
Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
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Pedagogía & Educación
INVESTIGACIÓN
Parras, Madrigal, Redondo, Vale y
Navarro (2012) hacen entrever que el
desarrollo vocacional implica adelantar un
proceso de acompañamiento para que el
estudiante asuma con madurez su proceso
de autoconocimiento, sus aspiraciones y
el medio social, promoviendo el juicio de
sus habilidades e intereses respecto a las
diferentes posibilidades que enmarcan
los principios de prevención, desarrollo,
intervención social y empoderamiento,
como función de la sociedad escolar.
Sánchez, Suárez, Carbajo y Fariña
(2018) plantean que, la orientación
vocacional, como intervención directa con
el estudiante, facilita la elección, ayuda a
redireccionar y le pone de maniesto en
la responsabilidad consigo mismo y con
la sociedad que genera inclusión social.
Si bien el quehacer humano no se limita
a trabajar o a estudiar, si un sujeto no
trabaja ni estudia, se encuentra a la deriva,
excluido, desaliado de la trama social
que regula los intercambios colectivos;
Rascovan (2013) expresa que, “por tanto,
la elección vocacional es tanto un proceso
como un acto de elegir objetos” (p. 51).
La transformación de las personas,
comunidades, instituciones, solamente
será factible cuando esté radicada en una
fuerte experiencia de Dios; esto se debe
traducir en gestos concretos que imponen
un fuerte discernimiento de búsqueda de
decisiones en lo personal, comunitario
e institucional, con audacia y valentía;
los jóvenes deben ser el centro de las
opciones. Este postulado vislumbra que
la experiencia de Dios es esencial para la
orientación vocacional, porque permite al
sujeto interiorizar y discernir el momento
histórico de su vida, con una conciencia
crítica de transformación necesaria. El
camino espiritual permite descubrir los
carismas, dones y habilidades de cada
individuo, para que, articulado a su
proyecto de vida, se condense en opciones
especícas y claras, promoviendo su
opción vocacional.
La incidencia de la formación humana y
ética adquiere particular importancia a
lo largo de la historia de la vida del ser
humano, sea cual fuere la tendencia
cultural, social, ideológica o religiosa,
pero es necesario insistir en que la
cultura religiosa desarrollada en casa y
consolidada en las instituciones escolares,
imprime principios que están ligados con
el sentido ético y crítico que favorece el
desarrollo de la espiritualidad de cada
persona, que será aquello que perdurará
a lo largo de su vida y, de manera
especial, en su educación superior y/o
especialización laboral (García, 2019).
En este sentido, es imprescindible que los
estudiantes de media vocacional tengan
a disposición los espacios de orientación
vocacional, prolongados desde la
institución, hacia la familia; esto exige
que los ámbitos educativos no puedan
ser limitados en el acompañamiento del
estudiante, sino favorecer los entornos
en los cuales éste se sumerge y que
inuyen directamente en su actuar; así,
tiene una vocación fundamental inscrita
en el corazón espiritual generado en sus
contextos culturales, que vive de formas
diferentes y particulares (Betancourt,
2016)
Orientador educativo
En un mundo en el que hay que resolver
situaciones, urge también motivar y
promover el interés; en este caso en
particular, en los estudiantes del grado
once en cuanto a la orientación vocacional,
para que continúen su formación hacia
el futuro, a través de sus estudios, para
que complementen y obtengan en un
mañana, el bienestar personal y familiar
de cada uno; de lo contrario, al no tener
claridad en la opción vocacional, pueden
inclinarse hacia la ruta más fácil, causando
la inseguridad y la inestabilidad de cara al
futuro y la felicidad de cada uno. Al no
tener una orientación adecuada, cuántas
personas han fracasado (Sanctrock,
2002); por ello, la importancia de este
proyecto, como una necesidad en nuestra
labor educativa y misionera en pro de las
nuevas generaciones.
En este orden de ideas, los continuos
cambios que hoy afronta el mundo en sus
diferentes campos y el desarrollo acelerado
de las sociedades en este siglo, producen
transformaciones en diferentes contextos
sociales y culturales, especialmente
en lo educativo; por ello, el proyecto
investigativo de la orientación vocacional,