El paradigma de la complejidad en epidemiología: ¿Lo cuantitativo vs. lo cualitativo?

… más bien un complemento

Carmen Ofelia Narváez Eraso

Docente Facultad Ciencias de la Salud

Universidad Mariana

Desde el siglo XX hasta la actualidad, el concepto de “complejidad” se ha integrado poco a poco en todos los ámbitos del conocimiento y de la sociedad, tal como ha ocurrido con el complejo proceso de globalización.

“La complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico” (Morín, 1997, p. 32). Invita a defender un modelo de vida, que entiende la libertad como responsabilidad, un modelo de convivencia política orientado hacia la democracia participativa y la comunidad como forma de proyectarse hacia la globalidad. La complejidad es orientadora de un modelo de pensamiento y de acción ciudadana (Morin, 1997).

Se habla hoy de una realidad compleja, relaciones complejas, de la teoría de sistemas complejos, del paradigma de la complejidad, y es que el paradigma de la complejidad se constituye en un paradigma emergente en la investigación social, el cual busca ser un modelo científico basado en la interrelación de los fenómenos, donde “todo tiene que ver con todo”, no solo con el ser humano, sino con todo el universo, “en una conexión que une todo a todo”.

La teoría de la complejidad al parecer evidencia la existencia de numerosas incapacidades de la ciencia moderna en su esfuerzo por alcanzar “certezas” y representa a su vez la “emergencia de procesos”, (hechos socio culturales u objetos físicos multidimensionales) que conforman “grados irreductibles de incertidumbre” (Castro, 2011). La finalidad última de ésta teoría, es comprender la realidad del mundo presente y proponer la unidad e integralidad del conocimiento (Morín, 1997) y es que la realidad se comprende y se explica simultáneamente, desde todas las perspectivas posibles. Un fenómeno específico puede ser analizado por medio de las más diversas áreas del conocimiento y evita la habitual reducción de un problema a una cuestión exclusiva de una sola ciencia.

Siendo así, para la epidemiología, la complejidad permite reconocer que la comprensión de la realidad es siempre un proceso inacabado y perfectible, que se niega a la capacidad de encontrar verdades últimas. En el mundo actual, la complejidad es un gran conjunto de sistemas conformados por elementos heterogéneos que se retroalimentan mutuamente, y que comprende también interacciones, incertidumbres y fenómenos aleatorios con un cierto grado de organización, también, los elementos del sistema pertenecen al dominio de distintas disciplinas (ecología, economía, sociología, física, etc.) (Morín, 1997). La complejidad invita a abordar el conocimiento como un proceso que es a la vez biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, económico, social e histórico y genera un sistema de pensamiento complejo para la vida humana y la vida cotidiana, ligando así el todo con el todo, es un saber no parcelado.

El concepto de “exclusión social grave” referido por la complejidad, es alusivo a contextos de extrema pobreza, de bajo nivel escolar, sin ocupación o trabajo y con formas precarias de auto sostenimiento, como: trabajo ocasional mal pagado, al margen de la legalidad, dependencia de drogas, exposición de violencia grave física y psicológica, vida en la calle, explotación sexual, enfermedades de transmisión sexual, VIH sida, desplazamientos, migraciones forzadas, imposibilidad de acceso a los servicios básicos (Morín, 1997).

El desafío es reconocer que no solo existe una causalidad lineal, actuar según el pensamiento de la complejidad constituye un verdadero desafío para el paradigma matemático-estadístico positivista que dominó el campo de la epidemiología clásica (Ramis, 2004).

Sin embargo, adoptar el paradigma de la complejidad no implica “descartar por completo la causalidad lineal” sino más bien “complementarla” con los enfoques cualitativos, permitiendo el paso a la intervención de otros saberes en la comprensión de los fenómenos que se estudian.

Referencias

Castro, B. (2011). Aportes de Niklas Luhmann a la teoría de la complejidad. Polis Revista Latinoamericana, 29, 1-15.

Morín, E. (1997). Introducción al pensamiento complejo. España: Universidad Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Científico.

Ramis, R. (2004). La causalidad compleja: ¿un nuevo paradigma causal en epidemiologia? Revista Cubana de Salud Pública, 30(3). Recuperado de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662004000300010&lng=es&tlng=es