Caso 457
Resumen
Abrió uno a uno los cajones de su escritorio, herencia del anterior empleado, y en él no halló más que polvo y una carta, también un poco empolvada. La tomó para dársela a alguno de los compañeros que le rodeaban, pero,
finalmente, al desempolvarla, decidió quedarse con ella. El puesto que había conseguido se anunciaba con bastantes detalles en el periódico. Necesitaban un investigador para una firma de investigadores privados en el centro de la ciudad. Él se había formado como uno; además de criminalista y según sus instructores, era bastante perspicaz e intuitivo. Su bienvenida no había sido siquiera sorprendente o entrañable. La entrega del puesto de trabajo había sido algo burda y despersonalizada. El hombre le había indicado desde el pórtico de la oficina y a lo lejos, cuál era su cubículo, diciéndole lo siguiente:
El puesto 16 es su lugar de trabajo; en algunos momentos le enviarán los casos que irán siendo delegados a su mano o, recibirá una llamada de la secretaria de la oficina; ella le redirigirá a usted las llamadas que requieran la
atención directa de un investigador.
Biografía del autor/a
María Fernanda Ortiz Benavides
Estudiante de Fisioterapia
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