Cuento de un zorro, un comediante y un platanal

Resumen

En un pequeño platanal asentado en una rocosa montaña estaban cimentadas las viviendas de Pololombia, una nación independiente; o bueno, al menos eso era lo que les decían los individuos del estado del norte que financiaban a los dirigentes que cada cuatro inviernos se acercaban a la fuente del pueblo a exclamar, grito en pecho, los errores del actual gobierno y, a pregonar nuevas y productivas tierras prometidas, como si de un nuevo Moisés se tratara, pero que después de ser elegidos sufrían del síndrome del Rey David y le daban la espalda a su pueblo, como si la gente que antes los había apoyado se hubiera transmutado en una especie de Sodoma y los líderes se hubieran convertido en las inocentes esposas de Lot.