
Humanización de los servicios de salud mediados por telemedicina en la
ciudad de Popayán
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Verónica Suárez Ayala
Mónica Liliana Chamorro Acosta
Giovana Marcela Rosas Estrada
Revista Criterios - vol. 31 n.o 1 Enero-Junio 2024 - pp. 53-67
Rev. Criterios ISSN: 0121-8670, e-ISSN: 2256-1161
https://doi.org/10.31948/rev.criterios
sino también en el seguimiento y control de
pacientes y familias que se encontraban en
confinamiento, esto sugiere una ventaja en el
ejercicio de la telesalud. En segundo lugar, cabe
mencionar que previo a la pandemia, según un
estudio realizado en el año 2017 en Colombia,
en las ciudades de Medellín, Cali, Bucaramanga
y Bogotá, ya se practicaba la telemedicina en
el 58,33 %; cabe anotar que, de los médicos
encuestados, el 54,17 % correspondía a
especialistas, y el 45,83 %, médicos generales
(Correa-Díaz, 2017).
En cuanto a la cualificación en temas
relacionados con la telesalud, en el presente
estudio se encontró que poco más de la tercera
parte de los encuestados, con un 37,5 %, que no
había recibido formación académica en temas
relacionados; el 40 % se capacitó de manera
autónoma y solo el 22,5 % fue capacitado
por parte de la institución donde laboran.
Igualmente, Sollavallone et al. (2021) llevaron
a cabo un estudio descriptivo y transversal
durante el año 2020 en la ciudad de Mendoza,
Argentina, el cual se enfocó en la telemedicina
y su utilización en el ámbito del personal de
salud durante la pandemia de COVID-19. Los
autores recolectaron 105 encuestas, las cuales
fueron realizadas a médicos, fonoaudiólogos y
psicólogos. Se obtuvo como resultado que el
16 % de los encuestados manifestó tener la
necesidad de adquirir habilidades en el uso de
teleconsulta, mientras que, el 4 % experimentó
dificultades técnicas al utilizar tecnologías
relacionadas con la telemedicina.
Firn et al. (2021) en Francia, mediante
un estudio observacional, evaluaron el
conocimiento, actitud, práctica y formación
de médicos internos con relación a la
telemedicina. Entre julio y octubre del 2019,
realizaron un cuestionario autodiligenciable en
línea a 309 profesionales de la salud (donde el
61,8 % eran médicos, y el 38 %, internos). Se
realizó un análisis descriptivo y comparativo
en diferentes subgrupos, encontrando que el
34,6 % tenía conocimiento en telemedicina. El
autor concluye que la actitud de las personas
profesionales del sector salud hacia la
telemedicina es positiva, pero amerita que haya
formación en el tema; lo anterior evidencia una
realidad preocupante, puesto que al parecer
aún son muchas las personas que no están
capacitadas, por lo tanto, sugiere la necesidad
de crear programas formales e informales
de capacitación en telesalud, no solo para
personas del sector salud, sino para todos los
que están implicados en el proceso de atención
de pacientes. En este sentido, es imperioso
que estos programas cuenten con créditos
académicos que desarrollen competencias
relacionadas con la humanización en salud.
Es pertinente destacar que, dentro de la
población encuestada, las plataformas no
especializadas para teleconsulta se posicionan
como las más utilizadas. Este fenómeno se
atribuye a su notable usabilidad, gratuidad
y disponibilidad de instalación en diversos
dispositivos, incluyendo los teléfonos
inteligentes (Wang et al., 2021). Estas
características proveen una ventaja significativa
al permitir la atención medica desde una
variedad de espacios físicos, los cuales no
necesariamente se limitan a hospitales o
instituciones prestadoras de servicios de salud.
En contraste, las plataformas especializadas
requieren obligatoriamente un ordenador
con el software correspondiente para su
funcionamiento.
En cuanto a la teleconsulta realizada a través
de llamada telefónica, que se reportó como
la más usada en la población encuestada,
es importante señalar que existen algunas
barreras identificadas por el personal médico,
como sensación de mayor riesgo médico-legal
e incomodidad por no observar al paciente o
no poder realizar un examen físico completo
(Pillay et al., 2021). A pesar de contar con
aplicaciones que disponen de videollamada,
solamente el 35 % del personal encuestado
hace uso habitual de la cámara durante la
teleconsulta.
La teleconsulta puede ser válida como una
alternativa a la consulta presencial, aunque no
es clara la afectación en el diagnóstico cuando
se compara las dos modalidades, debido a los
múltiples factores que afectan el proceso de
atención (Shigekagua, 2018). Por su parte,
Speyer et al. (2018) refieren que las dos
intervenciones pueden ser igual de efectivas.
En la presente investigación una leve mayoría
señala que la teleconsulta tiene menor éxito
terapéutico con respecto al 42 % que manifestó
que no hay diferencia entre la modalidad de
atención presencial y virtual sobre el éxito o
fracaso terapéutico.
La prestación de servicios de salud implica
directamente la participación de los usuarios, el