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https://doi.org/10.31948/rev.criterios
La oralidad académica, un eje fundamental en la formación de educadores
Ángel Miguel Cárdenas Silva
Edinson Albeiro Malte Muepaz
José Edmundo Calvache López
La oralidad académica, un eje fundamental
en la formación de educadores
Ángel Miguel Cárdenas Silva1
Edinson Albeiro Malte Muepaz2
José Edmundo Calvache López3
Cómo citar este artículo / To reference this article /
Para citar este artigo: Cárdenas-Silva, Á. M., Malte-Muepaz,
E. A. y Calvache-López, J. E. (2025). La oralidad académica,
un eje fundamental en la formación de educadores. Revista
Criterios, 32(1), 77-89. https://doi.org/10.31948/rc.v32i1.4307
Fecha de recepción: 1 de agosto de 2024
Fecha de revisión: 25 de septiembre de 2024
Fecha de aprobación: 13 de noviembre de 2024
Resumen
La docencia, al ser un acto fundamentalmente dialógico, requiere de habilidades
orales y estructuras discursivas de alta calidad, que permitan el desarrollo
integral en la formación del estudiante y así lograr aprendizajes significativos
y pertinentes frente a su entorno social. Por consiguiente, se llevó a cabo una
investigación cuyo objetivo principal fue caracterizar la oralidad académica
evidenciada entre docentes y estudiantes de las licenciaturas en Artes Visuales
y Lengua Castellana y Literatura de la Universidad de Nariño, correspondiente al
año 2022. Con ese propósito, en primer lugar, se identificaron las concepciones
sobre la oralidad; en segundo lugar, se describieron las estrategias de enseñanza
y, en tercer lugar, se develaron las expectativas de estudio. Lo anterior con el fin
de proponer una orientación de mediación didáctica que incentive la potenciación
de la oralidad académica. La investigación fue de tipo fenomenológico y
descriptivo; se realizó fundamentalmente en el marco del paradigma cualitativo
y el enfoque hermenéutico, complementándose con el paradigma cuantitativo
y el enfoque empírico-analítico. Los datos se recopilaron a través de la revisión
documental y la entrevista semiestructurada aplicada a docentes y estudiantes.
Los resultados del análisis e interpretación de la información señalaron
diferentes falencias con respecto a la importancia dada a la oralidad académica
y a las estrategias que promueven el fortalecimiento de la oralidad en el aula.
En conclusión, es necesario que los profesores reconozcan la importancia de la
1 Institución Educativa El Limonar, San Antonio de Pado, Medellín, Antioquia, Colombia. Correo electrónico: thumbsup.agencia@
gmail.com
2 Institución Educativa Indígena Agroambiental Mayker, Mayasquer, Cumbal, Nariño, Colombia. Correo electnico: edalmalte89@
gmail.com
3 Universidad de Nariño; integrante del Grupo de Investigación Pedagogía, Cuerpo y Sociedad, Universidad CESMAG, Categoría A
Minciencias. Correo electrónico: ecalvache17@gmail.com
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oralidad en el aprendizaje activo y significativo del estudiante; además, deben
utilizar diferentes medios didácticos y procurar, a través del diálogo, plantear
interrogantes a los estudiantes para responder a sus expectativas de formación.
Palabras clave: oralidad académica; discurso; expresión oral; pragmática;
aprendizaje activo.
Academic orality, a fundamental axis
in the training of educators
Abstract
Teaching, which is fundamentally a dialogical act, requires high quality oral skills
and discursive structures that allow for the integral development of the student’s
education and thus achieve meaningful and relevant learning in relation to
their social environment. To this end, a research was carried out with the main
objective of characterizing the academic orality evidenced among teachers and
students of Visual Arts and Spanish Language and Literature degrees at the
Universidad de Nariño, corresponding to the year 2022. To do so, firstly, we have
identified the conceptions of orality; secondly, we have described the teaching
strategies and, thirdly, we have presented the study expectations in order to
propose a didactic mediation orientation that favors the promotion of academic
orality. The research was of a phenomenological and descriptive nature; it
was carried out mainly within the framework of the qualitative paradigm and
the hermeneutic approach, complemented by the quantitative paradigm and
the empirical-analytical approach. Data were collected through documentary
review and semi-structured interview, applied to both teachers and students.
The results of the analysis and interpretation of the information revealed
various shortcomings regarding the importance given to academic orality and
the strategies that promote the strengthening of orality in the classroom. In
conclusion, it is necessary that teachers recognize the relevance of orality in the
active and meaningful learning of students; in addition, they should use different
didactic means and try, through dialogue, to pose questions to students for
answering to their educational expectations.
Keywords: academic orality; discourse; oral expression; pragmatics; active
learning
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Oralidade acadêmica, um eixo
fundamental na formação de
educadores
Resumo
O ensino, que é fundamentalmente um ato dialógico, requer habilidades orais de
alta qualidade e estruturas discursivas que permitam o desenvolvimento integral
da educação do aluno e, assim, a obtenção de um aprendizado significativo e
relevante em relação ao seu ambiente social. Para isso, foi realizada uma pesquisa
com o objetivo principal de caracterizar a oralidade acadêmica evidenciada
entre professores e alunos dos cursos de Artes Visuais e Língua e Literatura
Espanhola da Universidad de Nariño, correspondente ao ano de 2022. Para isso,
em primeiro lugar, identificamos as concepções de oralidade; em segundo lugar,
descrevemos as estratégias de ensino e, em terceiro lugar, apresentamos as
expectativas do estudo a fim de propor uma orientação de mediação didática
que favoreça a promoção da oralidade acadêmica. A pesquisa foi de natureza
fenomenológica e descritiva, realizada principalmente dentro da estrutura do
paradigma qualitativo e da abordagem hermenêutica, complementada pelo
paradigma quantitativo e pela abordagem empírico-analítica. Os dados foram
coletados por meio de análise documental e entrevista semiestruturada, aplicada
a professores e alunos. Os resultados da análise e interpretação das informações
revelaram várias deficiências em relação à importância dada à oralidade
acadêmica e às estratégias que promovem o fortalecimento da oralidade na sala
de aula. Concluindo, é necessário que os professores reconheçam a relevância
da oralidade na aprendizagem ativa e significativa dos alunos; além disso, eles
devem usar diferentes meios didáticos e tentar, por meio do diálogo, fazer
perguntas aos alunos para que respondam às suas expectativas educacionais.
Palavras-chave: oralidade acadêmica; discurso; expressão oral; pragmática;
aprendizado ativo
Introducción
La competencia comunicativa oral y escrita en los procesos de formación universitaria, sea cual
fuese la disciplina de estudio, es esencial para el buen desempeño académico y la incursión
de los profesionales al mundo laboral, como sujetos pensantes, críticos, creativos y conscientes
del poder comunicativo para la transformación de la realidad. Es innegable la relevancia de la
competencia comunicativa en la formación universitaria. Según Peña (2008), esta se manifiesta
en tres funciones principales: función comunicativa, como instrumento para enseñar, evaluar y
difundir el conocimiento; función social, que facilita las relaciones interpersonales y sociales, y una
función epistémica, esencial para el aprendizaje y el desarrollo intelectual.
Desde la percepción de la filosofía moderna, en la cual se toma al hombre como sujeto social que
se comunica a través de un sistema estructurado de signos denominado lengua, es imperativo
que desarrolle competencias discursivas que le permitan la comprensión de mensajes que emite y
recibe en su contexto. Es decir, el hombre debe ser capaz de codificar y decodificar los discursos
que le circundan. En este sentido, es fundamental desarrollar la competencia discursiva.
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En el presente artículo, se hace énfasis en
la oralidad académica que se evidencia en
las licenciaturas de Artes Visuales y Lengua
Castellana y Literatura de la Universidad de
Nariño, Colombia. El estudio se llevó a cabo
motivados por la experiencia de la labor
docente realizada en el campo de la oralidad,
el conocimiento de las características de los
estudiantes que acceden a estos programas
y a partir de la reflexión de las fortalezas y
oportunidades que se observan entre profesores
y estudiantes, con el fin de, en lo posible,
remediar debilidades y prevenir amenazas. Así,
la pregunta orientadora fue: ¿cómo fortalecer la
oralidad académica en los programas de Artes
Visuales y de Lengua Castellana y Literatura
de la Universidad de Nariño? Para este fin, se
partió de la caracterización teórico-práctica
evidenciada en las dinámicas de aula y fuera
de ella.
Después de analizar la realidad en dichos
programas, se observa que varios estudiantes
presentan un bajo índice lector, carecen de
motivación y, en muchos casos, muestran
inseguridad al expresar sus ideas de manera
oral; además, las estrategias curriculares
se caracterizan por su enfoque tradicional y
por otorgar escasa importancia al desarrollo
de la expresión oral. Esto podría atribuirse a
factores intrínsecos y extrínsecos, como poca
motivación, ausencia de estrategias didácticas
efectivas para la enseñanza, inexistencia de
escenarios adecuados para practicar el discurso
oral o concepción limitada de la enseñanza y
el aprendizaje de esta competencia, enfocados
únicamente en cumplir con evaluaciones
sumativas en lugar de promover un proceso
formativo integral.
Por estas razones, esta investigación tiene
como objetivo, después de realizar una
caracterización del proceso, proponer directrices
didácticas orientadas al fortalecimiento
de la oralidad, mediadas por el uso de la
teatralidad, teniendo en cuenta que el teatro
se presenta como una herramienta valiosa, ya
que favorece tanto el desarrollo del lenguaje
verbal oral como el no verbal, en sus diferentes
dimensiones (kinésica, proxémica, icónica,
señales, lenguajes gráficos y música). Además,
promueve el lenguaje paraverbal, destacando
aspectos como el volumen, el ritmo, el tono de
voz, las repeticiones, los sonidos y los silencios
(Espíndola y Morales, s.f.).
Actualmente, la capacidad de expresión oral
se percibe como un factor imprescindible
en el desarrollo profesional; por lo tanto, es
necesario implementar, en mayor o menor
medida, estrategias didáctico-pedagógicas que
conlleven la mejora del discurso oral (oralidad
académica). En este contexto, la educación
superior tiene la responsabilidad de formar
profesionales con cualidades expresivas acordes
con las dinámicas sociales contemporáneas,
mediante actividades orientadas a la
comunicación y la exposición de información;
así como contar con espacios académicos
que permitan fortalecer las herramientas de
comunicación desde la oralidad (Casanova y
Roldán, 2016).
Al entender la importancia de la oralidad
en la comunicación humana, es pertinente
también reconocer el papel que esta tiene
en el proceso educativo, principalmente en la
formación de educadores. En consecuencia,
la práctica docente requiere de profesionales
con capacidades discursivas competentes,
ya que la educación es un acto netamente
dialógico. En este sentido, el licenciado en
formación debe encontrar en su plan de
estudios elementos que le permitan fortalecer
su competencia discursiva, mediante estímulos
cognitivos, lectores y lúdicos y, así mismo,
tener los escenarios para la práctica discursiva
y dialógica en los procesos de enseñanza y de
aprendizaje.
Desde esta perspectiva, la oralidad es
esencial en el proceso de aprendizaje de los
profesionales en formación, gracias a que
mejora las habilidades comunicativas entre
estudiantes y docentes. Para Álvarez y Parra
(2015), la expresión oral puede ser espontánea,
pero también producto de una preparación
rigurosa. Por tal razón, la universidad, en los
diferentes espacios y disciplinas de formación
de profesionales, debe motivar y capacitar
a sus docentes para promover técnicas y
dinámicas activas que fortalezcan, entre la
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interacción estudiante-estudiante, estudiante-
docente, estudiante-docente-conocimiento,
el desarrollo de competencias comunicativas
lingüísticas en sus diferentes dimensiones. Al
respecto, Jiménez (2011) plantea las siguientes
dimensiones: comprensión oral, comprensión
escrita, expresión oral, expresión escrita
interacción oral.
La oralidad, tanto en la formación como en el
fortalecimiento, responde a tres dimensiones:
la primera, la dimensión semántica, entendida
como la riqueza del vocabulario del ser humano,
lo que implica bases de significado suficientes
para la construcción discursiva y que responda
a las siguientes necesidades: persuadir,
convencer y manipular (Ramírez, 2016). La
segunda, la dimensión pragmática que estudia
el uso de la palabra en el contexto; es decir,
la pragmática le permite al ser humano definir
el tipo de expresión que va a usar teniendo
en cuenta el contexto en el que está inmerso
y, además, permite persuadir al público que lo
escucha. La tercera, la dimensión argumentativa
oral, donde el desarrollo argumentativo se
visibiliza desde la competencia comunicativa;
a través de la didáctica de la comunicación
oral, se construyen las destrezas necesarias
para que el ser humano entregue un mensaje
convincente en aquellos espacios desarrollados
para que el sujeto fortalezca sus habilidades
comunicativas, tales como narrar, exponer,
explicar, describir, debatir, entre otras. Así las
cosas, la competencia argumentativa oral le
otorga al sujeto herramientas para el sustento
de sus ideas (León, 2017).
Metodología
La investigación se enmar fundamentalmente
en el paradigma cualitativo (Hernández et
al., 2014; Cresswell, 2013), con un enfoque
hermenéutico interpretativo, cuya implicación
en la investigación educativa es la comprensión
del acto de enseñar y el acto de aprender
es entender al otro, penetrar en el otro
para entender sus significados y construir
representaciones mutuas (Hernández, 2023).
Este estudio se complementó con el paradigma
cuantitativo y el enfoque empírico-analítico.
Para la recolección de la información, se utilizó
la encuesta estructurada. En cuanto al tipo de
investigación, fue de tipo fenomenológico y
método descriptivo.
Para la Licenciatura en Artes Visuales, la
caracterización de la población comprendió
doce profesores de tiempo completo y diez de
hora cátedra. Para la Licenciatura en Lengua
Castellana y Literatura, de los trece profesores
de tiempo completo, se trabajó con seis de
ellos (47 %) y de los quince de hora cátedra se
trabajó con seis (40 %).
En cuanto a la población de estudiantes, se
consideró a sesenta de la Licenciatura en Artes
Visuales y sesenta de la Licenciatura en Lengua
Castellana y Literatura, tomándose de cada
uno de estos Programas 30 (50%) y 30 (50%).
En los criterios de inclusión, se tuvieron
en cuenta la voluntariedad, una muestra
representativa de 6 docentes tiempo completo
(50 %) y 5 docentes de hora cátedra (50 %).
Para la recolección de la información,
dependiendo de cada objetivo específico, sus
categorías, subcategorías e informantes, se
utilizó la encuesta, el análisis documental y la
entrevista. El análisis e interpretación de los
resultados se llevó a cabo mediante el vaciado
en la información en matrices, lo que permitió
inferir categorías clave. Así mismo, se empleó
la estadística descriptiva para analizar los datos
y, posteriormente, se realizó una comprensión
integral de los hallazgos, considerando las
teorías propuestas por diversos autores como
las constataciones derivadas de la experiencia
en la realidad estudiada.
Resultados
Mediante los instrumentos de recolección de la
información, se indagó sobre la concepción de
la oralidad académica. En primera instancia, se
tomó a quince participantes por licenciatura.
Para los estudiantes de la Licenciatura en
Lengua Castellana y Literatura, la oralidad
académica es la «capacidad discursiva con
la que se comunica un sujeto en un contexto
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académico, bien sea para enseñar o aprender.
Hace referencia a las herramientas discursivas
de los estudiantes y docentes para comunicarse
en el contexto académico».
En el caso de los estudiantes de la Licenciatura
en Artes Visuales, la oralidad es «una
herramienta fundamental para la transmisión
de saberes, interpretación de las artes y
generación de conocimiento en los entornos y
contextos educativos».
Estas respuestas concuerdan con lo propuesto
por Saussure (1945/2020), quien menciona que
la oralidad proviene de un proceso evolutivo
del lenguaje, en el sentido de la articulación
de sonidos en manifestaciones léxicas que se
transforman en discurso; es decir, el dominio
de la lengua junto con los conceptos que el
hombre logra albergar a lo largo de su vida,
que le permiten estructurar ideas expresadas
de manera oral, dando cuenta de la evolución
y dominio del lenguaje. Por su parte, Ramírez
(2016) afirma que el lenguaje en el ser humano,
debido a la repetición de sonidos del contexto,
implica la comprensión de la oralidad como una
forma básica de comunicación.
Lo anterior está alineado con la percepción
de los docentes de las dos licenciaturas sobre
cómo se define la oralidad académica: «Es una
habilidad que se adquiere y perfecciona a lo
largo de la formación universitaria, ya que se
espera que los estudiantes desarrollen cada
vez mayor competencia comunicativa para su
desempeño profesional y participación activa
en la sociedad».
Entonces, la definición general de los docentes
al cruzar las diez opiniones permite comprender
la oralidad como una habilidad, que se forja a
medida que el sujeto madura cognitivamente,
a través de estímulos como la lectura y la
constante exposición de ideas para emanar o
adquirir conocimiento.
Desde una perspectiva académica, la oralidad
surge en la retórica, la cual se comprende como
una acción comunicativa que permite persuadir
al oyente desde la facultad discursiva del ser
humano; en consecuencia, existe una estrecha
similitud entre retórica y oralidad, dado que
el sujeto retorico es orador por excelencia
(Albaladejo, 1999).
Complementariamente, Piaget (1976) considera
que el desarrollo cognitivo es estimulado por
procesos como la asimilación y la acomodación,
con los cuales el ser humano acomoda y adapta
la información estimulante que recibe para
usarla en su expresión diaria, es así que los
estímulos provistos por el contexto le permiten
al sujeto ampliar su léxico, logrando, en el
corto plazo, la integración social, con el fin de
alcanzar el replanteamiento de los signos del
contexto y responder a los interrogantes que
se le presenten.
Así las cosas, la oralidad académica se define
como una asociación entre el estímulo y
la respuesta, pues el ser humano vincula
el discurso social con su saber, generando
locuciones verbales reflejo de su pensamiento
(Vargas y Vásquez, 2021).
Por otra parte, teniendo en cuenta que el
proceso de adquisición de la lengua materna en
principio es netamente oral, entonces, se puede
afirmar que la oralidad es una herramienta
presente en la cotidianidad del sujeto. Por lo
tanto, su dominio se alcanza al pasar por las
distintas etapas de adquisición del lenguaje;
es decir, se fortalece con el paso de los años.
En este sentido, en la etapa universitaria, se
intuye que el sujeto ya cuenta con herramientas
suficientes para lograr expresarse de manera
elocuente.
Esta afirmación, según el estudio realizado, no
refleja la realidad. El licenciado en formación
muestra debilidades en el desarrollo de su
discurso, ocasionadas por los escasos espacios
para el ejercicio de la oralidad, distintos a los
evaluativos; es decir, espacios en los que se
forme al sujeto oralmente y no se lo evalúe
de manera oral. Esta variable se suma a una
situación latente: el escaso hábito lector de los
estudiantes de licenciatura, quienes señalan
que el ejercicio de lectura solamente se realiza
de los textos que asignan en las clases y que
integran su formación, mas no en un canon que
permita ampliar el conocimiento y su léxico.
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En segunda instancia, para la misma categoría,
se preguntó, tanto a estudiantes como a
docentes, sobre la importancia de formarse
en oralidad académica. Puntualmente, a
los estudiantes se les planteó la siguiente
pregunta: ¿como futuro docente, considera
que es importante formarse en oralidad
académica? Tras un análisis cualitativo,
respuesta a respuesta, se logró consolidar
que los estudiantes de la Licenciatura en
Lengua Castellana y Literatura consideran:
«La formación en oralidad académica en los
docentes es fundamental, pues de ello depende
una relación asertiva con sus estudiantes, para
la construcción y circulación del conocimiento».
Por su parte, el grupo de estudiante de la
Licenciatura en Artes Visuales consideran: «La
formación en oralidad académica es importante
para el ejercicio docente, pues de esta manera
se construye el conocimiento y se transmite el
saber del maestro al estudiante»
Tal como se evidencia en las conclusiones
extraídas de cada uno de los estudiantes por
grupo, la oralidad académica es fundamental
para la formación de maestros, ya que esto
implica que el docente cuente con herramientas
pertinentes para el desarrollo de sus actividades
laborales. Esto se debe a la naturaleza dialógica
del proceso educativo donde el conocimiento
circula a través de la palabra.
En relación con lo encontrado, Tijeras y Monsalve
(2018) comprenden la oralidad como parte
fundamental de la competencia comunicativa y
como una herramienta que permite solucionar
problemáticas diacticas en el aula. Es decir,
se trata de una competencia básica en la
formación de licenciados. No obstante, esta
facultad no es inherente al ejercicio docente,
en otras palabras, no se puede suponer que los
licenciados posean una capacidad discursiva
prominente; sin embargo, es imperativa para
la formación y ejercicio académico. De manera
que el éxito de un maestro dependerá de la
manera de comunicarse con sus estudiantes y
crear situaciones para facilitar el aprendizaje
desde la oralidad.
Ahora bien, la muestra de docentes ante la
pregunta: ¿como docente de licenciatura, usted
considera fundamental formar maestros con
competencias óptimas en oralidad académica?
En el ejercicio de cruce de respuestas, los
docentes en general consideran:
Es fundamental que el licenciado en
formación se fundamente en aspectos
relacionados con la oralidad académica,
pues de esta manera logra comunicar de
manera clara los conocimientos y conceptos
clave para el eje disciplinar que maneje en
el aula, contribuyendo a la formación de
los estudiantes y garantizando la calidad
educativa.
Tras el análisis de respuesta de cada uno de
los docentes de las dos licenciaturas y aunado
a la definición de oralidad académica, se puede
afirmar que la oralidad es una habilidad que
debe ejercitarse y fortalecerse en la formación
docente. Además, suponer que el maestro
cuenta con un vasto manejo de la oratoria por el
hecho de ser maestro dista de la oralidad como
una construcción formativa que se adquiere en
el ejercicio constante.
Ante la consideración de los docentes
de las licenciaturas, Rodríguez (2015)
transmite, desde la voz de Fabio Jurado
Valencia (entrevistado), la existencia de una
subestimación de la oralidad, a pesar de
considerarla una herramienta fundamental
para el quehacer docente. Anteriormente, se
consideraban tanto la lectura como la escritura
aspectos esenciales para el desarrollo
discursivo, dejando de lado la oralidad por
estimarla como un proceso inmerso de los ejes
formativos. Asimismo, hablar se tomó como
un acto vinculado a los procesos de lectura
o escritura, mas no como un eje disciplinar
que permite la formación académica idónea.
Por ello, en la actualidad, la innovación
didáctica permite comprender la oralidad más
allá del acto evaluativo y de la suposición de
adquisición en el caso de los docentes. Así, la
oralidad académica debe considerarse como
un eje fundamental para la formación de
educadores.
Por último, para terminar de comprender el
concepto de oralidad académica, se pregun
al grupo de estudiantes de las dos licenciaturas
lo siguiente: ¿considera usted que la formación
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académica en su programa de licenciatura ha
sido pertinente para su formación en oralidad?
Al respecto, los estudiantes de la Licenciatura
en Artes Visuales consideran: «La formación
en oralidad es mínima y solo hace parte de los
procesos de formación en pedagogía y didáctica,
descuidando el eje disciplinar fundamental de
la licenciatura».
Por su parte, los estudiantes de la Licenciatura
en Lengua Castellana y Literatura sostienen:
La formación en oralidad académica es
fundamental para el desempeño de la
docencia, pues de esta manera se construye
el conocimiento, dado que el discurso
emanado por el docente es una herramienta
fundamental para que el estudiante se
apropie del conocimiento.
Las conclusiones interpretadas a partir de
las respuestas de los estudiantes de las dos
licenciaturas permiten inferir que la formación
en oralidad es fundamental para los futuros
docentes, ya que de esta manera se logra que
los procesos de aprendizaje sean de calidad.
En este sentido, Uribe-Hincapié et al. (2019)
señalan que el ser humano adquiere el
lenguaje articulado mediante la escucha. En
este sentido, el desarrollo humano a partir de
la oralidad representa una función cultural, por
ende, esta es la base de la interacción social.
Sin embargo, la oralidad no solamente se
puede considerar como una herramienta para
la interacción social, también se contempla
como una forma de ver el mundo desde la
academia. Para Ong (1982/2016), la oralidad
constituye el principio del aprendizaje mediante
el diálogo, pues, al unísono con la escritura,
permite la expresión de ideas y sentimientos.
Cabe aclarar que la oralidad puede continuar su
trabajo comunicativo sin la escritura, mientras
que la escritura depende de la oralidad para
ser comprendida, pues, sin un acto de lectura,
la escritura no permite una transmisión de
mensajes, por ende, la oralidad a través de
la decodificación y codificación del código
lingüístico es la base de la comunicación, de allí
su importancia en la formación de maestros.
A través de la pregunta: ¿en qué sentido
la oralidad académica es una herramienta
fundamental para la formación de educadores
competentes?, los docentes de las licenciaturas
consideran:
La formación en oralidad es primordial para
el ejercicio docente, partiendo del principio
de asumir el acto de aprendizaje como un
hecho dialógico en el que la oralidad permite
comprensión y apropiación de contenidos
pertinentes para el desarrollo curricular
en cualquier grado educativo. Es preciso,
entonces, formar docentes oradores, pues
de esta manera el discurso en el aula
fortalece su naturaleza educativa.
Las manifestaciones docentes condensadas
en el párrafo anterior refieren la oralidad
como un factor determinante en los procesos
de enseñanza-aprendizaje, comprendiendo
el proceso educativo como un acto dialógico
en el que la relación docente-estudiante
se desarrolla efectivamente a partir del
encuentro verbal.
Desde la percepción de Uribe et al. (2019), la
docencia tiene la responsabilidad de desarrollar
prácticas discursivas orales como actos de
transformación que permitan la construcción
del pensamiento crítico frente a la política, la
estética, la economía, entre otros aspectos. Es
decir, la oralidad en la educación debe propiciar
la emancipación a través del pensamiento y el
estímulo cognitivo.
En consecuencia, la oralidad en la formación
docente es esencial, principalmente en la
actualidad, donde los discursos de una sociedad
están a la mano del hombre en cada momento,
considerando que el Internet proporciona
espacios en los que se pueden confrontar
conceptos y conocimientos para extrapolar las
consideraciones que el sujeto necesite en favor
de solucionar sus necesidades discursivas. Dicho
de otra manera, el auge tecnológico posibilita
que el estudiante lea de manera constante y
apile su vocabulario; sin embargo, las lecturas
actuales no necesariamente desarrollan el
discurso, pues no todo el contenido es propicio
para el estímulo cognitivo lingüístico.
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En lo concerniente a los estudiantes de la
Licenciatura en Artes Visuales, respecto a la
misma pregunta, consideran:
Desde una percepción evaluativa, sí
se trabaja curricularmente la oralidad
académica, pero no existe un componente
que evidencie este aprendizaje de manera
directa, pues, al ser netamente evaluativo,
no se promueve de manera formativa,
solamente en el carácter evaluativo,
elevando el riesgo de temor a hablar en
público.
Para el caso de la Licenciatura en Artes Visuales,
no se consideró necesario el recurso gráfico
para aclarar las respuestas de los estudiantes,
ya que se marca una sola tendencia: el aspecto
evaluativo. Sin embargo, se mencionan
algunos espacios como los talleres de teatro,
performance y práctica docente; espacios
en los que prevalece la evaluación mediante
exposiciones orales, denotando claramente
una tendencia evaluativa, mas no formativa.
Los resultados develan, desde una instancia
apelativa, que las licenciaturas, en la visión
estudiantil, chocan al percibir espacios
formativos. Mientras que, en la Licenciatura
en Lengua Castellana y Literatura, existen
componentes directos en los cuales está
inmersa la formación en oralidad académica.
En la Licenciatura en Artes Visuales solo
se percibe este aspecto como un recurso
evaluativo en el que aspectos como el temor a
hablar en público son relevantes y, por ende,
impiden el desarrollo de la habilidad en oralidad
acamica.
Si bien, es cierta la discrepancia formativa
en la visión estudiantil, también se encuentra
correspondencia en considerar espacios
como la práctica profesional como un área
que propende al desarrollo de la oralidad; no
obstante, este componente curricular que se
compone de espacios netamente expositores
entre docente en formación y estudiantes
lleva a considerar que, si no se cuenta con
una preparación y fortalecimiento de oralidad
previo, no se puede alcanzar el éxito formativo.
En palabras de Hernández (2022):
La importancia de la oralidad se origina desde
el reconocimiento de la condición humana y
su estrecha relación con actitudes, acciones
y matices de expresiones que demuestran
las conexiones desde la apropiación y la
cultura. Desde la óptica de la apropiación,
la oralidad ha comprendido las formas y
recursos a través de los cuales el sujeto, de
forma activa y en íntima interrelación con
los demás, hace suyos los conocimientos, e
ideales de la sociedad en que vive y logra su
autodesarrollo. (p. 255)
La cita de Hernández (2022) permite
comprender que, al tomar la academia como
una comunidad activa en la que circula el
conocimiento, la apropiación del mismo
depende directamente de la generación de
espacios en los que la palabra circule y se
adapte a las necesidades tanto del docente en
formación como las de la comunidad donde
está desarrollando su ejercicio docente. En
otras palabras, cuando el estudiante cuenta
con herramientas propicias para el desarrollo
de la oralidad, evidenciará en su discurso estas
habilidades, las cuales, a su vez, dependen de
la proyección del docente como un sujeto que
domina la oratoria. Es decir, cuando el docente
cuenta con habilidades comunicacionales
propicias, el estudiante también las adquiere.
Esta percepción también tiene trascendencia
en la vida universitaria, ya que, si el docente en
formación no encuentra habilidades orales en
sus docentes y tampoco espacios formativos
pertinentes, no logra desarrollar una
competencia en oralidad académica propicia
para el ejercicio de la docencia.
El segundo objetivo específico contó con
dos subcategorías de análisis, orientadas a
comprender la presencia de la oralidad en
los planes de estudio desde las percepciones
estudiantiles y profesorales, tal como se ha
venido desarrollando a lo largo de este análisis.
La subcategoría en el instrumento de
investigación inició con la siguiente pregunta:
¿qué estrategia didáctica fue usada en su
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La oralidad académica, un eje fundamental en la formación de educadores
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proceso de formación docente para fortalecer
la oralidad académica? Las respuestas de
los estudiantes de la Licenciatura en Lengua
Castellana y Literatura se condensaron así:
«En su mayoría, se encuentra concordancia
al determinar que las estrategias más usadas
es exponer en clases y realizar debates para
evaluar contenidos curriculare.
Sobre el mismo cuestionamiento, las respuestas
de los estudiantes de la Licenciatura en Artes
Visuales permitieron concluir: «La estrategia
didáctica prevalente en la formación de
licenciados en artes es de carácter evaluativo,
mediante exposiciones orales en clases, foros
o espacios de práctica profesional».
Considerando la perspectiva de los estudiantes,
es pertinente citar a Carrillo y Nevado (2017):
Los factores sociales invitan a redimensionar
el papel de la educación para el desarrollo
de competencias crítico-argumentativas en
los sujetos que están en constante contacto
con la proliferación de la información, y que
buscan no solo consolidarse como personas
activas en la sociedad, sino posicionarse en
las demandas laborales, ámbitos académicos
y profesionales. [] “somos en el lenguaje”,
es decir, únicamente se puede estructurar
el pensamiento a partir de las palabras o de
su manifestación, y cada vez que se busca
exponer un punto de vista sobre cualquier
temática, se está elaborando un discurso y
argumentando. (p. 20)
En el contexto de la educación universitaria,
se busca orientar a los estudiantes acerca de
cómo formular argumentos científicos desde
el reconocimiento lógico de los discursos
argumentales que reciben como parte de su
formación y que responden a sus necesidades
profesionales, sociales y estéticas.
Por lo tanto, se infiere que las estrategias
didácticas que se usan en el contexto
universitario objeto de estudio permiten
fortalecer el aprendizaje de la oralidad; es decir,
los licenciados se forman de manera ideal. Sin
embargo, en lo encontrado en la categoría
anterior, la percepción de los estudiantes
refleja una posición netamente evaluativa
sobre los recursos.
Discusión
La percepción de la oralidad académica en
los estudiantes y docentes de las respectivas
licenciaturas sujeto de estudio se encuentra
relacionada con lo mencionado por Mostacero
(2004), quien sostiene que la oralidad es una
actividad semiótica compleja, una producción
discursiva que requiere de actividad cognitiva
neurolingüística, gracias a la capacidad
que el sujeto tiene para la construcción de
significados. Por lo tanto, es indispensable
que el estudiante de licenciatura desarrolle
procesos de significación que le permitan
fortalecer su capacidad persuasiva.
Por lo anterior, y en relación con los resultados,
es fundamental que los estudiantes de las
licenciaturas desarrollen habilidades discursivas
que les permitan evidenciar capacidades
argumentativas, resultado de la apropiación
del conocimiento, potencializando su formación
como sujetos dialógicos.
Igualmente, para Ramírez (2016), la oralidad
es un acto que permite persuadir, convencer y
manipular sobre un tema específico; los sujetos
presentan una competencia oral académica
que se ha construido en relación con su praxis,
dado que esta facultad emerge a partir de la
necesidad de argumentar.
De acuerdo con Vich y Zavala (2004), la
oralidad es, en síntesis, un acto de interacción
social de carácter participativo en el cual los
discursos orales adquieren significado. Por lo
tanto, el docente ante su constante actividad
académica y científica construye y práctica
su facultad discursiva. En este contexto,
el docente cuenta con una capacidad oral
académica bastante propicia para su quehacer
académico; sin embargo, en el contexto de la
formación de maestros, el docente universitario
se encuentra con estudiantes escasamente
motivados a profundizar en su aprendizaje,
de manera que recurre a actividades alternas
de evaluación como las propias de la actividad
discursiva, pero lastimosamente el estudiante
no aprovecha tales espacios y reproduce
discursos mecánicos, hecho que desmotiva al
docente y al estudiante.
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En la visión de la población sujeto de estudio,
la oralidad académica se define como un
recurso importante e invaluable que le permite
al docente en formación desempeñarse de
manera adecuada en su ejercicio docente.
La percepción de los estudiantes respecto
a la oralidad académica indica que es un
recurso fundamental, aunque no se motiva su
desarrollo, pues consideran que hacen falta
espacios para formar competencias orales.
Contrario a ello, el cuerpo docente, con evidente
capacidad discursiva, considera que la formación
en oralidad es indispensable; sin embargo, los
estudiantes no acuden a los espacios que la
universidad provee para favorecer este tipo
de aprendizaje, reduciendo su capacidad de
fortalecer la oralidad académica. Asimismo, la
percepción docente señala que el estudiante no
posee una capacidad autodidacta, esto le lleva
a quedarse solamente con lo que el docente
le ofrece en el espacio formativo, de manera
que el componente de formación autónoma
no se desarrolla de manera pertinente, ya que
son escasos los estudiantes que investigan y
profundizan en las teticas del pénsum de
cada una de las licenciaturas.
Al respecto, Carrillo y Nevado (2017) sostienen
que los factores sociales redimensionan el
papel de la educación ante el desarrollo de
las competencias crítico argumentativas.
Teniendo en cuenta que los docentes están
en contacto directo con la información, se los
considera como sujetos activos en la sociedad.
Así, el desarrollo de la oralidad académica les
permite posicionarse en el ámbito laboral,
gracias a las nuevas demandas formativas en
torno a la oralidad y la comunicación. Además,
el estudiante en formación docente debe ser
consciente de que el pensamiento estructurado
se evidencia a través del lenguaje, por lo tanto,
requiere de un discurso argumentativo que
permita reconocer su saber específico.
De manera análoga, Vásquez (2011) sostiene
que los procesos didácticos de la oralidad deben
traspasar las fronteras de las prácticas orales
e informales, es decir, se debe alejar de la
percepción evaluativa inherente a los procesos
comunicativos. También es preciso cuidar las
estrategias en las que se vincula el diálogo sin
argumento, o sea, no hablar como ejercicio
mecánico. Finalmente, es importante que se
propenda al ejercicio de la argumentación, con
base en el saber previo y la apropiación del
conocimiento.
En consecuencia, la oralidad académica
es un eje fundamental en la formación de
educadores, esto se debe a la naturaleza
dialógica del proceso educativo en la que el
docente debe contar con herramientas orales
que le permitan emitir contenidos curriculares
de manera comprensible, recurriendo siempre
a herramientas como la persuasión y la
argumentación.
Conclusiones
Los resultados permiten definir la oralidad
académica como un proceso de codificación y
decodificación de discursos de manera eficiente.
Por ello, es pertinente promover y motivar la
formación en oralidad académica, ya que es un
factor fundamental para el ejercicio docente.
En este sentido, el docente en formación
debe optar por procesos complementarios
que conlleven desarrollar de mejor manera su
competencia comunicativa en lo concerniente
al discurso.
Cabe señalar que los estudiantes sí encuentran
en el componente curricular de las licenciaturas
recursos académicos propios de cada programa
para la formación en oralidad académica; sin
embargo, ellos no aprovechan tales espacios
y reducen sus oportunidades formativas.
Sobre el tema, es indispensable adoptar una
dinamización didáctica de dichos espacios; por
ende, se propone un guía que desarrolle la
competencia en oralidad académica.
Igualmente, es crucial promover proyectos que
motiven la participación estudiantil en eventos
académicos, integrando la investigación como
elemento que fortalezca la argumentación,
fomente un discurso coherente y reflexione
sobre el pensamiento crítico, fundamentado en
la percepción de los sentidos.
La investigación señala que la formación en
oralidad debe trascender la intención dialógica
cotidiana y alcanzar un mayor rigor académico
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que lleve a desarrollar la persuasión como
recurso fundamental en el aula, con el fin de
poner en circulación el conocimiento.
Por último, los docentes deben motivar a los
estudiantes a participar en eventos científicos
y académicos, donde su conocimiento se
ponga en evidencia. Es decir, deben propiciar
espacios más allá de la práctica docente
ordinaria, con el objetivo de que el discurso
estudiantil trascienda lo meramente expositivo
y desarrolle una competencia científica que
potencie su desempeño laboral.
Conicto de interés
Los autores del presente artículo declaran
no tener ningún tipo de conflicto de
intereses, financieros, personales, políticos,
intelectuales, racistas, religiosos, entre otros,
que comprometieran la confiabilidad de esta
publicación.
Responsabilidades éticas
La investigación no implicó ningún tipo de
riesgo para los participantes; se respetaron
los principios éticos en su naturaleza y fines,
como el respeto, la autonomía, la privacidad y
confidencialidad de los datos. La consideración
ética se reflejó en el consentimiento firmado
por cada participante y la carta de aceptación
que la institución educativa sujeto de estudio
emitió al momento de aplicar instrumentos en
sus instalaciones. De igual forma, se emitió el
aval del proceso investigativo ético por parte
de la Maestría en Docencia Universitaria de la
Universidad de Nariño.
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Contribución
Ángel Miguel Cárdenas Silva: consulta y redacción del marco teórico, introducción y metodología.
Edinson Albeiro Malte Muepaz: análisis e interpretación de resultados, escritura de la
introducción, métodos, discusión y conclusiones.
José Edmundo Calvache López: asesoría en el desarrollo del proyecto y estructuración del
informe final y del artículo.
Los autores participaron en la elaboración del manuscrito, lo leyeron y aprobaron.