Fedumar, Pedagogía y Educación Vol.8 No.1
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ISSN Electrónico 2390-0962
Enero - Diciembre 2021
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Pedagogía & Educación
ENSAYOS
¿El estudiante aprende
del maestro, o el
maestro aprende de sus
estudiantes?
1
Dayana Lisbeth Caicedo Romo
2
Un maestro es una brújula que
activa los imanes de la curiosidad,
el conocimiento y la sabiduría en los
alumnos
Ever Garrison
Resumen
La práctica pedagógica es el proceso más importante en la
formación de los futuros licenciados en básica primaria, con la
cual el docente aprende, a partir de su experiencia en el aula
escolar, enfrentándose a diversas situaciones y retos educativos;
por ello, es preciso que los futuros docentes tengan en cuenta
varios aspectos respecto al aprendizaje del estudiante y la
práctica, con el n de realizar grandes cambios y así, construir
una mejor educación y transformar la sociedad.
Palabras clave: Aprendizaje; inteligencias múltiples; maestro;
estudiante; práctica pedagógica.
1
Artículo producto de la reexión del curso ‘Práctica Pedagógica’, dirigido por la docente
María Victoria Villacrez
2
Estudiante del Programa de Licenciatura en Educación Básica Primaria, Universidad Mariana.
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ENSAYOS
1. Introducción
El artículo aborda aspectos relacionados
con la práctica pedagógica, donde
se toca temas como la relevancia de
conocer las inteligencias múltiples en
el proceso de enseñanza y aprendizaje,
teniendo en cuenta las perspectivas
y conceptos de diferentes autores.
También se da a conocer por qué es
importante reexionar o replantearse
acerca de la relación maestro – alumno
y cuáles son los desafíos y enseñanzas
para la educación en esta crisis sanitaria,
la cual indudablemente, ha afectado al
sistema educativo. El aprendizaje es
denido como un proceso en el cual
se adquiere nuevos conocimientos,
habilidades y destrezas. Es importante
destacar que, a través del tiempo, varios
autores han precisado el aprendizaje
desde diferentes perspectivas y
parámetros, basándose en sus estudios,
investigaciones y experimentos,
generando así, varias teorías acerca del
proceso de aprendizaje, las cuales hasta
el día de hoy han servido como fuente
de inspiración para muchos pedagogos
en temas de investigación; por ejemplo,
la teoría de las inteligencias múltiples de
Howard Gardner (2001).
Según Gardner, el aprendizaje es
aquella habilidad de entender, asimilar
y establecer vínculos para resolver un
determinado problema. Es decir, la
capacidad en conocer y comprender una
situación mediante los sentidos o las
destrezas; por esta razón, propone nueve
tipos de inteligencia: lingüística, lógico-
matemática, espacial, musical, corporal-
kinestésica, individual, interpersonal,
naturalista y emocional y, se opone al
paradigma de que existe solamente una
inteligencia. A partir de la propuesta
de las inteligencias múltiples, la forma
de pensar acerca del aprendizaje ha
cambiado signicativamente, puesto
que, con esto se demuestra que un
individuo puede aprender de diferentes
maneras; durante toda la vida puede
desarrollar varios tipos de inteligencia.
En el ámbito escolar, es inevitable
observar que los estudiantes poseen
varias de las inteligencias mencionadas;
cada uno tiene anidad con distintas
asignaturas; por ejemplo, algunos
presentan más facilidad para entender
matemáticas y otros, para aprender una
lengua diferente. Es necesario que los
docentes, como orientadores del proceso
de aprendizaje, tengan en cuenta
que cada niño representa un mundo
diferente; que siempre hay diversidad en
el salón de clase y, por ello, es esencial
aplicar diferentes métodos, técnicas o
estrategias para fomentar y enriquecer
el aprendizaje, según esas habilidades y
capacidades.
2. Importancia de la relación
maestro – estudiante en el
contexto del aprendizaje
De acuerdo con el modelo constructivista,
la relación entre el docente y el
alumno se apoya en la comunicación,
constituyendo el proceso mediante
el cual se convalida la personalidad
del educando, forjado a través de
informaciones claras y concisas, para
luego relevarlas y recombinarlas con la
interacción del medio social circundante,
bajos los conceptos estructurados por
los educadores, donde se obtiene un
proceso de aprendizaje no reducible,
partiendo de la comunicación correlativa
entre el educador como emisor y, el
educando como receptor, quien no es un
ente pasivo, sino un ser que reelabora los
mensajes según sus propios esquemas
cognitivos.
Es fundamental que el educador
reexione acerca de la importancia
de la relación docente – alumno
mediante dos elementos: la interacción
y la comunicación. La primera no es
simplemente relacionarse; el docente
debe tener una visión más amplia, dado
que la interacción es una herramienta
para inuir y promover el aprendizaje,
pero, sobre todo, para observar
el crecimiento y el desarrollo del
estudiante como persona. Sin embargo,
dependiendo de la forma cómo el docente
proyecte su práctica, es como ocurrirá
la interacción. A veces ni siquiera existe
una interacción, pues en ocasiones el
docente es tan dominante en su clase,
que no permite un diálogo intelectual
que produzca la interacción; por
ejemplo, cuando se centra en exponer
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repetidamente su clase y predomina
el conferencista y expositor sobre el
profesor, la interacción sencillamente no
sucede, y en ese momento solo se da
la recepción de conocimientos, de modo
que las reexiones internas que pueda
hacer el alumno, se quedan únicamente
para éste. En cuanto a la comunicación,
el docente debe considerar el diálogo
como un poderoso instrumento que no
solo permite facilitar el aprendizaje, sino
también, la mejor forma de conocer a
sus alumnos, saber cómo se sienten
en la clase, cómo se relacionan con
sus compañeros, sí tienen problemas o
dicultades en sus hogares, etc.
En otras palabras, si los maestros logran
una buena interacción y comunicación,
se puede garantizar en el aula de clase,
un espacio agradable donde el estudiante
se sienta cómodo y libre para reexionar
y dar su opinión, un espacio en el cual
el maestro no solo se limite a impartir
conocimientos, sino donde ambos se
complementen y haya un aprendizaje
mutuo, donde no exista el miedo o
temor a expresarse o decir algo, donde
se pueda lograr que la palabra ‘profesor’
adquiera un nuevo signicado para los
alumnos, y represente amistad, apoyo,
inspiración, conanza y, eliminar la idea
de que los maestros son sinónimos de
autoridad u obligación y que el salón de
clases es un sitio aburrido. ¿Por qué es
tan importante la práctica pedagógica?
Hay numerosos conceptos, dependiendo
del enfoque epistemológico, pedagógico
y de maestro que se asuma; incluso,
se aprecia diferentes calicativos para
la práctica, tales como: pedagógica,
docente, educativa, de enseñanza,
aplicadas a situaciones de labor
profesional o de etapa en la formación
de los futuros maestros. Algunos de
esos conceptos son:
Proceso consciente, deliberado,
participativo, implementado
por un sistema educativo o una
organización, con el objeto de mejorar
desempeños y resultados, estimular
el desarrollo para la renovación en
campos académicos, profesionales
o laborables y formar el espíritu
de compromiso de cada persona
con la sociedad y, particularmente,
para con la comunidad en la cual se
desenvuelve. (Huberman, 1999, p.
25)
Una praxis social, objetiva e intencional
en la que intervienen los signicados,
las percepciones y las acciones de
los agentes implicados en el proceso
-maestros, alumnos, autoridades
educativas y padres de familia- como
los aspectos políticos institucionales,
administrativos y normativos que,
según el proyecto educativo de cada
país, delimitan la función del maestro.
(Fierro, Fortoul y Rosas, 1999, p. 21)
La práctica pedagógica es como un
espacio medular en la formación de
los docentes, porque es ahí donde
no solo son cristalizadas todas las
enseñanzas impartidas en las aulas
universitarias, sino, donde el docente
practicante pone a prueba su rigor
investigativo, creativo, social, afectivo
y político. Todo lo anterior, en aras de
ser partícipes de la transformación
social y el avance cientíco. (Delgado,
2017, p. 15)
Cuando los docentes están en un proceso
de formación profesional, es decir,
todo lo que se realiza en el contexto
universitario, es donde nace una gran
pregunta: ¿cómo llevar la teoría a la
práctica? Esta pregunta se la hace la
mayoría de docentes en formación y es
una de las tantas preocupaciones a la
hora de llevar a cabo la práctica docente.
La teoría es una parte esencial, pero no
es el centro de todo, puesto que, en la
práctica el docente se enfrenta a varias
situaciones, las cuales no va a resolver
solo con saberes, conocimientos y datos
plasmados en un libro, sino, aplicando
sus capacidades y habilidades para
proponer, investigar y dar soluciones
efectivas a lo que se le presente en
el contexto educativo. Esto solo es
posible a través de la experiencia; por
ejemplo: el maestro puede realizar
perfectamente una planeación de clase,
pero no necesariamente signica que la
clase será productiva o que el docente
es el mejor de todos, pues primero debe
plantearse algunas preguntas, como:
¿Lo que voy a enseñar, realmente será
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signicativo para mis estudiantes? O,
¿será que el tema de mi clase les va a ser
útil en la vida? Y luego aplicar tres pasos
cruciales: planear, ejecutar y evaluar.
Por otra parte, también es indispensable
que el docente conozca en qué consisten
los tres saberes: saber-conocer,
saber-hacer, saber-ser, para lograr
un desempeño adecuado en el aula
escolar. Las estrategias de enseñanza,
aprendizaje y evaluación tienen un
papel sustancial para llevar a cabo un
aprendizaje signicativo. Según Díaz
y Hernández (2002), las estrategias
de enseñanza son procedimientos
que se utiliza en forma exible y
reexiva para promover el aprendizaje
signicativo en los educandos; y,
las estrategias de aprendizaje son
procedimientos que el aprendiz emplea
en forma consciente, controlada e
intencional, como instrumento exible
para aprender signicativamente y
solucionar problemas. Las estrategias
de evaluación son actividades que se
debe realizar tomando en cuenta no
solo el aprendizaje de los alumnos, sino
también las actividades de enseñanza
que realiza el docente y su relación con
dichos aprendizajes, dando lugar a la
reexión y a la interpretación, para el
mejoramiento del aprendizaje.
Con base en lo anterior, la práctica
pedagógica, sin duda, es una seria
tarea, pues se requiere de varios
factores para que realmente benecie
o aporte cambios signicativos para
los estudiantes. El docente debe
estar preparado para hacer un buen
complemento entre teoría y práctica y
saber cómo efectuar satisfactoriamente
estrategias que faciliten el aprendizaje.
3. Aprendizaje y práctica
pedagógica en tiempos de
pandemia (COVID-19)
La mayoría de países prepara planes de
estudio de apoyo basados en la evaluación
de la experiencia de aprendizaje de
los alumnos durante el cierre de las
escuelas, con miras a garantizar la
continuidad del programa de enseñanza.
Sin embargo, estos esfuerzos deben
hacer frente a diversos desafíos: la
educación en el mundo pasa por uno
de sus momentos más desaantes de
la historia, ya que la propagación del
coronavirus ha obligado a millones de
centros educativos a diseñar nuevos
esquemas de aprendizaje o implementar
herramientas digitales que le permitan
llegar a sus estudiantes desde un
computador en casa. Colombia no es
ajena a esta nueva dinámica; cientos de
escuelas, institutos y universidades han
transformado su sistema de educación
presencial para garantizarles a sus
alumnos, la continuidad de sus clases.
La pandemia del coronavirus provocó
un reto enorme para la educación en
nuestro país; los estudiantes y los
maestros tuvieron que adaptarse a esta
nueva realidad educativa; el tablero
de clases se convirtió en una pantalla
digital, los cuadernos en un computador,
tableta o celular, donde una pantalla es
la única forma de comunicarse y seguir
con las labores educativas.
Respecto a la práctica docente, sin duda
alguna, la tecnología fue primordial para
efectuar este proceso; a lo largo del
mismo, los verdaderos protagonistas
fueron los estudiantes, quienes
demostraron que la tecnología no era
un obstáculo, sino más bien, una aliada
para su aprendizaje. Cabe resaltar que
las TIC fueron una gran herramienta de
comunicación, aprendizaje y enseñanza;
tal es el caso de las clases virtuales, donde
fue imprescindible utilizar diferentes
plataformas, programas y aplicaciones;
también, aprender su manejo, con el n
de lograr que el aprendizaje llegue a los
alumnos.
4. Conclusiones
El aprendizaje, las estrategias, la relación
entre el maestro y el estudiante y la
práctica docente, son un conjunto que
permite maximizar el potencial educativo,
en el cual es de vital importancia que el
docente conozca, observe, reexione y
aprenda de todo lo que experimente en la
práctica pedagógica y, particularmente,
que considere que los estudiantes son
los mejores jueces en su proceso de
práctica.
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Reexión – Práctica Pedagógica
La docencia es una labor que requiere
vocación, pasión, dedicación y entrega.
Durante el proceso de práctica
pedagógica el docente aprende que
cada estudiante es un mundo diverso y
curioso; en cada clase los niños reejan
su inocencia y sus ganas de descubrir
cosas nuevas mirando al maestro con
admiración y respeto. A pesar de las
dicultades por motivo de la pandemia,
los niños siempre demuestran una actitud
positiva a los problemas, a diferencia
de los adultos. Se puede armar que,
realmente, el maestro aprende más de
sus estudiantes, y no necesariamente
cosas teóricas o académicas, sino la
parte del ser, la forma como ven la vida,
la sinceridad de sus ideas o palabras, las
ganas de participar y llamar la atención
del profesor, sin miedo a equivocarse,
sino con ganas de divertirse mientras
aprenden.
Referencias
Delgado, F. (2017). La óptica del maestro acompañante en el proceso de Práctica
Pedagógica Investigativa de la Licenciatura en Educación Básica Primaria de la
Universidad Mariana. Revista Fedumar Pedagogía y Educación, 4(1), 9-15.
Díaz, F. y Hernández, G. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje signicativo.
Una interpretación constructivista (2.
a
ed.). McGraw-Hill Interamericana.
Fierro, C., Fortoul, B. y Rosas, L. (1999). Transformando la práctica docente. Una
propuesta basada en la investigación-acción. Editorial Paidós.
Gardner, H. (2001). Estructura de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples.
Fondo de Cultura Económica.
Huberman, S. (1999). Cómo se forman los capacitadores. Arte y saberes de su
profesión. Editorial Paidós.