Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
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ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
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Pedagogía & Educación
INVESTIGACIÓN
Evaluación de rasgos de
inteligencia emocional
en estudiantes
normalistas de la ciudad
de Pasto
1
Andrea Carolina Flórez Madroñero
2
Diana Carolina Muñoz Enríquez
3
Resumen
Este artículo presenta la evaluación de los rasgos de la
inteligencia emocional a 172 estudiantes del Ciclo de Formación
Complementaria de la Institución Educativa Escuela Normal
Superior de Pasto. El instrumento para la recolección de
información fue la escala TMMS-24, a través de la cual se
determinó el nivel de atención emocional, claridad emocional
y reparación emocional; fue digitalizada mediante formulario
de Google Forms para desarrollar el proyecto durante la
época de prevención por la pandemia de COVID-19. La
investigación, desarrollada desde el paradigma cuantitativo,
asume un alcance descriptivo. Los resultados demuestran
niveles adecuados de atención a los sentimientos, niveles
bajos de claridad emocional y niveles bajos de reparación
emocional. Además, se concluye que las mujeres presentan
mayor nivel de inteligencia emocional en comparación con los
hombres.
Palabras clave: Psicología de la educación; adolescente;
inteligencia emocional.
1
Artículo resultado de la investigación titulada “La inteligencia emocional, un
aspecto de las habilidades emocionales para la vida, en estudiantes del programa
de Formación Complementaria de una institución educativa de San Juan de Pasto”,
desarrollada desde febrero de 2020 hasta el 31 de mayo de 2021 en la ciudad de
San Juan de Pasto, Nariño, Colombia.
2
Magíster en Ciencias Sociales, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
FLACSO; Psicóloga, Universidad de Nariño. Docente TC, Programa de Psicología,
Universidad Mariana. Correo electrónico: aorez@umariana.edu.co.
3
Estudiante del Programa de Psicología, Universidad Mariana. Correo electrónico:
dianacmunoz@umariana.edu.co
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Introduccion
Para esta investigación el término de
Inteligencia Emocional (IE) se asume
como un eslabón clave en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, explícitamente
en la formación de nuevos educadores.
Para comprender su aporte, es necesario
retomar las teorías clásicas de la inteligencia
propuestas por Galton (1822), Catell
(1890) y Binet (1911, citados por Molero,
Saiz y Esteban, 1998) y, contrastarlas con
los planteamientos de Goleman (1997) en
cuanto a la IE y, la inteligencia social, en
donde las emociones y el comportamiento
social tienen estrecha relación con el
éxito personal e interpersonal. Estos
planteamientos han permitido enriquecer
la visión de la inteligencia, como una
capacidad meramente cognitiva y, más
bien, apoyan la pluralidad del intelecto,
como lo expuso Gardner (1987). Sin
duda, hoy en día estos postulados tienen
más vigencia que nunca y, representan
un desafío para el fortalecimiento de las
prácticas pedagógicas y psicoeducativas.
La IE se constituye en un conjunto
de habilidades que ayudan a explorar
y gestionar las emociones de forma
adecuada. Salovey y Mayer (1990)
consideran que, entre estas habilidades
se encuentra la capacidad de supervisar
y entender las emociones propias y las
de los demás, discriminar entre ellas
y usar dicha información para guiar los
pensamientos y comportamientos.
Considerando que esta investigación se
desarrolla con educadores en formación,
es importante destacar la utilidad de la
IE en su aprestamiento. De acuerdo con
Lozano, Alcaraz y Colás (2010), para
aumentar la capacidad de asimilación
y comprensión de las interacciones
humanas, es relevante que el docente
en formación desarrolle las habilidades
emocionales para una buena relación
docente-estudiante. Así mismo lo explican
Fernández-Berrocal y Extremera (2002),
quienes enfatizan que se debe formar
a los educadores, en la habilidad para
comprender la emoción y el conocimiento
emocional, como también para, regular las
emociones que promueven el crecimiento
emocional e intelectual.
Para la evaluación de la IE se percibe
tres modelos basados en: la habilidad
mental (Salovey y Mayer, 1990), las
competencias emocionales (Goleman,
1997) y, la IE social de Bar-On (2006).
De acuerdo con las características del
instrumento, se identica que los rasgos
evaluados están sustentados en el
modelo de Salovey y Mayer, y permiten
un amplio aprovechamiento en contextos
educativos.
Metodología
El estudio se llevó a cabo bajo el paradigma
cuantitativo, con el enfoque empírico
analítico, con un alcance descriptivo y un
diseño transversal no experimental. Con
la evaluación se pretendió la identicación
del nivel en los tres rasgos de IE. Una
vez que se estableció contacto con la
población participante, se desarrolló el
procedimiento ético para identicar a las
personas que cumplían los criterios de
inclusión del estudio, quienes aceptaron
participar voluntariamente en el mismo. El
muestreo fue de tipo no probabilístico y la
muestra correspondió con un total de 134
estudiantes del programa de formación
complementaria de la Institución
Educativa Escuela Normal Superior de
Pasto, dentro de la cual 31 estudiantes
fueron hombres y 103, mujeres.
El instrumento Trait Meta-Mood Scale
(TMMS-24) es una escala para evaluación
de expresión, manejo y reconocimiento
de emociones, elaborado por Fernández–
Berrocal y Extremera (2002), que
permite evaluar el meta-conocimiento
de los estados emocionales; es decir, la
IE intrapersonal percibida a través de 48
ítems orientados hacia tres dimensiones:
Atención a las emociones, Claridad
emocional y Reparación emocional.
Resultados
Una vez recogidos los datos a través del
cuestionario de Google Forms, se realizó
el procesamiento de la información en
la herramienta de cálculo Excel y en el
software estadístico SPSS.
De acuerdo con el número de participantes
y el género con el que se identicaron, se
evidencia que, el 77 % (103 participantes)
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pertenece al género femenino, y el 23 %
(31 participantes) al género masculino.
Esta mayor representatividad del género
femenino fue considerada más adelante
para la interpretación de los datos.
En cuanto a la evaluación de los
rasgos de IE, la Figura 1 presenta los
resultados promedio obtenidos entre los
participantes:
Figura 1
Resultados promedio en los rasgos de
inteligencia emocional
Según el manual, la interpretación se
debe realizar diferenciadamente para
hombres y mujeres, aunque, en términos
generales, se puede identicar por debajo
de lo adecuado. En la Tabla 1 se puede
apreciar los resultados por género, para
el rasgo de Atención a los sentimientos.
Tabla 1
Resultados promedio del nivel de
Atención emocional
Nivel de atención a los
senmientos
Hombres Mujeres
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Alto 12 % 4 4 % 4
Adecuado 55 % 17 54 % 56
Bajo 33 % 10 42 % 43
La Tabla 1 permite observar, para el caso
de los hombres que, el 55 % obtuvo
un nivel adecuado de atención a los
sentimientos y el 12 %, un nivel alto;
esto, según Martínez, Piqueras y Ramos
(2010), admite armar que, más de la
mitad del género masculino evaluado
tiene la destreza para expresar las
emociones y sentimientos propios de
forma adecuada. Por otra parte, el 33 %
de los hombres evaluados tiene una baja
atención a los sentimientos, lo cual indica
una incapacidad para sentir y expresar
las emociones de forma adecuada.
De igual manera, se puede identicar
que el 54 % de las mujeres obtuvo un
nivel adecuado de atención emocional y
el 42 % un nivel bajo. El nivel alto indica
que se presta demasiada atención a los
sentimientos propios y a las emociones de
forma extremista, razón por la cual la tabla
de baremos sugiere que las personas con
nivel alto deben ‘mejorar su atención’; así
mismo, el nivel bajo indica un desajuste
en la capacidad para reconocer sus
sentimientos y, también deben mejorar
su atención. El nivel adecuado indica
que las mujeres evaluadas tienen una
capacidad apropiada para percibir las
emociones propias, siendo capaces de
sentir y expresar las emociones de forma
adecuada.
Para concluir, si bien la mayoría de
mujeres y de hombres presenta un nivel
adecuado de atención a los sentimientos,
igualmente, se aprecia un alto porcentaje
que alcanzó un nivel bajo en este rasgo,
lo cual signica que existen dicultades
en la identicación de los sentimientos
propios, al igual que la capacidad para
sentir y expresar sus propias emociones.
Respecto al rasgo de Claridad emocional,
la cual consiste en la percepción que se
tiene sobre la comprensión de los propios
estados emocionales, la Tabla 2 presenta
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los resultados por género:
Tabla 2
Resultados promedio del nivel de Claridad
emocional
Nivel de
claridad
emocional
Hombres Mujeres
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Alto 6 % 2 3 % 3
Adecuado 33 % 10 43 % 44
Bajo 61 % 19 54 % 56
Como observa en la Tabla 2, tanto en
hombres como en mujeres, el mayor
porcentaje de participantes obtuvo un
nivel bajo, el cual se evidencia en un
61 % en los primeros y, el 54 % en las
segundas; con ello se interpreta que los
estudiantes presentan dicultades en
cuanto a la comprensión de los propios
estados emocionales (Fernández-
Berrocal, Extremera y Ramos, 2004).
Por otro lado, el 33 % de hombres y el
43 % de mujeres tienen una adecuada
comprensión sobre los propios estados
emocionales. En cuanto al nivel alto, se
evidenció en el 6 % de los hombres y
el 3 % de las mujeres, lo que signica
contar con excelente claridad emocional
(Fernández-Berrocal et al., 2004).
Dado lo anterior, se puede concluir sobre
estos resultados, que la muestra de
estudiantes evaluados tiene dicultades
en este rasgo, lo que signica una baja
capacidad para la “conocer, comprender
y distinguir las emociones, sus causas
y consecuencias, y su evolución para
integrarlas al propio pensamiento” (León,
2020, p.28).
En la Tabla 3 se presenta los resultados
correspondientes al rasgo de Reparación
de las emociones, el cual consiste en la
capacidad de alcanzar una adecuada
recuperación frente a situaciones que
alteran la dimensión emocional.
Tabla 3
Resultados promedio del nivel de
Reparación de las emociones
Nivel de
reparación
de las
emociones
Hombres Mujeres
Porcentaje
Frecuencia
Porcentaje
Frecuencia
Alto 6 % 2 12 % 12
Adecuado 39 % 12 45 % 46
Bajo 55 % 17 43 % 44
Como se describe en la Tabla 3, el 55
% de los hombres obtuvo un nivel bajo
de reparación de las emociones; según
el manual de interpretación, esto quiere
decir que presentan dicultades en la
capacidad para regular los propios estados
emocionales de la mejor forma; por otro
lado, se observa un nivel adecuado en el
39 % de ellos, considerando así, un nivel
apropiado de reparación de las emociones;
además, se aprecia en el 6 %, un nivel
alto, lo cual demuestra, según el manual
de evaluación, una excelente capacidad
para regular los estados emocionales.
Asimismo, se observa que, en las mujeres
el nivel adecuado está representado
por 45 % y el nivel bajo por el 43 %,
entendido como la mínima capacidad para
ordenar los propios estados emocionales.
Discusión
A manera de síntesis, se puede mencionar
que el estudio permitió identicar
los niveles en los tres rasgos de IE.
Para el caso de ‘Claridad emocional’ y
‘Reparación emocional’, los niveles son
bajos y, en el componente de ‘Atención a
los Sentimientos’, se encuentra un nivel
adecuado. Debe tenerse en cuenta que, al
presentarse un bajo nivel en IE, se podría
afectar el desarrollo de autoconciencia; la
IE no es tan solo un componente lógico
formal, sino un atributo que permite el
óptimo desarrollo de la autoconciencia;
esto quiere decir que los estudiantes
evaluados reejan dicultad en analizar los
factores emocionales internos y externos
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en las relaciones sociales. Además, la
IE, como atributo meta-cognitivo, podría
inuir sobre la motivación no solo en el
ámbito académico y sobre el rol docente,
sino sobre distintos contextos.
Los resultados en los tres rasgos de IE
permiten comprender que la habilidad es
baja, lo cual, según Hodzic, Ripoll, Costa y
Zenasni (2016), puede signicar un factor
de riesgo en la satisfacción con la vida,
puesto que se identica dicultades en su
área emocional, que pueden inuir sobre
otras esferas de la vida. Si bien algunos
estudios le otorgan mayor relevancia a
la reparación emocional, este trabajo
sustenta la integralidad de los tres rasgos,
para relacionarlos con un desempeño
exitoso en diferentes ámbitos.
Sumado a lo anterior, los estudiantes
evaluados presentaron, en su mayoría,
un nivel adecuado de atención emocional,
denida por Ceballos y Suarez (2012)
como factor protector de la salud mental,
logrando que tengan una mejor calidad
de vida y condiciones propicias para el
desarrollo humano, ya que en este rasgo
se hallan, implicadas, las habilidades para
sentir, atender, identicar y expresar las
emociones.
En cuanto al género, no hay diferencia
en los resultados en los estudiantes
evaluados, ya que ambos puntuaron
mayoritariamente en el nivel de adecuado;
sin embargo, se encuentra un porcentaje
signicativo de hombres con nivel alto
de atención emocional; ello se diferencia
con el trabajo de Rodríguez, Amaya y
Argota (2011), quienes encontraron que
una mayor cantidad de mujeres obtiene
niveles adecuados de Atención emocional,
mientras que los hombres alcanzan,
primordialmente, un nivel bajo. Debe
considerarse que, en este rasgo, tanto el
nivel alto como el bajo son inadecuados,
pues suponen una atención excesiva o
insuciente atención a las emociones.
En consideración del proceso de formación
como docentes que están llevando a cabo
los participantes de la investigación,
resulta importante tener en cuenta que,
un docente con una mayor conciencia
de sus propias emociones, tiene menos
probabilidades de ignorar o trivializar las
emociones de sus alumnos y, será más
capaz de aceptar cualquier tipo de expresión
emocional, aunque sea negativa. En este
sentido, la atención emocional adecuada
representará para los participantes, una
capacidad signicativa en la interacción
con sus futuros estudiantes y en su rol
como educadores.
Por otra parte, en el rasgo de claridad
emocional se puede interpretar que los
resultados son desfavorables para la
población evaluada, pues al comparar
con la investigación de Ceballos y Suarez
(2012), estos identicaron que en un
tercio de sus participantes contaban con
un nivel alto y, más de la mitad, un nivel
adecuado, en tanto que en la presente
investigación predomina el nivel bajo,
lo que signica dicultades al momento
de conocer y comprender las emociones
y distinguir entre ellas. La baja claridad
emocional es un factor que afecta el
desarrollo de las diferencias individuales
y la personalidad.
Entre tanto, respecto a la baja claridad
emocional, Ceballos y Suarez (2012)
señalan que ésta deriva afectaciones en
el bienestar psicológico de la persona,
pues se ha identicado esta característica
entre los pacientes con diagnósticos
como el trastorno depresivo mayor. Este
argumento es respaldado por Fernández-
Berrocal y Extremera (2002), quienes
indican que la baja claridad se asocia
con una sintomatología de ansiedad,
depresión y conictos interpersonales.
Considerando nalmente los resultados
en el rasgo de Regulación emocional,
que indican bajo nivel de recuperación
emocional entre los evaluados, se puede
notar una serie de efectos negativos;
entre ellos, la dicultad para hacer frente
al estrés de la vida académica (González-
Cabanach, Souto-Gestal, González
y Corrás, 2018). Así mismo, la dis-
regulación emocional se asocia con una
mayor sintomatología física y psicológica
(Hodzic et al., 2016), lo que signica un
riesgo en la calidad de vida y el desarrollo
de la autoecacia.
Los trabajos de Fernández-Berrocal
y Extremera (2002) y, Fernández-
Berrocal et al., (2004) resaltan que la
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regulación emocional es muy importante
en el contexto académico, puesto que
contribuye con la salud mental de los
estudiantes y su equilibrio emocional,
lo que se ve reejado en un mejor
desempeño académico. En este punto
debe tenerse en cuenta las diferencias
identicadas por género; si bien no son
estadísticamente signicativas, se percibe
un mejor desempeño emocional en las
mujeres, lo cual podría ser explicado por
una educación emocional marcada por
las normas culturales y sociales. En este
sentido, para favorecer el mejoramiento
de estos rasgos de la IE, se ha de reconocer
los factores contextuales, sociales,
culturales e históricos en los que se dio
lugar la presente investigación.
Conclusiones
Aplicada la escala TMMS-24, se encontró
que la mayoría de estudiantes presenta
un bajo nivel en los tres rasgos de IE:
Atención a los Sentimientos, Claridad
emocional y Reparación emocional.
De acuerdo con la atención emocional
predominante, se aprecia un nivel
adecuado, con un 54 % de participantes;
por lo tanto, se inere que los estudiantes
presentan un buen nivel de atención a los
sentimientos; este resultado se puede
considerar favorable para aquéllos que
se están formando en el campo de la
educación.
En el rasgo de claridad emocional,
prevaleció el nivel bajo, con un porcentaje
de 56 % de los participantes, con lo cual
se inere que los estudiantes presentan
problemas para reconocer las emociones
propias y las de los demás. Por ende, esto
puede repercutir en todas las áreas donde
ellos estén inmersos.
En cuanto al rasgo de reparación
emocional, prevalece un nivel bajo, el cual
corresponde al 45 % de los participantes,
permitiendo concluir que los estudiantes
tienen dicultades en la resolución de
problemas, frente a la incapacidad de
minimizar las emociones negativas y
gestionar las emociones positivas.
Se evidenció que los dos géneros
tienen porcentajes similares en los tres
objetivos especícos; en consecuencia,
las diferencias de género en cuanto a IE
no son signicativas y permiten suponer
un desarrollo similar en esta población.
Se recomienda continuar desarrollando
investigación en el campo de la IE y
otras variables escolares y personales
que esclarezcan sus implicaciones en el
desarrollo personal y profesional de los
educadores.
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