Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
32
Pedagogía & Educación
ENSAYOS
El aprendizaje
colaborativo en el aula
virtual en tiempo de
pandemia
‘Plan padrino’
Rosa Magaly Morales Chincha
1
Paola Andrea Acosta
2
Resumen
Hoy en día, los ambientes académicos han cambiado por
la situación de pandemia desencadenada por el COVID-19,
lo que ha llevado a que las prácticas virtuales sean una
prioridad para propiciar los espacios de aprendizaje en el aula,
dirigidos a los estudiantes. Si bien es cierto que esos espacios
deben favorecer el desarrollo de un aprendizaje consciente,
signicativo y cooperativo para beneciar la comunicación y
la interacción entre estudiantes y también entre estudiantes
como grupo y docentes, es importante tener en cuenta que,
llevar este proceso de aprendizaje en tiempos de pandemia no
es una tarea fácil, ya que se debe promover en cada uno de los
estudiantes, ambientes y escenarios que generen motivación
permanente y atención para el desarrollo de cada una de las
clases propuestas. Bajo este entendimiento, reexionaremos
sobre la estrategia de enseñanza entre pares, desde el
quehacer pedagógico docente.
Palabras clave: Constructivismo; aprendizaje; virus;
informática.
1
Magíster en Pedagogía, Universidad Mariana. Correo electrónico: rmorales@
umariana.edu.co
2
Magíster en pedagogía, Universidad Mariana. Correo electrónico: pacosta@umariana.
edu.co
Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
33
Pedagogía & Educación
ENSAYOS
1. Introducción
La pandemia generó en muchos países,
afectación de la economía, llevando al cierre
de los servicios escolares tradicionales.
Aproximadamente, un millón seiscientos
mil estudiantes en 190 países de todo
el mundo se vieron afectados por ella y,
el 94 % de la población escolar mundial
tuvo que vivir el cierre de sus escuelas.
Esta situación de carácter de salud pública
generó el cierre de escuelas, colegios y
universidades, por el compromiso de la
pandemia, conllevando la incertidumbre
en el aparato educativo sobre cómo
continuar con el proceso de enseñanza y
aprendizaje, motivando a replantear, por
parte de las instituciones educativas, la
estructura microcurricular. Así, el rol del
docente en su quehacer pedagógico se
vio movido a reinventarse sobre cómo
enseñar a sus estudiantes mediante la
virtualidad, dejando a un lado el aula
de clase presencial y, convirtiéndola en
espacio virtual.
En este sentido, el modelo constructivista
de la Universidad Mariana permite
que el docente busque alternativas de
enseñanza y de evaluación que potencien
el desarrollo, no solo a partir del saber, sino
también del hacer y del saber hacer. Ese
tipo de aprendizaje colaborativo o, entre
pares, debe promover los conocimientos
y las actitudes que presentan dichas
competencias, de una manera interactiva,
dinámica, que facilite el desarrollo de las
clases y que, en los estudiantes, genere
nuevos aprendizajes.
El docente, junto con los estudiantes, ha ido
aprendiendo sobre la marcha, articulando
conocimientos teóricos y prácticos desde
distintas disciplinas, para orientar un
proceso a partir de la virtualidad, que le
permita la autonomía de innovar en la
enseñanza, conjuntamente con ellos.
2. Desarrollo
La pedagogía constructivista permite
que el aprendizaje se lleve a cabo en un
contexto social entre el estudiante y su
entorno, en el cual se comparte puntos
de vista a partir de la indagación, la
negociación y la colaboración.
Dentro de las actividades de enseñanza y
aprendizaje, una de ellas es la motivación
que el docente debe generar hacia su
grupo de estudiantes; esta estimulación
ha de proveer elementos importantes que
permitan a los segundos, aprender de
manera autónoma y colaborativa.
El aprendizaje colaborativo fomenta
el aprendizaje entre pares, dado que
permite resolver problemas e inquietudes,
reforzar tareas y/o aprender nuevos
conceptos, involucrando activamente a
los estudiantes, para intercambiar ideas,
escuchar diferentes puntos de vista
basados en sus criterios o experiencias y,
articular los propios.
Los principios constructivistas parten de
que el conocimiento es construido por el
estudiante, en función de la estructura
del dominio estudiado, la experiencia y el
contexto en el cual estos conocimientos
serán aplicados y, cómo inuyen en la
interacción entre pares, permitiendo
aanzar lo aprendido y, enseñar, al mismo
tiempo.
Así mismo, el aprendizaje colaborativo
hace posible organizar los procesos en
la transformación y aprehensión del
conocimiento, al compartir, colaborar y
construir, porque estimula la comunicación
e interacción afectiva y efectiva en
los estudiantes. La colaboración entre
pares genera interdependencia positiva,
fomentando la construcción de buenas
relaciones entre los diferentes miembros
del grupo, fortaleciendo el aprendizaje y
evitando la competitividad.
Esta estrategia de enseñanza promueve
la inteligencia y la creatividad; fortalece
el componente axiológico, como la ética
y la solidaridad, al compartir tareas
que refuerzan la comprensión; a la vez,
despiertan la necesidad de aprender a
partir del descubrimiento en equipo del
mundo social.
En este sentido, la práctica pedagógica
para el profesor, debe ser un proceso de
autorreexión permanente, que genere
esos espacios de preparación a través de
una muy buena conceptualización para
lograr un elemento muy importante:
el de procurar una investigación y
Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
34
Pedagogía & Educación
ENSAYOS
una experiencia didáctica que lleve a
reexiones constantes desde la práctica,
a partir de todas las evidencias que el
estudiante pueda desencadenar, y que
sus aprendizajes se conviertan en saberes
prácticos, en acciones pedagógicas,
promoviendo competencias que, en cierto
modo, favorecerán ese accionar práctico
y esa articulación de la teoría hacia la
práctica, suscitando unas verdaderas
competencias profesionales en los
estudiantes.
Las situaciones sociales en las cuales los
estudiantes se ven inmersos, su vivienda
rural, su área urbana dispersa, generan
escenarios distintos y complejos, con
necesidades diferentes y complejas; el
papel estratégico del docente para hacerle
frente a la situación, representa un rol
primordial para el desarrollo de la práctica
pedagógica; inicialmente, en la formación
básica, procurando propiciar espacios de
confrontación de procesos de aprendizaje
y de formación, reconociendo que existen
realidades educativas con un sinnúmero
de situaciones que el ambiente educativo
puede dar; más aún, en tiempos de
pandemia.
Esto puede llevar a un escenario que
promueve aspectos interesantes desde la
formación intelectual de cada uno de los
estudiantes, como sujetos de aprendizaje,
sin dejar de lado la ética y la estética que
se debe observar en el desarrollo de cada
una de las clases, donde la interlocución
ejecuta un accionar entre sujetos y
saberes, generando así un reconocimiento
de contextos; esa transferencia de
conocimientos a nivel pedagógico debe ir
articulada a la disciplina y a la reexión
permanente, que conlleve una buena
práctica desde el desarrollo y promoción
de competencias en el estudiante de
pregrado (Gómez Miranda y Vásquez
Torres, 2005).
Formar estudiantes con una alta calidad
cientíca y ética en el área de la salud,
es una tarea dentro de estas actividades
de enseñanza y aprendizaje, donde la
práctica pedagógica cumple un papel
fundamental y, el saber del educador
permite fortalecer la investigación en
el campo de la enseñanza de estos
ambientes pedagógicos, propiciando
saberes especícos.
En consecuencia, el estudiante, dentro de
este proceso de aprendizaje, se apoya en
las orientaciones de su docente, quien es
el facilitador en el proceso de enseñar y,
al tiempo, quien forja ese tipo de saberes.
Entre las distintas formas de aprendizaje,
hay acciones desde la virtualidad, que
promueven el aprendizaje colaborativo; el
estudiante puede crear una comunicación
virtual entre sus compañeros que, por
las situaciones de la pandemia y por el
aislamiento social, antes no era posible,
en el encuentro desde la presencialidad,
pero que, sin embargo, al empezar a
incursionar y a tener una experiencia
mucho más fuerte en el manejo de
las tecnologías de la información y
la comunicación, ha convertido en
herramientas indispensables para el
desarrollo de este tipo de aprendizaje.
La comunicación entre pares y con el
docente en este ambiente virtual favorece
el aprendizaje y promueve los medios para
facilitar el proceso. Los foros, chats, video
llamadas, plataformas virtuales, entre
otros medios de comunicación, posibilitan
la interrelación de los estudiantes desde
la distancia, de manera virtual, generando
conexiones entre las actividades que
puedan realizar.
En virtud de lo anterior, todos los recursos
didácticos de tipo electrónico donde el
estudiante puede favorecer su aprendizaje
virtual, son muy importantes para
desarrollar las competencias propuestas
en el micro currículo. Cabe mencionar que
dichos recursos deben estar disponibles,
ya sea en presentaciones, apuntes,
libros, video-llamadas, grabaciones de las
clases, buscadores, bibliotecas virtuales,
entre otros, para que, de esta manera,
entre compañeros, puedan generar ese
aprendizaje colaborativo, ese diálogo y
esa articulación de los saberes en tiempos
de pandemia, indispensables para seguir
aprendiendo y contribuyendo.
Es fundamental que el aprendizaje
signicativo de cada uno de los
estudiantes surja de una motivación por
querer aprender y por enseñar; asimismo,
que le lleve a estar presto y dispuesto al
acompañamiento y supervisión por parte
de su docente de forma permanente;
por ende, éste debe facilitar el acceso
Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
35
Pedagogía & Educación
ENSAYOS
a los elementos de aprendizaje, para lo
cual es importante propiciar información
relacionada con cursos virtuales y
demás materiales, donde los grupos de
estudiantes puedan trabajar de manera
colaborativa, apoyados en instructivos
claros y orientaciones precisas.
El aprendizaje colaborativo es uno de
los modelos de aprendizaje que, a pesar
de haberse planteado desde hace largo
tiempo, comienza nuevamente a ser
utilizado dentro del aula de clases, como
estrategia ‘innovadora’ de enseñanza; así
lo rearman Collazos y Mendoza (2006):
A lo largo de la historia, la estrategia de
trabajar y aprender en conjunto ha sido
bastante usada y difundida, aunque sólo
recientemente comienza a cobrar auge y
a ser tema de investigación. Sin embargo,
trabajar en forma realmente colaborativa
no es fácil. No basta con disponer a
un grupo de personas en torno a una
actividad y esperar a que el aprendizaje
llegue. (p. 63)
Hoy en día, con la situación de la
pandemia, al mirar la reorganización en
la asignación de tareas para el manejo
del trabajo independiente de cada
uno de los estudiantes, el aprendizaje
colaborativo permite generar una
dinámica que favorece el desarrollo de
sus competencias y hace posible diseñar
estructuras de comunicación, donde la
interacción desempeña un papel muy
importante y favorece otras habilidades
como la distribución de tareas y, cada
uno asume un rol de responsabilidad para
alcanzar el cumplimiento de las mismas,
generando una interdependencia en este
tipo de distribución. En el aprendizaje
colaborativo se evidencia, además, roles
adicionales como el del estudiante que
lidera la asignación, como es el caso
articulado al que se denomina el ‘Plan
padrino’, donde un estudiante con ciertas
habilidades de liderazgo, motivación y
compromiso, promueve, en cierto modo,
el trabajo en equipo de manera articulada,
inuyendo de tal suerte en los demás,
que favorece una estructura mental en
su compañero o compañeros, para el
cumplimiento de los deberes y tareas; así
las cosas, el aprendizaje es mutuo y el
resultado de la tarea se va a ver reejado
en una entrega mucho más completa y
con una mejor calidad, evidenciando el
logro de la competencia.
Así, “los métodos de aprendizaje
colaborativo comparten la idea de que los
estudiantes trabajan juntos para aprender
y son ellos los responsables de su propio
aprendizaje y el de su compañero”
(Collazos y Mendoza, 2006, p. 64).
Para muchos, la ética es una de las
dimensiones más importantes frente
al aprendizaje colaborativo, pero no
aquélla que se ve reducida únicamente
al cumplimiento de normas, sino a la que
va más allá de ese hacer, añadiendo los
valores morales que son esenciales en
el cumplimiento del currículo, donde el
estudiante no solamente se forma en el
acatamiento de una actividad, sino en ser
un buen ser humano y, por ende, en un
ciudadano lleno de valores y principios,
con la capacidad de compartir y crecer en
conjunto.
Dentro de los elementos para favorecer
el trabajo colaborativo en los estudiantes,
es muy importante generar instructivos
claros y precisos para el desarrollo de las
competencias que se requiera, en virtud
del cumplimiento del micro currículo;
ahí es donde se establece las tareas
designadas y los criterios de evaluación
denidos. Sumado a lo anterior, no se
puede dejar de lado el acompañamiento
docente durante todo este proceso, a
través de los medios de comunicación
presentes en estos tiempos, donde una
simple llamada por los distintos medios
tecnológicos (WhatsApp, chat, video-
llamada) ayudan a aclarar dudas e
inquietudes, que terminan favoreciendo
el aprendizaje y el proceso en general.
Para Bruee (1999), los fundamentos
del aprendizaje colaborativo están
compuestos por los siguientes elementos:
• Hay un consenso a través de la
colaboración en el aprendizaje.
• Se propicia una participación
voluntaria en el proceso.
• Se genera un aprendizaje no
fundacional: se trabaja preguntas
con respuestas debatibles, que no
son únicas.
Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
36
Pedagogía & Educación
ENSAYOS
• Hay un cambio en la relación
profesor-estudiante: la autoridad
pasa del profesor a grupos de
pares y luego, a comunidades de
conocimiento especializado.
• Se discute la autoridad del profesor
y la validez de los contenidos,
gracias al método.
• Se reconoce la importancia del
trabajo y el diálogo entre pares.
Por consiguiente, se puede decir que
esta estrategia es muy completa para
el desarrollo de habilidades, partiendo
de un compromiso neto por parte de los
estudiantes, para lograr así un aprendizaje
consciente y signicativo.
3. Discusión
Teniendo en cuenta cómo varios
autores mencionan sobre el aprendizaje
colaborativo y sus aportes para el
desarrollo de competencias, se puede
decir que, es de este modo, como se
promueve en el estudiante, la resolución
de problemas. Así, González y Díaz (2005)
sostienen que los sistemas cognitivos de
los individuos no crecen, por el hecho de
que ellos sean individuales, sino porque
ejecutan algunas actividades como leer,
predecir, inferir, etc., que involucran
algunos mecanismos de aprendizaje
como la inducción, la predicción, la
compilación, etc. Similarmente, los pares
no aprenden porque sean dos, sino porque
ellos ejecutan algunas actividades que
comportan mecanismos de aprendizaje
especícos. Esto incluye las actividades y/o
mecanismos ejecutados individualmente,
pero, además, la interacción entre las
personas desencadena actividades
adicionales como la explicación, las
regulaciones mutuas, entre otras.
Por tanto, la colaboración en los estudiantes
se torna en un proceso de negociación,
donde en los encuentros grupales
maniestan sus opiniones, con el ánimo
de desarrollar la actividad académica.
Este papel de negociadores les permite
generar habilidades de argumentación y
puntos de vista que favorecen una postura
crítica ante el tema que se está llevando a
cabo como actividad académica.
Cabe mencionar que, dentro de
estas acciones también se promueve
particularidades dentro del rol de
estudiante, donde todos se dirigen
hacia un mismo n para lograr el éxito;
enfocan esos intereses generales
para el fortalecimiento de los lazos
y la camaradería, generando valores
adicionales para lograr los nes comunes.
Frente a lo anterior, el docente ha de
propiciar el trabajo colaborativo; en este
aspecto, cabe señalar la capacidad que
debe tener en cuanto a habilidades y
estrategias de enseñanza y aprendizaje.
Es aquí donde propicia, en primera
instancia, elementos dados desde una
inducción del curso, donde explica los
elementos característicos de cada uno de
los temas a tratar durante el semestre
y, por ende, los criterios de evaluación,
deniendo así las unidades temáticas y
los conocimientos mínimos que deben ser
adquiridos, así como también, el proceso
de enseñanza que se propone en cada
una de las de las temáticas a desarrollar.
Para las tareas asignadas, el docente
ha de propiciar instructivos claros y
comprensibles frente al desarrollo de
las actividades académicas; igualmente,
debe evidenciar en todo momento, un
autocontrol de la clase y su manejo,
una excelente preparación temática y
de la metodología, el uso apropiado de
los materiales previamente preparados
para la clase y un dominio profesional del
trabajo colaborativo, entre otros.
En otras palabras, en el rol docente se
debe establecer condiciones iniciales
con objetivos académicos claros, donde
evidencie el conocimiento de cada uno de
los contenidos temáticos, para propiciar la
adquisición de aprendizajes mínimos que
el estudiante requiere. Para ello necesita
una revisión curricular de lo propuesto en
su curso y una programación organizada,
con el n de generar ese paso a paso
que se requiere en el desarrollo de los
cursos; asimismo, se debe proponer el
cumplimiento de cada uno de los temas,
desde los objetivos propuestos para
el aprendizaje en el aula y, revisar las
estrategias de enseñanza – aprendizaje,
según el número de estudiantes
asignados para cada curso, identicando
necesidades y contextos.
Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
37
Pedagogía & Educación
ENSAYOS
En cuanto a las inevitables dicultades de
conectividad, deberá sortearlas con éxito
y recursividad, para el transcurso normal
del desarrollo de la temática. Entonces,
en tiempos de pandemia, el trabajo
colaborativo es quizá una estrategia
de enseñanza fundamental dentro del
manejo de la virtualidad.
Al respecto, Escribano (1995) maniesta
que:
Para Brown y Atkins (1988) los objetivos
de la enseñanza en pequeños grupos
cooperativos son principalmente tres: 1) el
desarrollo de estrategias de comunicación,
2) el desarrollo de competencias
intelectuales y profesionales, y 3) el
crecimiento personal de los estudiantes
(y ¿quizás del tutor/a?). Estos tres
objetivos se interaccionan en la práctica,
sabiendo que el papel del profesor/a es el
del tutor/a; es decir, dirigir y facilitar el
aprendizaje de la tarea, de los sujetos y
los métodos del grupo. (p. 95)
En el desarrollo de estrategias de
comprensión y explicación, hay preguntas
y respuestas; se da la discusión y el
debate, que desarrollan y favorecen las
habilidades de comunicación con otros
y la utilización precisa del lenguaje; se
genera el desarrollo de competencias
como: analizar, razonar, pensar
críticamente, sintetizar, diseñar, etc. En el
crecimiento personal de los estudiantes,
se observa el desarrollo de estrategias
de comunicación y pensamiento, el
mejoramiento de la autoestima, el propio
aprendizaje, aprender a trabajar con otros
y a conocerse a sí mismo y a los demás,
factores esenciales que toda educación
debe promover.
De otro lado, Lavigne, Vasconcelos,
Organista y McAnally (2012) destacan
la utilidad de los foros en el aprendizaje
colaborativo, para la construcción del
conocimiento, dado que la internet
está propiciando “el surgimiento y la
consolidación de nuevas estructuras
sociales y formas de organización en las
que las referencias espacio-temporales
tradicionales no tienen validez” (p. 2).
4. Conclusiones
El aprendizaje colaborativo es una
estrategia fundamental en la actualidad,
ya que fomenta el componente axiológico
en los estudiantes y favorece el esquema
mental en el proceso de aprendizaje de los
mismos. Apoyado en las TIC en tiempos
de pandemia, ha permitido sortear el
desarrollo de logros y aprendizajes,
estimulando en el estudiante, la
comunicación. También ha hecho posible
registrar procesos de trabajo, establecer
modelos desde las distintas plataformas
virtuales que sirven como medios de
apoyo y, poder desarrollar las temáticas
del curso asignado y el trabajo entre
pares.
El aprendizaje colaborativo que hace
parte del modelo constructivista como
nueva práctica de enseñanza, favorece el
conocimiento en grupo, porque permite
crear signicados y, enriquecerlos en
estos tiempos de pandemia, donde el
aislamiento social ha sido muy marcado.
Referencias
Bruee, K.A. (1999). Collaborative learning, higher education, interdependence and
the authority of Knowledge (2
nd
ed.). The Johns Hopkins University Press.
Collazos, C.A. y Mendoza, J. (2006). Cómo aprovechar el ‘aprendizaje colaborativo’
en el aula. Educación y Educadores, 9(2), 61-76.
Escribano, A. (1995). Aprendizaje colaborativo y autónomo en la enseñanza
universitaria. Enseñanza, 13, 89-102.
Gómez Miranda, P. y Vásquez Torres, F. (2005). Una institución virtual para el aprendizaje
colaborativo. Apertura, Revista de Innovación educativa, 5(1), 103-110.
Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
https://doi.org/10.31948/rev.fedumar
ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
38
Pedagogía & Educación
ENSAYOS
González, G. y Díaz, L. (2005). Aprendizaje colaborativo: una experiencia desde las
aulas universitarias. Educación y Educadores, 8, 21-44.
Lavigne, G., Vasconcelos, M.P., Organista, J. y McAnally, L. (2012). Exploración
preliminar del aprendizaje colaborativo dentro de un entorno virtual. Revista
Electrónica ‘Actualidades Investigativas en Educación’, 12(3), 1-20.