Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
79
Pedagogía & Educación
INVESTIGACIÓN
Las herramientas didácticas son para el
docente, las estrategias que le permiten
llevar y transmitir el conocimiento de los
temas de forma signicativa y divertida,
pero solo si las utiliza adecuadamente
(Morrison, 2005). Para entender cuál
es esa forma adecuada, se debe hacer
un uso consciente de las herramientas
pedagógicas, según la categoría,
pensando siempre en innovar con
responsabilidad, buscando estimular y
propiciar las habilidades del estudiante,
por lo cual, Herrera, Jiménez y Méndez
(2017) rescatan su importancia, donde
los protagonistas de su aprendizaje son
sujetos activos, reexivos, que se sienten
libres de expresar su forma de pensar,
comprometidos con la construcción y
desarrollo de una sociedad, conociendo
y comprometiéndose con su región;
plantean que la música es un medio para
promover el aprendizaje, que no se puede
considerar la vida en ausencia de ésta y,
que es impensable llevar una vida sin
acceso a la musicalidad, a los sonidos de
la naturaleza y de las grandes ciudades.
La música está en la cotidianidad, en todo
lo que se hace, desde la madre que canta
canciones de cuna arrullando su bebé,
en los programas de radio y televisión,
cumpleaños, matrimonios, actividades
litúrgicas, hasta las grandes estas
culturales y conciertos.
Por lo tanto, la música es esencial en la
vida de las personas y marca momentos
al usarla como una estrategia didáctica
que permite que el ambiente en el aula
se perciba alegre, exible e innovador,
por cuanto mejora los procesos de
enseñanza-aprendizaje, aporta e impulsa
la creatividad y el desarrollo de las
habilidades de cada estudiante.
La música es una de las formas de
expresión y comunicación en la que
intervienen el tiempo, los sonidos, el
ritmo y el movimiento; hace parte de
la vida y el ser humano se convierte
en receptor de cualquier información
sonora, como, por ejemplo: los sonidos
de los coches, la radio o la televisión, etc.
Solana (2006) indica que, a través de la
expresión musical, se logra la motivación
de los alumnos, además de ayudar en su
formación integral, tanto en el aspecto
cognitivo, como en el afectivo y motor,
desde el aspecto social; maniesta que
la música, además de ser divertida,
mejora el desarrollo cerebral y, aún más,
mejora las habilidades en la lectura y las
matemáticas.
En este punto se tiene que resaltar
la relevancia de la oralidad que traen
nuestros antepasados y el escucharla
nutre las tradiciones, llevando a los
estudiantes a aprender la realidad de su
cultura. En esta investigación genera un
plus, ya que articula las competencias,
enfocadas a fortalecer la identidad, con
los estándares de competencias de las
ciencias sociales con relación a la historia,
logrando así en ellos, la apropiación de
su cultura y resaltando la identidad de su
región.
Otro estudio útil para desarrollar la
cultura a través de las estrategias
didácticas en las escuelas del carnaval,
es el de Díaz Martínez y Cardona Mejía
(2019), el cual apunta a la creación de
las escuelas, que son un tipo particular de
sistemas complejos; son organizaciones
nucleares de un sistema funcional; esto
es, organizaciones del sistema educativo.
Especican la autoobservación del
sistema educativo y la observación del
entorno que esta operación supone y, a
su vez, realizan una observación propia
como organizaciones sociales.
El término ‘escuela’ se complementa
con el de sociedad, a partir de lo que
es preciso saber cuál es la función de la
escuela: generar y fomentar la formación
cultural, resaltando la importancia de la
diversidad de involucrados, de proveer
conocimientos a los alumnos, de destacar
valores generando una formación
responsable y, de permitir la capacidad de
crear lazos de convivencia adaptables a la
sociedad actual y de desarrollar diferentes
alternativas para instaurar las costumbres
locales, denotando una identidad social
regional y nacional.
Cabe resaltar que, debido a los grandes
procesos migratorios, es preciso tomar
un enfoque intercultural en la educación,
adecuado a la diversidad, para convivir
sin olvidar el respeto, teniendo como
objetivo principal, formar ciudadanos