Impacto de la terapia ocupacional en la recuperación de pacientes con enfermedades crónicas como el cáncer de próstata metastásico

Resumo

Las enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas el cáncer de próstata metastásico, generan alteraciones significativas en la funcionalidad, los roles y la calidad de vida. El cáncer de próstata presenta alto riesgo de metástasis y cursa con síntomas como dolor, debilidad, alteraciones respiratorias, problemas de sueño, disminución de movilidad y afectaciones emocionales, lo que limita el desempeño en actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. El diagnóstico temprano se apoya en pruebas como el PSA y el tacto rectal, mientras que el tratamiento combina fármacos, hormoterapia, radioterapia, ejercicio y cambios en el estilo de vida.

Las personas sobrevivientes presentan limitaciones funcionales superiores a las de otros adultos, lo que aumenta la necesidad de intervenciones integrales. La terapia ocupacional contribuye a mejorar la independencia, la participación en roles y la salud mental mediante estrategias restaurativas, compensatorias, educativas y cognitivo-conductuales. Las intervenciones pueden ser individuales, grupales o domiciliarias, y favorecen el manejo del dolor, la autonomía, el retorno al trabajo, el mantenimiento de hábitos y el equilibrio ocupacional.

El abordaje se fortalece mediante modelos como el MOHO, que orienta la recuperación de hábitos, rutinas y motivación, integrando fases preventiva, restaurativa, de soporte y paliativa. Además, se emplean herramientas de valoración como Barthel, FIM, Lawton y Brody, junto con instrumentos para medir dolor y fatiga. El impacto funcional del cáncer exige una visión holística que incluya autocuidado, estilo de vida y redes de apoyo. La evidencia disponible destaca beneficios significativos, aunque subraya la necesidad de mayor investigación en entornos clínicos y oncológicos.