El pensamiento crítico-reexivo: una competencia básica en la
formación de los estudiantes de Enfermería
Revista Criterios - 29 (1) Enero- Junio 2022 Rev. Criterios - pp. 240-253
ISSN: 0121-8670, ISSN Electrónico: 2256-1161,
https://doi.org/10.31948/rev.criterios
Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia.
Paola Andrea Acosta-Sarasty
Christian Zambrano-Acosta
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cognitivos que poseen, con el n de fomentar
competencias que evidencien signicatividad
en su aprendizaje.
También existen maneras de motivar a los
estudiantes dentro de la clase, con el uso de
las llamadas ‘frases sugestivas’. Una de las
personas entrevistadas comentó:
Por ejemplo, si voy a trabajar el tema
de sonda nasogástrica y dentro de esta
temática el lavado gástrico, me gusta iniciar
con una frase sugestiva, digamos: la vida
está en tus manos. Entonces, más allá de
enseñarle el procedimiento, le explico por
qué se arma que la vida del paciente está
en sus manos. ¿Qué ocurriría si no hiciera
correctamente el procedimiento?, antes de
explicar lo cientíco y lo técnico. (D1)
En consonancia, se asevera que existen
estrategias motivacionales relacionadas con
la forma de presentar y organizar dicha tarea,
como, por ejemplo, lo que sugiere Tapia (1992)
“activar la curiosidad y el interés del alumno
por el contenido del tema a tratar o de la tarea
a realizar” (p. 36). El objetivo es “disfrutar con
la realización de la tarea, por su novedad o
porque se experimenta el dominio sobre ella”
(p. 4) o también, “mostrar la relevancia del
contenido o la tarea para el alumno (p. 32), para
que la vea como una forma de incrementar su
competencia y sus habilidades. Así, conviene
“relacionar el contenido de la instrucción,
con las experiencias, conocimientos previos y
valores de los alumnos” (p. 32).
Además, la motivación en el aprendizaje se
experimenta poniendo en práctica lo que se
conoce como, ¿aprendizaje experiencial’. De
acuerdo con los aportes de Marcillo et al.,
(2019), el aprendizaje a través de la experiencia
es aquel que se construye por medio de las
vivencias diarias de las personas, y puede darse
de manera natural o real. Esto implica que,
aparte del conocimiento teórico que produce,
necesita ser aplicado en situaciones prácticas
de la cotidianidad. En este orden de ideas,
esta estrategia de enseñanza-aprendizaje
representa una fuente de conocimientos desde
las percepciones de los seres humanos ante lo
que ocurre a su alrededor, lo cual les permite
reexionar, criticar y tomar posiciones con
relación a la realidad.
En este sentido, el reto del docente sigue siendo
uno solo respecto a la motivación: fomentar o
inducir motivos claros para que el estudiante
vea la actividad del estudio como algo que
transformará su vida personal, familiar y
social, mediante el desarrollo de competencias
donde se articula los cuatro aprendizajes
humanos: “aprender a conocer, aprender a
hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser”
(Delors, 1996, p. 103).
Se puede decir que el interés que demuestra el
docente en la planeación, desarrollo y ejecución
de las estrategias, tiene un papel relevante
no solo debido a la inuencia que éste tiene
en cuanto a la forma de desarrollar las clases
dentro o fuera del aula, sino también con el
contacto que establece con sus estudiantes;
por consiguiente, la intervención cognitiva es
una estrategia fundamental para el desarrollo
y fomento del pensamiento crítico-reexivo,
permitiendo en los estudiantes la resolución de
problemas de su vida cotidiana.
En este orden de ideas, Moreno-Pinado y
Velázquez (2017) hacen hincapié en que el
pensamiento crítico-reexivo implica que el
estudiante sea propositivo (retomando los
postulados de Ennis en 2011 y Vargas en
2013), para poder construir conocimiento. Esto
se relaciona con la didáctica, en la medida en
que las estrategias de enseñanza-aprendizaje
que utilicen los docentes para transmitir la
información y fomentar el pensamiento crítico-
reexivo, deben tener en cuenta las diversas
formas de aprender que tiene cada uno de los
educandos. Este punto, seguramente debe ser
fortalecido dentro de la práctica pedagógica de
los educadores profesionales, no solamente en
este contexto, sino en otros similares, donde
se pretenda adjudicar al estudiante, un papel
protagónico en su proceso de formación.
De todas maneras, los docentes participantes
en el estudio han descrito estrategias que,
desde su experiencia, posibilitan el fomento
del pensamiento crítico-reexivo en los
educandos:
Ya en clase tomamos el paciente simulado;
lo saludamos, igual que una persona.
Presento el caso clínico a los estudiantes y
ellos van comparando la información con lo
que encuentran en el simulador. Luego, si
se requiere ellos hacen los procedimientos
pertinentes para el paciente, sin olvidar
tener un equipo y las razones cientícas
del mismo; incluso, se puede repetir el
procedimiento las veces que sea necesario,
porque para eso es la simulación. (D1)
De acuerdo con esto, la simulación, para
algunos docentes, se muestra como estrategia
de enseñanza-aprendizaje que ayuda a
desarrollar el pensamiento crítico-reexivo en
los estudiantes, como lo plantean Urra et al.,
(2017):
Más especícamente, la simulación en
el ámbito de la salud se considera una
representación controlada de la realidad,
y en la educación de enfermería, como la
experiencia que imita el ambiente real que
requiere de individuos o simuladores para
demostrar técnicas o procedimientos, y una
toma de decisiones y pensamiento crítico
para proporcionar cuidados competentes y
seguros a los pacientes. (p. 120)