Erosión en la zona de El Pedregal, Nariño: tipos, impacto y estrategias de mitigación

Resumo

La zona de El Pedregal presenta una fuerte influencia de procesos erosivos derivados de su topografía montañosa, lluvias intensas y prácticas agrícolas poco sostenibles. La erosión hídrica es la más común, especialmente la erosión laminar, que remueve de forma paulatina la capa fértil del suelo y reduce su capacidad de retención de agua y nutrientes. También se observan erosión en surcos y cárcavas asociadas a pendientes pronunciadas y a la ausencia de cobertura vegetal, lo que incrementa la inestabilidad del terreno y el riesgo de deslizamientos. Estos procesos han degradado las propiedades físicas y químicas del suelo, disminuyendo su porosidad, permeabilidad y contenido de materia orgánica, afectando de manera directa la productividad agrícola y la sostenibilidad del ecosistema.

El manejo agrícola ha intensificado la erosión, especialmente cuando los cultivos se establecen en pendientes con surcos que siguen la inclinación del terreno, facilitando el arrastre de partículas, nutrientes y contaminantes hacia cuerpos de agua cercanos. En contraste, las prácticas de conservación, como los cultivos en curvas de nivel y la cobertura vegetal permanente, han demostrado ser alternativas eficaces para reducir la velocidad de la escorrentía y mejorar la infiltración.

La implementación de terrazas, barreras vivas y residuos vegetales, junto con procesos de educación ambiental comunitaria, constituye una estrategia clave para mitigar la erosión y recuperar la funcionalidad del suelo. Estas acciones permiten mejorar la fertilidad, estabilizar las pendientes y promover un uso sostenible del territorio.