Rehabilitación integral en fractura de cadera y su impacto en la calidad de vida

Resumo

La fractura de cadera representa una lesión altamente incapacitante, especialmente en personas mayores con osteoporosis, y afecta de manera profunda la autonomía, la funcionalidad y el bienestar emocional. El manejo adecuado requiere intervención quirúrgica temprana, movilización progresiva y un proceso de rehabilitación integral que aborde tanto la recuperación física como la adaptación emocional del paciente. El dolor, la pérdida de movilidad, el miedo a nuevas caídas y las limitaciones en actividades básicas e instrumentales generan un impacto significativo en la calidad de vida.

La terapia ocupacional desempeña un papel esencial mediante el entrenamiento en actividades de la vida diaria, la educación en seguridad, la adaptación del entorno, el uso de productos de apoyo y estrategias que fortalecen la confianza en el movimiento. La evidencia científica demuestra que estas intervenciones reducen el miedo a caer, mejoran la funcionalidad y favorecen la reintegración del paciente a su entorno familiar y comunitario.

La rehabilitación efectiva requiere un equipo multidisciplinario que incluya fisioterapia, terapia ocupacional y cuidados médicos especializados. Programas estructurados de ejercicio, fortalecimiento muscular, equilibrio, movilidad y estimulación sensorial han mostrado resultados positivos en la recuperación física y emocional.

La prevención es un componente clave, especialmente en adultos mayores, mediante la promoción de estilos de vida activos, el fortalecimiento muscular, la reducción del sedentarismo y la adecuación del hogar para evitar caídas. Un abordaje centrado en la persona, con actividades significativas y adaptadas a sus necesidades, favorece una recuperación más segura, autónoma y funcional.