tiva. Señala la relación que se da entre sujeto y
objeto en la investigación como una relación dia-
léctica de mutua implicancia. El paradigma crí-
tico introduce la ideología de forma explícita de
la autorreexión crítica de los procesos del cono-
cimiento. Tiene como nalidad la transformación
de la estructura de las relaciones sociales y dar
respuesta a determinados problemas generados
por éstas.
Según Pérez (1994), los presupuestoss importan-
tes para llegar a una caracterización de este enfoque
de investigación, se pueden sintetizar así:
a) Asume una visión global y dialéctica de la reali-
dad educativa; b) una visión democrática del conoci-
miento; c) trata de generarse en la práctica y desde la
práctica y e) comprometida con la transformación de
la realidad desde una dinámica liberadora y emanci-
padora. (p. 230).
La investigación acción tiene como perspectiva epis-
temológica no concebir la verdad como preexistente
en los hechos. “La verdad se construye a partir de
aproximaciones sucesivas al objeto investigado. En
esta perspectiva lo que se busca es la comprensión
cualitativa de lo social, dejando la cuanticación de
ser esencial a la comprensión de los hechos socia-
les” (Bosco, 1998, p. 1). El objeto de estudio en la in-
vestigacn accn se dene en función de una reali-
dad problemática, concreta y propia de un sector de
población especíca y de las relaciones sociales que
lo determinan. Se da una relación estrecha entre las
fases de la investigación y los niveles de participa-
ción de los sujetos sociales.
En la presente investigación dicha relación se dio
desde la misma formulación del estudio, pues la
investigación surgde una necesidad manies-
ta de los miembros de la comunidad educativa.
Desde la aproximación inicial, el diálogo con los
grupos de trabajo distribuidos por edades permi-
tió plantear las estrategias más oportunas para la
evaluación inicial, posteriormente para el plan-
teamiento y desarrollo del programa de educa-
ción y nalmente, para establecer los resultados
del proceso. De la misma forma, las categorías y
subcategorías del estudio fueron emergentes, no
predeterminadas:
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Tabla 1. Categorías y subcategorías de estudio
Categorías Subcategorías
Comportamientos
• Juegos de acuerdo al género
• Interacción con los pares
• Deberes u ocios en el hogar
• Normas y estilos de
autoridad
Pensamientos
• Valores sobre rol de género
• Normas y estilos de
autoridad
Emociones
• Juegos de acuerdo al género
• Comunicación y expresión
de afecto
• Interacción con pares
• Normas y estilos de
autoridad
Kawulich (2006), menciona que el método de inves-
tigación-acción es:
El único indicado cuando el investigador no sólo quie-
re conocer una determinada realidad o un problema
especíco de un grupo, sino que desea también resol-
verlo. El n principal de estas investigaciones no es
algo exógeno a las mismas, sino que está orientado
hacia la concientización, desarrollo y emancipación
de los grupos estudiados y hacia la solución de sus
problemas. (p. 6).
Como se evidencia en lo expuesto anteriormente, la
perspectiva de investigación acción, fue acorde con
las pretensiones de la investigación, en la medida en
que se propuso una acción transformadora para fa-
vorecer la convivencia en la comunidad educativa,
mediante el desarrollo de actitudes favorables hacia
el rol sexual y de género de los NNA.
Como unidad de trabajo, se seleccionaron 90 NNA,
los cuales fueron distribuidos por edades entre los
4 y 7 años, los 8 y 11 años y los 12 y 16 años, confor-
mado grupos de 15 hombres y 15 mujeres. Para la
elección de la población se tuvo en cuenta criterios
como el género, la habilidad verbal, el interés en la
investigación y el consentimiento informado de los
padres o acudientes y el reporte de la directora de la
Institución y la psicóloga de NNA que presentaban
comportamientos inapropiados de carácter sexual.
Como técnicas de recolección de información se em-
plearon:
1) La observación participante. La cual implica la
necesidad de un trabajo cuidadoso, donde el inves-
tigador debe integrarse al grupo, comunidad o insti-
tución en estudio, para realizar una doble tarea: des-
empeñar algunos roles dentro del conjunto y recoger
los datos que desea conseguir. Los datos obtenidos
a partir de esta técnica permiten reunir un cuerpo
de información variada y completa. La observación
participante puede variar desde una aliación total
al grupo hasta una participación limitada y condicio-
nada, en cuanto al tiempo como las funciones asumi-
das por el observador. Según Hernández et al. (2006,
p. 587), “la observación cualitativa no es mera con-
templación (sentarse a ver el mundo y tomar notas),
nada de eso, implica adentrarnos en profundidad a
situaciones sociales y mantener un papel activo, a
como reexión permanente”.
Para el presente caso, se diseñaron talleres de ob-
servación de acuerdo a las categorías de trabajo, en
donde los niños participaban del taller y median-
te medios audiovisuales se captaba la información
para posteriormente ser procesada. Los talleres se
aplicaron teniendo en cuenta las categorías y subca-
tegorías identicadas (ver Tabla 1).
2) Entrevista grupo focal. La cual se dene como
una reunión para intercambiar información entre
una persona (entrevistador) y otra (entrevistado) u
otras (entrevistados)” (Hernández et al., 2006, p. 597).
Rodríguez-Andino et al. (2007), menciona que:
La entrevista es una técnica cualitativa que consiste
en 90 a 120 minutos de discusión con un grupo li-
mitado de personas que reúnen ciertas características
comunes para su selección y son guiados por un mo-
derador quien conduce la sesión en base a una guía
de moderación. Esta técnica permite a través de las
discusiones y opiniones conocer cómo piensan los
participantes respecto a un asunto o tema determi-
nado. (p. 310).
El tamaño de los grupos focales puede variar desde
4 hasta 12 personas, condicionado por dos factores:
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Reexiones sobre el rol sexual y de género en niños, niñas y adolescentes
deben ser lo sucientemente pequeños para que
cada participante tenga la oportunidad de compar-
tir ideas y aportar sus percepciones y lo suciente-
mente grandes para que haya riqueza de ideas, pero
sin que el grupo llegue a fraccionarse, pues cuando
los participantes quieren hablar y no existe el espa-
cio necesario, comienzan los comentarios y el grupo
se fragmenta (Hernández y Coello, 2002).
Los grupos focales con los que se traba fueron
conformados por 10 integrantes y 1 investigadora
por grupo, de tal manera que cada participante tuvo
la atención y el tiempo necesario para una recolec-
ción de información suciente.
Para el análisis de la información recolectada se em-
pleó el método de matrices, en el cual se generaron
tres tipos de matrices: la primera denominada ma-
triz de vaciado de información, en donde se vació la
información textualmente, siendo el a los encuen-
tros con los NNA y siguiendo las preguntas orien-
tadoras de la investigación. Como resultado nal
se obtuvo proposiciones iniciales. El segundo tipo
de matriz, se denomi matriz de triangulación,
de la cual se tomaron las categorías emergentes de
las técnicas aplicadas y se generaron proposiciones
agrupadas. Finalmente, emergieron las matrices de
categorías inductivas, en las que a partir de las cate-
gorías formuladas inicialmente emergieron nuevas,
como resultado del proceso investigativo.
3. Resultados
La población objeto de estudio estuvo constituida
por NNA entre 4 y 16 años en situación de gran vul-
nerabilidad, provenientes de los estratos más bajos
de la ciudad de San Juan de Pasto y pertenecientes
a una institución educativa de cacter público. Las
directivas expresaron la necesidad de realizar un
programa de educación sexual considerando que
desde la ocina de Psicología se habían reportado
casos de conductas sexuales inapropiadas en los
NNA, los cuales fueron remitidos por los docentes.
La evaluación realizada por la psicóloga de la ins-
titución aportó información importante para el de-
sarrollo del proyecto y la creación de programas de
educación para cada grupo de edad en formato de
cartillas. Se encontró que las conductas de los NNA
se deben a dicultades en el cleo familiar y a las
interacciones sociales con amigos, vecinos y pares,
de donde aprenden algunas pautas de relación no
conformes a su edad, convirtiéndose las mismas en
creencias que soportan comportamientos desfavo-
rables para su sano crecimiento psicosexual.
Frente a los tres rangos de edad, los profesores co-
mentaron que los NNA muchas veces se encontra-
ban en situaciones de riesgo como por ejemplo, que
los niños se quedan solos en sus casas (que prin-
cipalmente son inquilinatos), los menores trabajan
con vecinos o amigos, sufren maltrato por omisión,
maltrato físico y psicológico, tienen madres trabaja-
doras sexuales, entre otras, lo que da luces del por-
qué de los comportamientos de los NNA.
Igualmente, los docentes avaluaron la situación de
su contexto manifestando que los niños necesitan
orientación sobre cómo relacionarse con sus pares
desde la asertividad, el buen trato y el respeto, pues
la manifestación de la curiosidad sexual, se convier-
te en abuso cuando se usan palabras e insinuacio-
nes de contenido sexual o se presentan tocamientos
u otros comportamientos sexuales inapropiados
para la edad. La evaluación dada por la comunidad
de directivos, docentes y el profesional de psicolo-
gía respecto a la situación de los NNA, evidenció
la necesidad de trabajar las actitudes de los niños
respecto a su rol sexual y de género desde la dimen-
sión personal, familiar y social.
A partir de la información anterior, se procedió a
identicar las actitudes de los NNA frente a su rol
sexual y de género, considerando las categorías y
subcategorías del estudio.
Comportamientos
Los resultados en cuanto a los comportamientos,
apuntaron a que los NNA juegan de acuerdo a su
género y edad, es así, como las actividades lúdicas
están claramente diferenciadas: los niños se dedi-
can a actividades especialmente físicas, en donde
el contacto y el uso de la fuerza son permanentes,
inclusive se llega a extremos, pues las agresiones
pueden hacerse presentes y consentidas. Las niñas
por su parte, presentan juegos de interacción social,
en los cuales se recrean actividades de la vida coti-
diana de los adultos como el cuidado de los bebés
y las labores domésticas. Para las niñas, el diálogo
dentro del juego es importante y el contacto físico
se limita a demostraciones afectivas, tanto positivas
como negativas; no es de extrañarse si las niñas se
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abrazan en un momento, pero pueden discutir e in-
cluso agredirse al siguiente.
En los dos primeros rangos de edad, es claro que los
géneros preeren jugar entre sí, es así como los ni-
ños juegan con niños y las niñas con niñas, es más,
puede resultar molesta e incómoda la presencia del
otro género en juegos que se consideran exclusivos
para cada sexo. Sin embargo, esta situación cambia-
rá rápidamente con la adolescencia.
A medida que avanza la edad, los juegos cambian,
se van tornando más complejos, con reglas y normas
dicas y sociales más exigentes. Los adolescentes
varones, aunque siguen manteniendo juegos de con-
tacto físico, se involucran en actividades en las que
su habilidad física y sobre todo mental se ve retada.
De la misma forma, adquieren un naciente y normal
interés en la interaccn con el sexo opuesto, que pue-
de llevarlo a dejar los juegos entre amigos y buscar
situaciones sociales, como por ejemplo las estas,
para interactuar con las mujeres. De la misma forma
sucede con las mujeres, quienes casi que abandonan
las actividades lúdicas y se concentran en las interac-
ciones sociales con el otro sexo, adquiriendo gran re-
levancia las estas y encuentros juveniles. Es en esta
etapa los adolescentes adquieren interés por el otro
sexo y las actividades lúdicas se convierten en activi-
dades amorosas, que serán guiadas por los modelos
parentales y se constituirán como una oportunidad o
un riesgo para la vida futura.
La investigación también indicó, que desde muy
temprano los roles sexuales y de género, determi-
nan la realización de conductas cotidianas como las
labores domésticas, en donde desde muy pequeñas
las niñas son instruidas para el trabajo en el hogar.
Hay una diferencia importante en este comporta-
miento, pues mientras para las nas es una obliga-
ción la realización de actividades hogareñas, para
los niños es opcional, pues a los niños les han asig-
nado responsabilidades de tipo laboral externas a
su casa y en compía de familiares o vecinos.
Cabe resaltar que, las responsabilidades del hogar
como cocinar, organizar y asear, entre otras, son or-
denadas desde muy temprano a las niñas, mientras
que trabajar y conseguir dinero, son responsabili-
dades de los niños. Frente a lo anterior, los niños
y niñas adquieren una actitud de obediencia y su-
misión por la amenaza de castigo por parte de los
padres, situación que cambia en la adolescencia, en
donde las adolescentes reniegan de los deberes ca-
seros, preriendo salir en compañía de las pareja o
los amigos, y los adolescentes, ya no sólo trabajan
para contribuir con los gastos de la familia, sino
para solventar los cosos de sus nuevas preferencias
sociales y amorosas.
Con lo anterior, surge un importante conicto con
la autoridad, en donde los adolescentes, se niegan
a cumplir con las normas y leyes impuestas por los
adultos, en especial por los padres, y se adhieren
a las normas de sus grupos de pares, surgiendo
entonces polémicas importantes en las relaciones
parentales, pues la autoridad y la norma que antes
fueron impuestas a la fuerza, ya no surgen efecto y
no generan miedo.
Pensamientos
En cuanto a la categoría de pensamientos, emergie-
ron dos subcategorías importantes: valores sobre rol
de género y normas y estilos de autoridad; en cuan-
to a la primera, se encontró que a cada género se le
asigna ciertos valores que son considerados como
característicos sin importar la edad de los menores.
Se considera que las mujeres deben caracterizarse
por ser delicadas, cariñosas, tiernas, comprensivas
y hogareñas. Mientras que a los hombres se le atri-
buyen características como la fuerza, la competitivi-
dad, la inteligencia, la habilidad y la rudeza.
Tanto los varones como las mujeres, indicaron que
cada género debe tener un estilo propio de com-
portamiento social, aceptando, por ejemplo, que los
hombres sean más rudos e incluso agresivos, como
un distintivo de su sexo. Frente a los anterior, tam-
bién fue evidente que los valores y la sumisión atri-
buidos a las mujeres causan tanto en niños como en
niñas, pensamientos de inferioridad hacía el género
femenino, por considerarlo como débil: las niñas
mencionaron que en ocasiones son centro de burlas
y agresiones por desarrollar actividades considera-
das propia de su sexo como el juego con muñecas,
mientras que los niños, tanto en la entrevista como
en el grupo focal, se burlaron de los valores atribui-
dos a las niñas, como la delicadeza y sensibilidad.
Lo anterior, indica la importante y fuerte inuencia
social en la cual se desenvuelven los participantes,
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Reexiones sobre el rol sexual y de género en niños, niñas y adolescentes
en donde los valores sobre el rol de género son dife-
renciados y estimados de forma particular.
Finalmente, los resultados mostraron que los ni-
ños y niñas, encuentran en el juego un escenario de
expresión emocional, en donde el juego da cuenta
del tipo de manifestaciones que les son permitidas
a cada género, es así que las niñas tienen licencia
para expresiones afectivas más intensas, permitién-
doseles por ejemplo: llorar, mientras que a los niños
se les restringe la expresión de emociones por con-
siderarse como una señal de debilidad. En la ado-
lescencia la situación no fue diferente, las mujeres
realizan actividades dicas y sociales en las cuales
las expresiones afectivas son frecuentes y son consi-
deras como una necesidad, pues como se mencionó
anteriormente, se valora el cacter apacible y cari-
ñoso de lo femenino.
Emociones
El juego se constituye para los NNA, la mejor forma
de comunicación y expresión del mundo emocional,
fue así como en los escenarios dicos generados
para la investigación se evidenció una importante
tendencia hacia la agresión, y al interrogar sobre el
tema, emergieron voces en donde el maltrato físico
y psicológico se constituyeron como una constante
de interacción en los hogares.
Al parecer, inclusive para el maltrato existen dife-
rencias entre géneros, las niñas armaron recibir
mayor maltrato psicológico, mientras que los niños
más maltrato físico. Los padres y familiares maltra-
tadores procuran golpear menos o con menor fuer-
za a las niñas que a los niños, pues se considera que
lo varones aguantan y necesitan más golpes, para
controlar su conducta.
Los aprendizajes de las narraciones descritas, se ven
reejados en la interacción entre pares, en donde las
agresiones entre e intra géneros son habituales y en
realidad no parecen diferenciarse, aunque las agre-
siones sicas en donde se vean involucradas niñas
son menores, también se presentan y con el mismo
nivel de violencia que además se incrementa con la
edad, es decir, los y las adolescentes son s agre-
didos en los hogares y ellos desarrollan conductas
más agresivas en la interacción social, lo que per-
mite comprender por qestos adolescentes gene-
ran mayores conductas de rebeldía en contra de las
normas familiares, escolares y sociales de las espe-
radas para su edad, pues son ellos mismos quienes
deben padecer mayor vulneración e irrespeto desde
su misma familia.
En general, se puede mencionar que el tema de la
sexualidad que ha sido abordado desde que Freud
le dio el espacio y la importancia en la vida del hom-
bre y la mujer. Desde ese momento se ha asumido
diversas interpretaciones, dando pie a múltiples mi-
radas, y explicando gran parte del comportamiento
humano. Sin embargo, a la sexualidad infantil no se
le ha dado la merecida relevancia, ya sea porque no
se conoce sucientemente, o por tabúes o prejuicios
dados por la cultura en la cual vivimos.
Con base en lo anterior, se diseñaron tres progra-
mas de intervención, cada un dirigido a los di-
ferentes grupos de edad. Cada programa estuvo
constituido por talleres, los cuales se encaminaron
a fortalecer las actitudes frente al rol sexual y de gé-
nero. Como eje transversal, se encontró la necesidad
de fortalecer los valores necesarios tanto para el rol
sexual y de género, como para la sana convivencia.
Los programas de intervención se focalizaron en
cuatro temas centrales: a) el cuerpo humano; b) las
habilidades sociales para convivir con otros; c) la co-
municación afectiva y, d) el buen trato en la familia.
Por cada tema se desarrollaron de tres a cinco talle-
res, los cuales se caracterizaron por la interacción
permanente y lúdica con los NNA.
4. Discusión
La sexualidad hace alusión a cuatro grandes com-
ponentes del ser humano; el primero se reere al as-
pecto biológico, es decir, los cambios siológicos en
el transcurso del desarrollo; en segunda instancia a
lo psicológico, o sea aquellos aspectos de la perso-
nalidad que determinan los comportamientos, ac-
titudes y valores del individuo; en tercer término,
a lo cognitivo que tiene que ver con las creencias,
formas de pensar y reexionar sobre el mundo y,
por último, a lo social, que se reere a cómo, los de-
más, asumen comportamientos al respecto y lo que
se espera para determinada cultura.
Hoy en día los niños y niñas están expuestos a múl-
tiples estímulos del medio y a situaciones difíciles
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que los hacen vulnerables, es el caso de aquellos que
viven en situación de pobreza. Las condiciones de
vida pueden inuir para que sus procesos de desa-
rrollo se afecten, entre ellos se puede citar su desarro-
llo físico, motriz, su proceso cognitivo y social y vale
la pena mencionar el desarrollo de su sexualidad.
En el tema del rol sexual, se hace alusión al papel
que asume el niño o na en su vida cotidiana con
relación a su comportamiento sexual, y el rol de
género se reere a cómo los individuos se desem-
peñan en su género de acuerdo con lo establecido
socialmente. El rol sexual hace referencia a pautas
que cada grupo social determina y avala para cada
sexo, de manera que puede variar dependiendo de
la cultura en la cual se vive.
Las condiciones de vida de los niños y niñas hacen que
se vean enfrentados a una cantidad considerable de
información y estímulos sexuales desde muy tempra-
na edad, en especial por la ocupación de las madres
como trabajadoras sexuales. “Son niños expuestos
además a violencia, promiscuidad, abandono, abuso
sexual, farmacodependencia etc.(López, 2007, p. 113).
Lo anterior, implica una preocupación adicional
frente a su educación sexual, es decir, los educado-
res y el personal que tiene que ver con su formación
deben poner especial interés en apoyar los procesos
del niño y acompañar su educación sexual con res-
peto y afecto, de manera que se puedan prevenir
conductas inapropiadas y fortalecer los valores fun-
damentales en estos niños de estratos bajos y que
viven cotidianamente situaciones difíciles.
Las actitudes de los niños y niñas frente al género
tienen su base en la interacción familiar, en la coti-
dianidad; las emociones, pensamientos y compor-
tamientos frente al rol de hombre y mujer se esta-
blecen a través de relaciones de poder de equidad
o inequidad, que son aprendidas y reproducidas
como pautas de comportamiento desde el hogar ha-
cia la sociedad. Estas relaciones se refuerzan en la
escuela y los medios de comunicación.
La educación actual debe promover el buen trato
entre niños y niñas pese a sus dicultades económi-
cas, sociales y familiares, ya que si se ve desde una
mirada prospectiva, ellos serán los futuros padres y
madres que harán las nuevas sociedades.
Los adolescentes representan un verdadero reto for-
mativo en cuanto a educación sexual se reere, sus
nacientes características físicas, psicológicas y so-
ciales generan en ellos mucha incertidumbre, temor
y emoción, que si no son adecuadamente dirigidas
pueden ocasionar importantes dicultades adapta-
tivas y en general, deterioro en su salud mental y en
la calidad de vida.
Unos de los componentes que garantizan la educa-
ción integral de la personalidad de los jóvenes es la
educación sexual, este tipo de educación ocupa un
lugar fundamental en el comportamiento psico-
sexual presente y futuro, y este proceso de forma-
ción no solo depende de la escuela, sino también
la familia y la comunidad inuyen decisivamente
en la formación o transformación de sus caracte-
sticas psicosexuales. La educación sexual debe
promover la igualdad de posibilidades para ambos
sexos sin que necesariamente se eliminen las di-
ferencias. Hacer posible estos procesos, es sentar
las bases para la construcción de un ser humano
renovado, autónomo, capaz de decidir responsa-
blemente y de compartir en la interrelación con
los demás, sentimientos de afecto, respeto y amor,
únicos valores que hacen concebir una sociedad
donde la tolerancia, la ternura y la libertad no sean
un ideal sino una realidad.
En cuanto a las actitudes, el ser humano muestra
tres componentes fundamentales como son: el sen-
tir, el pensar y el actuar; cada uno puede mostrar
direcciones distintas o al contrario complementarse
para una mejor comprensión del fenómeno. En lo
que se reere a los NNA participantes, se identi-
caron recurrentemente actitudes adquiridas en la
familia, el contexto inmediato, que se reproducen
en la escuela. Puyana y Bernal (2000), arman que
la construcción de las identidades implica dos pro-
cesos complementarios: a) el reconocimiento que la
persona hace de misma y, b) la apropiación del
contexto cultural donde se desenvuelve y la identi-
cación con el mismo, como si fuera propio. Forman
parte de la identidad, el sentido de pertenencia a un
género, etnia, clase social, opción y orientación se-
xual, entre otros.
Por su parte, Gómez, Bernal y García (2001), plan-
tean que la socialización de género tiene su primer
escenario en la familia. Es aldonde niños y niñas
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Reexiones sobre el rol sexual y de género en niños, niñas y adolescentes
comienzan a moldear su personalidad, aprenden
la existencia de los conictos, conforman su identi-
dad sexual y su identidad de género por medio de
la interacción afectiva con la madre y el padre y la
incorporación de los modelos a través de mecanis-
mos como la identicación, la imitación o la dife-
renciación. La familia se constituye en el más tem-
prano referente sobre lo que debe hacer y debe ser
una mujer y un hombre para formar parte de una
sociedad concreta.
Lo anterior fue evidente en el presente trabajo, a su
vez, investigaciones muestran como los niños tien-
den a imitar comportamientos observados en los
progenitores del mismo género puesto que desde
edades muy tempranas observan qué conductas
son apropiadas para su género de acuerdo a un pre-
vio reforzamiento social directo y vicario (Carver y
Scheier, 1997).
Esta identidad sexual, en los ocho años de edad, ha
estructurado en el niño y la niña unos patrones de
comportamiento, unas formas de comunicarse, de
vestirse, de hablar, en general de relacionarse con
el mundo que le rodea; de allí que todo lo apren-
dido dena la postura que adopten tanto hombres
como mujeres frente al otro género. La posición que
se asume desde el género masculino y femenino ha
sido normado por la historia, puesto que a través de
los años se han denido unas características espe-
cas para cada uno, por ejemplo: el género feme-
nino ha sido visto como bil, sutil, delicado, mos-
trando unas connotaciones que enmarcan el papel
de la mujer en la sociedad como alguien a quien hay
que proteger, dando lugar a prejuicios frente a lo fe-
menino que pueden dar paso a discriminaciones y
obstaculizar la relación entre géneros.
Los modelos que tienden a imitar los niños se cla-
sican en modelos reales y simbólicos; los modelos
reales son guras como los adultos y otros niños,
mientras que los modelos simbólicos están dados
por guras de televisión, películas, revistas, libros
y medios anes (Carver y Scheier, 1997).
Los resultados de esta investigación recurrentemen-
te conrman que los niños y niñas imitan estos mo-
delos reales y simbólicos, aunque no sean los más
apropiados. Las actitudes respecto al rol también
son reforzadas por pares, tal como lo arman Mer-
cer, Szulik, Ramírez y Molina (2008), en donde los
niños del mismo sexo refuerzan continuamente las
creencias estereotípicas y los comportamientos.
Los niños también maniestan que les alegra mal-
tratar a otros niños, lo que parecería un aprendizaje
de cómo relacionarse con sus pares desde una po-
sición varonil de poder, Chitiva (1997), menciona
que entre los niños hay muchos intercambios agre-
sivos como los empujones, puntapiés y coscorrones,
lo cual les agrada porque representa masculinidad
y demuestra su fuerza y poder. Coie y Cols (1991,
citados por Jaramillo, Cárdenas, Forero y Rarez,
2007), aluden que estos intercambios que eviden-
cian agresión por obtener un poder y una posición
de defensa y estatus frente al grupo, no genera
mayores conictos y son en la mayoría de las ve-
ces pasajeros; en cambio, la agresión instrumental
es decir, “la que se utiliza para conseguir un ob-
jetivo sin provocación previa(Chaux, 2003, p. 47)
que también se puede evidenciar entre los niños y
niñas, puede llevar a reacciones de rechazo en el
grupo que pueden prolongarse en el tiempo, y esto
se da por transgresión de la norma, situación muy
recurrente en estos NNA.
El encuentro social con pares dene la construccn
del rol sexual, y se puede referenciar el juego como
otro punto crucial en el desarrollo de la identidad,
ya que dene formas de interacción de acuerdo a los
roles que se asuman. En cuanto a las diferencias de
género respecto al juego se menciona de forma más
reiterada y criticada el papel del género masculino,
donde se muestra mayor dominancia y control, lo
cual se denota como algo más negativo que positivo,
así lo expresa Moya (1984), quien dice que existe un
mayor rechazo de las características tradicionales
masculinas que de las femeninas; esto se debe a que
culturalmente los hombres tienden a ser más agre-
sivos que las mujeres, a ser s rudos, lo cual se
podría ver en las voces de las niñas cuando arman
que el vocabulario usado por los niños es más agre-
sivo y ejercen más poder en las relaciones.
Por ello, Sau (1986, citado por Díaz y Trujano, 1999),
sugiere que de los niños se espera agresividad, ru-
deza, asertividad e inteligencia (estilo activo-agre-
sivo), mientras que para las niñas es deseable la
docilidad, la ternura y la obediencia (estilo pasivo
receptivo). Por su parte, los menores más pequeños
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calican a los niños como fuertes, rápidos y crueles
y a las nas como temerosas e indefensas tal como
se encontró en el presente estudio y es corroborado
por Ruble y Martin (1998 citados por Papalia, Wen-
dkos y Duskin, 2001).
En los años escolares se hace fundamental la forma-
ción de la identidad sexual, puesto que en la escuela
y el barrio se van dando las diferenciaciones y sepa-
raciones por sexo. En este caso, se aprecia muy clara-
mente que los niños se juntan con niños y las niñas
con las otras niñas, en los juegos, el recreo y demás
actividades, de manera que, así se van diferenciando
del otro sexo e identicando con sus iguales.
Por otra parte, en esa construcción de la identidad
de género, los niños y las nas tienen diferentes
gustos en las actividades lúdicas como en la recrea-
ción y el deporte; Brusa y Bonet (2002) dicen que los
niños y niñas exploran la parte social desde el juego
y señalan que los grupos suelen ser formados por
niños del mismo sexo, ya que en este período no
hay especial interés por el otro género. En cuanto
al deporte es importante decir que los niños entre 8
y 11 años se interesan por formar equipos para lo-
grar algún objetivo; además, Brusa y Bonet, señalan
que aparecen los juegos de equipo, lo que antes en
edades tempranas no se da. Los niños de esta edad
consideran a los otros niños, no solamente como
compañeros de juego, sino como verdaderos cole-
gas con quienes organizarse en equipo para ganar
el partido, sus intereses son compartidos.
Es importante mencionar que, aunque los niños
pueden aprender muchos aspectos de la conducta
social por la interacción con los compañeros, la for-
ma en que los padres establecen y mantienen el con-
trol de la conducta infantil se convierte en el deter-
minante principal de las reacciones a la autoridad
(Biehler, 1980, citado en Gonlez, 2004). Es eviden-
te que los NNA de esta investigación rechazan la
norma y autoridad en las actividades cotidianas de
clases y sus padres o personas a cargo del niño/a no
han encontrado salidas óptimas para mejorar estos
comportamientos.
Además del aprendizaje sobre rol de género que re-
ciben de sus padres y el aprendizaje con pares, exis-
te un aprendizaje del propio cuerpo y de las actitu-
des que se asumen del mismo. El reconocimiento
del aspecto físico es muy importante; a la edad entre
8 a 11 años se notan con más claridad las diferencias
entre niños y niñas y más aún entre niñas entre los
10 y los 11 años, las diferencias se evidencian en la
forma de vestirse, intereses, autocuidado como lo
argumenta Sáenz (2002), quien arma que las di-
ferencias en los gustos y actividades entre niños y
niñas de esta edad se hacen más marcadas.
Las nas tienden a estar s unidas y tener más
apegos, los grupos de niñas no solo tienden a ser
más pequeños que los de los niños, sino que pa-
recen funcionar bastante diferente. Según Arenas
(1996, citado por Jaramillo et al., 2007), las nas le
dan más importancia a la proximidad física y a la
conversación íntima.
Por lo anterior, se muestra que entre 8 y 11 años tan-
to los niños como las niñas confían más en la gu-
ra femenina que masculina, y a ello se reere Belk
y Snell (1986) y lo corrobora Díaz y Trujano (1999),
cuando mencionan que la mujer en contraste con el
hombre es más interpersonal, menos dominante y
más pasiva, lo que puede generar un mejor acerca-
miento y un mayor vínculo con los niños y niñas
que una gura dominante y competitiva como se
percibe la gura masculina. De allí que, tanto niños
como niñas sientan un mayor apego y conanza
con la gura femenina y se sientan más protegidos
y sus sensaciones sean de bienestar, así lo enuncia
Bowlby (1985, citado por Pinedo y Santelices, 2006)
cuando menciona la importancia del estudio de las
relaciones tempranas y la creación de vínculos de
conanza.
Arango, León, y Viveros (1995), argumentan que
a lo largo de la historia se ha mencionado que los
hombres son más racionales y las mujeres más emo-
cionales y delicadas. Este estereotipo cultural se
aprecia todavía en estos NNA, ya que reejan repre-
sentaciones sociales respecto a las emociones de la
mujer y del hombre al igual que en el niño y la niña,
perpetuando la debilidad femenina y acrecentando
la fortaleza masculina.
La posibilidad de comprender la sexualidad como
una construcción social posibilita la guía y orienta-
ción de dicha construcción y esto adquiere relevan-
cia en la adolescencia, pues la gran revolución sica,
psicológica y social que implica, puede ser un riesgo
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Reexiones sobre el rol sexual y de género en niños, niñas y adolescentes
y una oportunidad que coexisten en la construcción
de la identidad a partir del rol sexual y de género.
A partir de la implementación de los programas de
educación sexual, se focalizaron en cuatro temas
centrales: a) el cuerpo humano; b) las habilidades
sociales para convivir con otros; c) la comunicación
afectiva y, d) el buen trato en la familia.
5. Conclusiones
La familia es el escenario en donde se aprende la
identidad de género, en donde se establecen las pau-
tas del comportamiento, del pensamiento y de la
emoción diferenciadas según los modelos parentales
a los que se está expuesto. Los aprendizajes adquiri-
dos en este primer escenario se ven reforzados en la
cultura en la cual se está inmerso, en donde se evi-
dencian las sutilezas que se asignan al ser hombre o
mujer, según las construcciones sociales establecidas.
Esta inuencia cultural adjudica cierta característi-
ca a cada sexo desde la infancia, que van desde el
tipo de juegos aceptables, hasta la forma de expre-
sión de sentimientos u emociones admisibles. Estas
primeras comprensiones que realizan los niños y
niñas determinan sus formas de interacción poste-
riores con pares y con adultos.
El rol de género, el rol sexual y la identidad, son
construcciones culturales que se trasmiten de gene-
ración en generación y que en cada subcultura van
propiciando pautas de comportamiento acordes con
lo esperado. La investigación mostró que los NNA
han aprendido de sus padres pautas arraigadas
que se maniestan cotidianamente en la escuela,
a través del contacto con sus pares. Es interesante
también identicar cómo los pares ejercen un papel
fundamental a la hora de repetir modelos de com-
portamiento, son ellos los encargados de perpetuar
acciones muchas veces no apropiadas, que son ava-
ladas por los compañeros con risas, gritos y otras
manifestaciones, que permiten el acceso a un grupo
social especíco. Estos NNA necesitan de la apro-
bación de los demás, de modo que buscan diversas
formas para hacerlo.
En cuanto al contexto educativo, cuando se trata
de adolescentes, los esfuerzos realizados por los
docentes, parecen escasos, pues además de lidiar
con las características propias del desarrollo psico-
social de esta edad, deben afrontar los numerosos
conictos personales, familiares y sociales a los que
se encuentran expuesto, y que de manera signica-
tiva determinan su conducta dentro y fuera de la
escuela, por lo que se hace necesario la generación
de ambientes mayormente estimulantes, en donde
se formen valores personales en función del buen
trato y la sana convivencia.
En los sujetos sociales de investigación fue evidente
que existen marcadas diferencias en los roles de gé-
nero que son plenamente identicadas desde tem-
prana edad, y se mantienen y refuerzan a medida
que los NNA van creciendo. Estas diferencias deter-
minan formas de actuar, pensar y sentir caracterís-
ticos según el género, y que se consideran deseables
para los intercambios sociales.
El programa de educación sexual y de género dirigi-
da a NNA de la escuela, proporcionó herramientas
dicas nuevas para los docentes, las cuales deben
aprovecharse y ser replicadas en otros espacios, ya
que además de identicar comportamientos, senti-
mientos y emociones en los NNA, los hace reexio-
nar sobre su actuar cotidiano, lo cual mejora su
proceder inmediato, y con la cooperación de todos y
cada uno de los actores se podrán apoyar procesos
integrales a corto, mediano y largo plazo.
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