Alteraciones en las funciones corporales en pacientes con desacondicionamiento físico

Resumo

La Terapia Ocupacional aporta a la rehabilitación de personas con disfunciones físicas desde una comprensión integral del individuo y de los factores que afectan su participación. El desacondicionamiento físico, frecuente en pacientes hospitalizados en unidades de cuidados intensivos, surge principalmente por la inmovilidad y el reposo prolongado, lo que desencadena alteraciones musculares, óseas, sensoriales y neuromotoras. Estas incluyen pérdida acelerada de fuerza, disminución de excitabilidad y contractilidad muscular, alteraciones del metabolismo óseo, fallas de equilibrio, cambios vestibulares y somatosensoriales, tránsito intestinal lento, riesgo de infección, contracturas, úlceras por presión y deterioro de la percepción.

La supresión de estímulos kinestésicos produce incoordinación, deprivación sensorial, problemas de memoria, trastornos del sueño y estados de confusión, lo que agrava la afectación funcional. La reducción del aporte de oxígeno y los cambios bioquímicos deterioran la producción de energía, aumentan el dolor y disminuyen la capacidad para ejecutar actividades de la vida diaria, generando dependencia y reduciendo la calidad de vida.

La evidencia muestra que el ejercicio moderado y la movilidad temprana en UCI mejoran el medio inflamatorio, fortalecen la función física e integran estructuras corporales necesarias para recuperar movimientos como giros, transferencias y deambulación. La Terapia Ocupacional cumple un rol esencial en este proceso mediante la valoración inicial, el desarrollo del perfil ocupacional y la implementación de intervenciones dirigidas a las necesidades y prioridades de cada paciente. Su enfoque centrado en la ocupación favorece la recuperación funcional, promueve la autonomía y facilita el retorno a la participación significativa.