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Revista Criterios- 26
(2)-
rev.crit
.- pp. 177-189.
ISSN: 0121-8670, ISSN Electrónico: 2256-1161,
Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia, 2019
DOI:
https://doi.org/10.31948/rev.
criterios/26.2-art8
Modelo circumplejo de Olson y la relación con el
consumo de alcohol en adolescentes
◆
Sandra Yaneth Quiroz Coral*
Marili Katherine Bolaños Delgado**
◆
Artículo Resultado de Investigación. Rea
-
lizado en una institución educativa con ado
-
lescentes entre 12 y 18 años del municipio de
Pasto, departamento de Nariño.
*
Magíster en Drogodependencias,
UNED Costa Rica. Integrante del Grupo
de investigación Psicología y Desarrollo
Humano, Programa de Psicología
Universidad Mariana. ORCID 0000-0003-
1477-0535. Correo electrónico:
squiroz@
umariana.edu.co
**
Psicóloga, Universidad Mariana. Correo
electrónico:
marili.edbuho@gmail.com
ORCID 0000-0002-0839-3406
Cómo citar este artículo / To reference
this article / Para citar este artigo:
Quiroz, S. Y. y Bolaños, M. K. (2019).
Modelo circumplejo de Olson y la
relación con el consumo de alcohol en
adolescentes.
Revista Criterios, 26
(2),
177-189.
Fecha de recepción:
28/05/2019
Fecha de revisión:
16/08/2019
Fecha de aprobación:
15/11/2019
Resumen
El consumo de sustancias psicoactivas es
un problema de salud pública que afecta
especialmente a población adolescente y joven
en edad productiva. Estas
sustancias
impactan
en el sistema de relaciones que teje la persona,
entre ellos la familia, la escuela, el trabajo, entre
otros; de
ahí
el deseo de investigar si existe
relación entre el funcionamiento familiar, según
el modelo
circumplejo
de
Olson
y el consumo de
alcohol en adolescentes. Es una investigación
cuantitativa de tipo
correlacional
con diseño
no experimental trasversal, enfoque empírico
analítico, con una muestra de 60 estudiantes de
séptimo y octavo grado de edades entre los 12 y 19
años, a quienes se les
aplic
ó
el
cuestionario
AUDIT
y
la escala FACES IV, dando como resultados, que la
cohesión y la comunicación entre padres e hijos son
los factores de protección más relevantes frente al
consumo de alcohol.
Palabras Clave:
cohesión,
adaptabilidad,
comunicación, alcohol, familia.
Family operation from the
circumplex model of Olson
and the relation with alcohol
consumption in adolescents
Abstract
The consumption of psychoactive substances is
a public health problem that especially affects
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adolescents and young people of productive age. These substances have
emotional impact in the system of relationships that the person weaves, including
family, school, and work, among others; hence, the desire to investigate whether
there is a relationship between family functioning according to Olson’s circumplex
model and alcohol consumption in teenagers. The research was quantitative of
correlational type. Non-experimental transversal design, empirical analytical
approach, with a sample of 60 seventh and eighth grade students aged between
12 and 19 years, to whom the AUDIT questionnaire and the FACES IV scale were
applied, giving as results, that the cohesion and communication between
parents and children are the most important protection factors against alcohol
consumption.
Key words:
cohesion, adaptability, communication, alcohol, family.
Modelo circunexo de Olson e sua relação com o
consumo de álcool em adolescentes
Resumo
O consumo de substâncias psicoativas é um problema de saúde pública que afeta
principalmente adolescentes e jovens em idade produtiva. Essas substâncias têm
impacto emocional no sistema de relacionamentos que a pessoa tece, incluindo
família, escola e trabalho, entre outros; portanto, o desejo de investigar se
existe uma relação entre o funcionamento da família de acordo com o modelo
circunflexo de Olson e o consumo de álcool em adolescentes. A pesquisa foi
quantitativa do tipo correlacional; desenho transversal não experimental,
abordagem empírica analítica, com uma amostra de 60 alunos da sétima e oitava
séries com idades entre 12 e 19 anos, aos quais foram aplicados o questionário
AUDIT e a escala FACES IV, dando como resultado que a coesão e comunicação
entre pais e filhos são os fatores de proteção mais importantes contra o consumo
de álcool.
Palavras-chave:
coesão, adaptabilidade, comunicação,
álcool
, família.
1.
Introducción
La familia, como institución básica en la sociedad, se ha convertido
claramente en objeto de estudio, ya que su constitución se basa en el
cumplimiento de funciones sociales e individuales y en las relaciones de
afecto entre sus miembros. Parke (citado por Celis, 2012) manifiesta que la
familia constituye el sistema de apoyo más importante para el bienestar y
ajuste de los adolescentes. En consecuencia, la adolescencia se considera
un período crítico sometido a constantes cambios en el desarrollo físico,
psíquico y social del adolescente; por lo tanto, al enfrentarse a un ambiente
familiar inadecuado, donde las reglas y roles entre sus miembros no están
bien definidos, lo expondrá a factores de riesgo como el consumo de
sustancias psicoactivas (SPA) (Herrera, 1998). La adolescencia, además,
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provoca en el individuo cambios que generan en la familia una nueva situación;
esto quiere decir que en esta etapa, el adolescente lucha por darle paso a su
autonomía (González, 2007); de ahí que el papel que desempeña la familia sea
tan importante, ante la posibilidad de asumir o no riesgos sociales.
Establecer si existe o no relación entre variables como el funcionamiento familiar
y el consumo de alcohol se tornó importante, debido a que el consumo es una
realidad en el mundo, iniciando en la etapa de la adolescencia. El alcohol es la
sustancia psicoactiva de más abuso por los adolescentes, debido a su fácil acceso,
amplios horarios de venta, precio asequible y bajo control; la disponibilidad
además goza de amplia aceptación por la sociedad, considerándolo un fenómeno
normal, siendo así que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2008) han catalogado el consumo de
alcohol por su presencia desde edades muy tempranas, como un problema de
salud a nivel mundial.
Así mismo, teniendo en cuenta que el grupo con mayor riesgo de consumo de SPA
son los adolescentes, se considera conveniente indagar en el funcionamiento de
la familia de aquellos consumidores, por ser la familia una institución de gran
importancia desde el comienzo de la vida del individuo, como un eslabón de
apoyo social y psicológico (Sigüenza, 2015).
Hay que mencionar además, que esta investigación se basa en el Modelo
Circumplejo de Olson (1999), el cual permitió llegar con más precisión a identificar
y entender cómo el consumo de alcohol influye en el adolescente en cuanto
a las relaciones afectivas entre los miembros de la familia y cómo afrontan los
cambios y modificaciones dentro de la misma.
Se consideró importante indagar sobre la familia, debido a que es el primer
contexto y componente de apoyo social y psicológico que cobija al individuo, en
tanto el consumo de alcohol se convierte en un problema de salud pública.
Establecer si existe relación entre el funcionamiento familiar desde el modelo
circumplejo de Olson y el consumo de alcohol en adolescentes, fue el objetivo general
de la investigación, seguido de los siguientes objetivos específicos: determinar el
nivel de riesgo de consumo de alcohol en adolescentes: consumo de riesgo, consumo
perjudicial o dependencia de alcohol e identificar el nivel de cohesión, adaptabilidad
y comunicación familiar según el modelo circumplejo de Olson.
2.
Metodología
Estudio de tipo correlacional con diseño no experimental trasversal, basado en
el paradigma cuantitativo de enfoque empírico analítico. La población objeto de
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estudio estuvo conformada por 60 estudiantes (muestreo por conveniencia) de
grados
séptimo y octavo de una institución educativa municipal de San Juan de
Pasto, de edades entre los 12 y los 19 años, de género masculino y femenino.
Para la recolección de la información se utilizó dos instrumentos: el cuestionario
AUDIT que facilita la identificación de trastornos debidos al consumo de alcohol
y la escala FACES IV para la evaluación del funcionamiento familiar, los cuales
permitieron efectuar un estudio confiable, válido y objetivo.
3.
Resultados
En la población participante se evidenció las siguientes características
sociodemográficas: de los 60 estudiantes participantes, el 28,3 % se encuentran
entre los 13 y los 14 años de edad; el 18,3 % tienen 12 años, continuando con un
13,3 % para los estudiantes de 15 años; un 5 % para los de 16 años; un 3,3 % para
edades de 17; a los de 18 y 19 años les correspondió un porcentaje menor, con un
1,7 % para cada edad.
Los participantes, en su mayoría, fueron del género masculino, con un 53,3 %,
mientras que el género femenino fue de un 46,7 %; lo anterior da cuenta que, de
los 60 estudiantes participantes, 32 fueron hombres y 28, mujeres.
Por otro lado, se contó con mayor participación de estudiantes de grado séptimo,
quienes representaron el 51,7 %, es decir, 31 de las 60 personas encuestadas; por
otra parte, las 29 personas restantes pertenecían al grado octavo, representando
al 48,3 %.
Hay que mencionar además, que la mayoría de los estudiantes participantes
en esta investigación, pertenecían al tipo de familia nuclear biparental, con
un 41,7 %, seguido por familias monoparentales con un 30,0 %. También hubo
familias nucleares numerosas, con 18,3 %; familias nucleares ampliadas con 5 %,
continuando con 3,3 % para familias de tipo nuclear sin parientes próximos y con
un 1,7 % para familias reconstituidas.
A continuación se describe los resultados descriptivos de las variables que
permitieron identificar el nivel de consumo de alcohol en la población, el nivel
de cohesión, el nivel de adaptabilidad y el nivel de comunicación a nivel familiar.
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3.1 Consumo de Alcohol
Figura 1.
Nivel de Consumo de la muestra
.
A partir de la Figura 1, se encontró que en el 88,3 % de la población, el consumo
de alcohol fue nulo; es decir, no existió consumo de bebidas alcohólicas en 53 de
los estudiantes, quienes puntuaron en la escala AUDIT un número menor a ocho.
Por otra parte, en los siete estudiantes restantes, cuatro de ellos presentaron
un nivel de consumo de riesgo con un porcentaje del 6,7 %. Las siguientes dos
personas tuvieron un nivel de consumo en dependencia, con un porcentaje de
3,3 % y finalmente, una de ellas evidenció un nivel de consumo perjudicial, con un
porcentaje del 1,7 %.
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Figura 2.
Nivel de cohesión familiar.
3.2 Cohesión Familiar
Según la Figura 2, el 45 % de los estudiantes se encuentran en un nivel de cohesión
familiar conectada, seguido de un 33,3 % en nivel de cohesión muy conectada; el
10,0 % está en un nivel de cohesión enredada y el 11,7 % restante, corresponde a
un nivel de cohesión familiar algo conectada.
3.3 Adaptabilidad Familiar
Figura 3. Nivel de adaptabilidad familiar.
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La Figura 3 permite evidenciar que 48 personas, que corresponden al porcentaje
más alto, 80 %, tienen un nivel de adaptabilidad familiar flexible, seguido por
el 3,3 % de los participantes, quienes manifiestan pertenecer a familias con
adaptabilidad muy flexible; el 15 % apunta a integrar familias con adaptabilidad
estructurada y el 1,7 % restante equivale solo a un participante, quien refiere que
su familia es rígida en cuanto a adaptabilidad.
3.4 Comunicación familiar
Figura
4.
Comunicación familiar.
Según la Figura 4, la mayoría de la población participante, es decir el 41,7 %, presenta
una comunicación familiar moderada, seguida de una comunicación alta con 30
%; el 15 % indica la existencia de una comunicación baja al interior de su sistema
familiar, mientras que el 8,3 % señala una baja comunicación y, finalmente, el 5 %
refiere que la comunicación implementada en su familia es muy alta.
Tabla 1.
Media total de las dimensiones del funcionamiento familiar
Tabla 1
NMínimoMáximoMedia
Desviación estándar
Cohesión
6021,0103,062,74218,4277
Adaptabilidad6014,569,046,75011,1692
Comunicación6012,099,051,01721,3601
N válido
60
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En la Tabla 1 se puede observar el promedio en el cual se encuentran
los adolescentes escolarizados en cuanto a todas las dimensiones del
funcionamiento familiar.
Partiendo de la dimensión de cohesión, entendida como los vínculos emocionales
entre los miembros de la familia, se encontró que el promedio se ubica en el
nivel de cohesión conectada, lo que representa que la mayoría de la población
tiene establecidos, dentro de su sistema familiar, vínculos emocionales sanos,
significativos, importantes y próximos entre sí.
Seguido a eso, en cuanto a la dimensión de adaptabilidad, el promedio de la
población se encuentra en el nivel de adaptabilidad flexible; esto señala que la
mayoría de los adolescentes perciben, dentro de su sistema familiar, la existencia
de disciplina democrática, reglas flexibles, liderazgo igualitario y la capacidad
para aceptar y afrontar cambios en los roles familiares.
Finalmente, el promedio de la comunicación es moderada; es decir, los
adolescentes dentro de su grupo familiar, se sienten bien con la comunicación
implementada, aunque solo en algunas ocasiones comparten información, ideas,
pensamientos y sentimientos con los miembros de su grupo familiar.
Por otra parte, y con el propósito de determinar la relación entre el
funcionamiento familiar y el consumo de alcohol, se procedió a analizar la
información de las pruebas de Chi-Cuadrado arrojadas bajo el programa
estadístico informático SPSS.
Se evidenció la existencia de relación entre cohesión familiar y consumo de
alcohol (<0,05), significando que la cohesión presente dentro del sistema familiar
representa un factor protector frente al consumo de alcohol en los adolescentes.
Sin embargo, no se encontró relación entre adaptabilidad familiar y consumo
de alcohol (>0,05), lo que significa que el nivel de adaptabilidad familiar no
se relaciona significativamente con la ingesta de alcohol en los adolescentes.
En otras palabras, la adaptabilidad manejada dentro del sistema familiar no
representa un factor de riesgo para que el adolescente consuma alcohol.
En cuanto a la comunicación familiar, se encontró que ésta sí tiene relación con el
consumo de alcohol (<0,05); es decir, la comunicación ejercida dentro de la familia
y el consumo de alcohol en adolescentes tienen una relación estadísticamente
significativa. Esto significa que la comunicación es un factor protector frente al
consumo de alcohol.
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4.
Discusión
El resultado más relevante obtenido con respecto al consumo de alcohol es
que una gran y significativa parte de los participantes no evidenció consumo de
bebidas alcohólicas. Este resultado es positivo en la medida en que se considera
que el consumo de alcohol en menores de edad está prohibido según la Ley 124
de 1994, la cual menciona literalmente que:
Se prohíbe el expendio de bebidas alcohólicas a menores de edad y se adopta
medidas respecto de menores que sean encontrados consumiendo tales bebidas o
en estado de beodez, estableciendo además que en ‘toda publicidad, identificación
o promoción sobre bebidas embriagantes, se debe hacer referencia expresa a la
prohibición establecida en la presente ley’ y adicionalmente, se consagra como deber
de los establecimientos que venden bebidas alcohólicas, colocar en un lugar visible la
prohibición de expendio a menores. (p. 1).
Según la Red Papaz (s.f.), el consumo de alcohol es ilegal en menores de edad,
porque aumenta la probabilidad de continuarlo en la adultez y porque constituye
un riesgo en su salud y bienestar, incluyendo problemas de memoria, aprendizaje
y estado de ánimo, afectando su entorno social, familiar y escolar.
Con respecto a las dimensiones que contempla el funcionamiento familiar,
los resultados obtenidos precisan que los estudiantes adolescentes viven en
familias balanceadas donde predomina un nivel de cohesión conectada; esto
significa la existencia de una buena cercanía emocional entre los miembros,
donde se le da importancia al tiempo compartido; las decisiones son tomadas
de manera conjunta y se respeta el espacio personal de todos y cada uno de
ellos. Lo anterior es comprensible a la luz de la teoría planteada por Olson
(1999), ya que la cohesión constituye una dimensión facilitadora para el buen
funcionamiento familiar, la cual según el autor, consiste en interacciones
afectivas sanas y significativas, donde individuos que componen la familia se
encuentran emocionalmente conectados, el tiempo compartido es importante y
el espacio privado es respetado. De igual modo, Sigüenza (2015) menciona que la
cohesión familiar conectada corresponde ciertamente a una adecuada cercanía
emocional, pero con separación personal, donde el tiempo que comparten los
miembros de una familia no imposibilita el tiempo individual.
Por otro lado, el nivel de adaptabilidad familiar flexible fue el nivel que más
prevaleció en esta investigación; eso quiere decir que los adolescentes pertenecen
a familias balanceadas en cuanto a flexibilidad y cambio; estas familias mantienen
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un liderazgo igualitario entre los miembros, donde cumplen reglas y existe
disciplina, pero también existe la manera de negociar consecuencias de manera
democrática. Esto probablemente ocurre debido a que, según Olson (1999), la
adaptabilidad en un nivel flexible favorece a la familia al tener bien establecidos
los aspectos necesarios para una buena disciplina y control en el hogar. Por
tanto, coincide con el trabajo investigativo de Soledad (2014), quien refiere
que la existencia de una adaptabilidad flexible en el hogar permite modificar su
estructura, roles y reglas, según como las circunstancias lo requieran.
Los datos hallados en cuanto a la dimensión de comunicación, enmarcan la
prevalencia del uso de una comunicación moderada. Olson (1999) menciona
que la existencia de una comunicación familiar adecuada se basa en la claridad
de expresión y escucha activa. Hecha esta salvedad, se encontró que los
adolescentes se sienten generalmente bien con el proceso interactivo que se
maneja al interior de su familia; reconocen que no en todas las ocasiones se
comparte a cabalidad sentimientos, ideas e información entre sí, pero mantienen
siempre el respeto en las interacciones.
Lo dicho hasta aquí coincide con Musitu, Suárez, Del Moral y Villarreal (2015),
quienes afirman que la existencia de una comunicación apropiada dentro del hogar,
es clave para la vida emocional y regulación de la conducta en el adolescente.
Cabe recordar que el funcionamiento familiar se da a partir de las dimensiones de
cohesión, adaptabilidad y comunicación, lo cual significa que estas dimensiones
no son independientes entre sí, permitiendo entender que dentro de la familia,
los vínculos emocionales y la capacidad para afrontar cambios, sumados a las
sanas interacciones, favorecen su buen funcionamiento.
Entonces, teniendo en cuenta los resultados y la relación de las dimensiones de
cohesión, adaptabilidad y comunicación familiar según el modelo circumplejo de
Olson, el tipo de familia más frecuente de los adolescentes fueron las familias
‘flexiblemente conectadas’, que corresponde al nivel de funcionamiento familiar
balanceado caracterizado según Olson (citado por Meza, 2010) por ser familias
con interacciones equilibradas entre los niveles de apego –cohesión-, flexibilidad
al cambio –adaptabilidad- e interacciones adecuadas –comunicación-.
Las familias balanceadas -flexiblemente conectadas- se caracterizan, según
Olson (1999), por mantener un liderazgo igualitario; la disciplina es negociable
en sus consecuencias y usualmente es democrática; además, mantienen unión
afectiva y lealtad; se toma decisiones a partir de la colectividad y se le otorga
gran relevancia al tiempo compartido.
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Por otra parte, los resultados hallados en esta investigación fueron comparados
para determinar la correlación entre la variable de consumo de alcohol con cada
una de las dimensiones de la variable de funcionamiento familiar. Acorde con lo
mencionado, se encontró que aunque la mayor parte de la población goza de
un buen funcionamiento familiar con equilibrio entre cohesión y adaptabilidad
y una moderada comunicación, los factores protectores predominantes para
que los adolescentes no consuman alcohol son los vínculos emocionales y los
procesos adecuados de comunicación entre padres e hijos, más que la disciplina
que se pueda impartir al interior de la familia.
Lo anterior supone la existencia de un adecuado funcionamiento familiar, como
el aspecto más relevante para retardar el consumo de alcohol, pues la mayoría de
los adolescentes concuerda en pertenecer a familias balanceadas con cohesión
conectada, adaptabilidad flexible y comunicación moderada. Recuérdese en
este sentido a
Solórzano
et al., (2016) quienes mencionan que la mejor fuente
de seguridad y
protección
para los adolescentes es la
existencia
de una buena
función familiar, ya que los ubicará en un lugar privilegiado dentro de la sociedad.
Como ya se afirmó, este estudio encontró que los adolescentes integran familias
con un buen funcionamiento familiar, determinado por adecuados niveles en sus
dimensiones. Dicho funcionamiento familiar se relaciona desde las dimensiones
de cohesión y comunicación, con la manera en cómo se presentó el consumo de
alcohol. Cabe aclarar que no se dio una relación estadísticamente significativa con
la dimensión de adaptabilidad, por lo tanto, la existencia de vínculos emocionales
cercanos y una clara y respetuosa comunicación entre padres e hijos se relaciona
con la ausencia de consumo de alcohol en los adolescentes participantes.
De modo que, aunque para que haya un buen funcionamiento familiar se debe
tener un buen nivel de adaptabilidad familiar, acompañado de un buen nivel de
cohesión y una buena comunicación, son solo estos dos últimos los factores que
proporcionan al adolescente una red de protección, apoyo y prevención frente a
las amenazas que trae consigo el consumo de alcohol.
5.
Conclusiones
Los hallazgos de esta investigación fueron positivos en cuanto a la indagación
de consumo de alcohol, ya que no se presentó consumo en casi la totalidad de la
población y además se evidenció un buen funcionamiento familiar al encontrarse
equilibradas las dimensiones de cohesión y adaptabilidad, favoreciendo el
manejo prudente de la comunicación familiar.
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Esto implica que, al integrar familias con un adecuado funcionamiento familiar,
los adolescentes se han visto envueltos en una red protectora que los ha
mantenido alejados de iniciar actividades referentes al consumo de alcohol.
Así mismo, los hallazgos de esta investigación no solo son satisfactorios sino
interesantes, ya que demuestran la existencia de relación entre el funcionamiento
familiar y el consumo de alcohol, pero cabe aclarar que dicha relación se presenta
con una particularidad: solo dos de las tres dimensiones que conforman la variable
de funcionamiento familiar presentan relación estadísticamente significativa
con el consumo de alcohol: cohesión y comunicación.
Lo anterior permite inferir que las relaciones afectivas saludables y la buena
comunicación entre los miembros de la familia, más que la norma impuesta en el
hogar, son los que desempeñan un rol relevante para la prevención en el inicio
del consumo de alcohol.
En definitiva, fueron los apropiados vínculos emocionales entre padres e hijos y
las interacciones sanas y respetuosas entre sí, la red protectora que mantuvo al
adolescente alejado de iniciar una relación directa con el consumo de alcohol.
6. Conflicto de intereses
Las autoras de este artículo declaran no tener ningún tipo de conflicto de
intereses sobre el trabajo presentado.
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